CAPITULO 8: Antibióticos.

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Narra Hyuk

El constante ruido del despertador me arrancó del hermoso sueño en el que estaba sumido, dejándome con el gusto dulce de sus labios sobre los míos... A medida que la conciencia se apoderaba de mí, el recuerdo del sueño se iba desvaneciendo, hasta que el ruido del despertador se hizo tan insoportable que no tuve más opción de entreabrir mis ojos y alargar uno de mis brazos para apagarlo. "¿Por qué las entrevistas son tan temprano?"

Quise levantarme, pero un peso sobre mi pecho (en el que no había reparado por el estado de somnolencia) me impidió hacerlo. Parpadeé repetidas veces antes de bajar mi vista y notar a Lucy abrazada a mi, con los ojos cerrados, el cabello un tanto desordenado y... ¿temblando? Me incorporé lentamente, tratando de no molestarla, pero ella apretó los párpados antes de abrirlos lentamente.

—Buenos días... —susurré con una media sonrisa, aunque aún preocupado por su pequeño temblequeo.

—Mnnm... —murmuró aún medio dormida antes de reparar en cómo se hallaba durmiendo... y saltar al otro extremo de la cama completamente sonrojada.

—P-perdón n-no qui.. —su frase fue interrumpida por un pequeño ataque de tos, que hizo que volteara completamente hasta quedar de espaldas a mi, sentada al borde de la cama.

—Ey, ¿estas bien? —me levanté y rodeé la cama para llegar hasta ella y agacharme para quedar a su altura; ella seguía temblando.

—S-si... —sus dientes castañeteaban y se notaba el esfuerzo que hacía para mantener los parpados abiertos.

—No mientas, pareces gelatina temblando de esa forma —me burlé y aproximé mi mano a su frente... ardía y su sonrojo se incrementó más con el roce de mi mano. "¿Por qué de repente se muestra tan tímida?"

—¿Gracias? —el sarcasmo en su voz era evidente e intentó levantarse, pero apenas tocó el suelo se desvaneció hacia un costado.

—No, a la cama de nuevo —la obligue a sentarse nuevamente ante pucheros de su parte.

—Estoy bien.

—Apenas podes hablar, tu voz se parece a la de Ravi —volví a bromear con una pequeña risa.

Ella estaba a punto de contestar cuando un grito rasgó el aire.

—¿¡ENSERIO VAS A SEGUIR ASÍ!? DORMI CON VOS POR SI NO TE ENTERASTE —la potente y conocida voz de Eri llegó hasta la habitación.

—NO ME MIRES —contestó la voz algo rasposa de nuestro líder.

—¡APARTA LA SÁBANA DE TU CARA CARAJO!


Narra Lucy

Gracias a mi curiosidad y a la ayuda de Hyuk, pude acercarme hasta la habitación de donde provenían los gritos, en donde ya observaban los demás miembros la situación (Ken con una frazada rodeando sus hombros y siendo sostenido por Leo).

Eri se hallaba parada encima de la cama tironeando de la sábana que N trataba inútilmente de seguir sosteniendo sobre su rostro.

—¡QUE DEJES DE HACER ESO!

—¡NO, ESTOY FEO!

—¡Y TE PENSAS QUE ME IMPORTA! —Eri se bajó de la cama y tomó una revista de la mesita de luz de N, dando un pequeño golpe con la misma en la frente de N, logrando que este se lleve las manos a la frente y suelte la sábana.

—Al fin una chica que lo trata igual que él nos trata a nosotros —comentó Bin mientras yo reía como podía entre toses.

—Parece que a más de uno le afectó la tormenta.. —murmuró Leo que sostenía a un tembloroso Ken.

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