-Vigésimo cuarta luna-

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-Fuiste el para siempre que nunca quise que acabara, un viaje a Nunca Jamás en pleno Agosto y una historia a la que siempre me negaré a ponerle punto y final.-

Dicen que el primer amor nunca se olvida, que solo podemos llegar a rozar el cielo con la punta de los dedos con una sola persona, y que cuando la perdemos, el resto de nuestra vida no hacemos más que intentar encontrar aquello que perdimos en otros cuerpos. Dicen, que el corazón no vuelve a desbocarse nunca más. Que se acaban las aventuras y los desvelos a las tres de la mañana. 

Que se rompen los sueños, y pierdes las ganar de volar.

Y por primera vez, nado a favor de la corriente, aunque como una amiga mía siempre dice, eso solo lo hacen los peces muertos. Tan muertos como este maldito corazón arrítmico que no late sin ti.

He pasado los cinco años de mi adolescencia perdiéndome en bocas que no llevaban mi nombre, bailando con almas que no eran capaces de llenar éste vacío que siento tan a menudo, tan oscuro, tan hondo. Tan mío. He dejado la puerta abierta siempre a gente que, en el fondo, sabía que no me pertenecían, ni lo harían jamás.

Es lo que tiene creer haberse enamorado de verdad. Y es que, cuando me miro al espejo, y busco el beso escondido en mi comisura derecha solo encuentro las tres letras de tu nombre. Porqué, por mucho que haya intentado deshacerme de tu recuerdo, tú siempre has sido y serás el propietario de ese beso. Ese que sirve para la mayor aventura de nuestras vidas.

Quiero que sepas, que aunque seis cientos quilometros nos separen, de vez en cuando te siento demasiado cerca. En canciones que cuentan nuestra historia con otros nombres, en la brisa del mar, en la arena de la playa, en cualquier beso, en los parques y en las películas de las que no eramos capaces de ver el final.

Sé, que ahora mismo, lo único que puedo hacer es intentar encajar con las piezas de otros puzzles, hasta que volvamos a coincidir, como decía mi querido Charles Bukowski, ya no tan tercos, ya no tan jovenes. 

Te espero dentro de unos años, cuando los dos hayamos vivido hasta saciarnos, hasta que sentemos la cabeza y nos demos cuenta de que solo nuestras manos pueden encajar a la perfección. Aunque eso, ya lo sabemos.

PD: Seguiré dejando abierta la ventana, por si alguna noche vienes a buscarme y me vuelves a llevar a algún lugar donde soñar, despierta.

-A MI PRIMER AMOR, AQUÉL QUE CONOCÍ UN AGOSTO DE HACE MUCHOS AÑOS Y AL QUE SE LE PONEN LOS OJOS VERDES CUANDO ESTÁ NERVIOSO.-

Lunas de inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora