Capítulo 10° "La decisión más triste de mi vida"

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Antonella

He tomado una decisión que tengo un plantearlo yo misma, con la cabeza fría. Me enamorado. Me he enamorado de un chico prohibido, que no me pertenece. No encajó en la familia. Nadie me entiende. Soy una más en este mundo tan vacío; lleno de aventuras y desventajas que nos trae la vida, pero esto es la realidad y hay que aceptarlo como tal.

》(Antonella): Papá, mamá, necesito hablar con ustedes.
-Dijo seria en la mesa.

》(Pablo): Qué quieres Antonella.
-Dijo sin importancia.

》(Antonella): Creen que podemos hablar solos.
-Dijo mirando a Mario que estaba a la diestra de mi Padre.

》(Romina): Sí, vamos al despacho.

Se dirigieron al despacho, allí se encerraron más de 2 horas. Mario estaba desesperado por saber que estaban hablando, y que pasaría con el, con ellos mejor dicho.

Al cabo de un rato sale Antonella llorando y su padre reclamandole.

》(Pablo): De ninguna manera dejare que tomes esa decisión me oyes, por encima de mi cadáver.
-Dijo molesto y exagerando.

》(Antonella): Lo siento papá, es mi decisión.
-Ella se dirigió a su habitación y se encerró.

.........

Eran las 8:30 de la noche, Antonella aún sigue en su habitación, no ha querido bajar a cenar, y el gusto de su padre seria verla encerrada el resto de su vida en su habitación, y que no tomará esa decisión tan estúpida que ha estado pensando en tomar.
Luego de eso, ella esta tumbada en su cama, con el ordenador en las piernas, hablando con Kathy, y escucha un ruido en el balcón de su habitación, y por instinto va a ver que pasa.

》(Antonella): ¿Hay alguien hay?
-Ella toma un bate de béisbol que había detrás de su cama y se dirige despacio al balcón.
-vuelve a decir.
Si hay alguien hay, salga de inmediato.

Luego de haber dicho eso, Mario la sorprende sin que ella se diera cuenta y le tapó la boca.

》(Mario): Shh, shhh. Silencio, no grites.
Te suelto si no gritas. Juralo.

Ella asentía ya que no podía hablar.
Mario la fue soltando lentamente porque dudaba de que gritara, y eso fue lo que paso, ella grito fuerte y Mario le volvió a tapar la boca.

》(Mario): ¡Antonella!
-Dijo despacio.

》(Pablo): ¿Antonella estas bien?
-Pregunto acercandose casi a la puerta.

Mario le advirtió a Antonella que no dijera que esta hay, sino lo iba a meter en un lio.

》(Antonella): Sí, sí papá, estoy bien.
-Dijo abriéndole la puerta y dejándolo fuera.
¿Qué pasa?

》(Pablo): Te escuche gritar y pensé...

》(Antonella): Nah, estoy bien, solo me di en el dedo pequeño del pie con la cama. ¿Algo más?

》(Pablo): No...

》(Antonella): Ah, buenas noches entonces, adiós.
-Le dio un portazo.

Antonella se dispuso a buscar a Mario, ya que necesitaba saber porque se metió así a su cuarto.

》(Antonella): Shhh, Mal nacido, donde te haz metido?
-Le dijo susurrando.

Cuando por fin lo encontró, quedaron muy juntos frente a frente, con sus respiraciones agitadas.

》(Antonella): Qué...que...quieres.
-No le salia el habla.

》(Mario): Explicarte lo de tu hermana.

》(Antonella): Ash, y dale con eso.
No me importa su relación, me da igual lo que hagáis con sus vidas.

》(Mario): ¿Enserio te da igual?
-Dijo acercandose más y más.

》(Antonella): Déjame en paz Mario.
-Se alejó de el y el la siguió hasta que la beso.
¿Qué haz hecho?
Esto esta mal. Sal de mi habitación ahora.
¡Que te vallas te digo!

》(Mario): Anto, te amo.

A Antonella se le llenaron los ojos de lagrimas, ya no aguantaba más la situación, y por última vez le dijo.

》(Antonella): Vete.

"Mi GuardaEspaldas" (Mario Casas & Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora