Entré en la casa buscando a Cristian pero no le encontré por ningún lado, cuando pasaba por la habitaciones noté como la gente a mi alrededor susurraba a mis espaldas, 'Ya tendré tiempo para vosotros tranquilos'. Subí las escaleras y abrí cada puerta, en la mayoría habia parejas dándose el lote y en otras simplemente gente durmiendo, llegué a la última habitación y la abrí de una patada, allí estaba él, enrollandose con una rubia de bote, al escuchar el ruido esta callo de encima de él y acabo en el suelo, mi miraba desde el suelo pero la ignore, no podía apartar mi mirada de aquel ser.
-Sal_le dije a la rubia sin desviar mi mirada, esta recogió sus cosas y se marchó corriendo cerrando la puerta en su marcha.
-Hola putita bollera, ¿quieres saborear lo que es un hombre de verdad?_dijo cruzando los brazos tras su cabeza, sonreí por un lado.
-Me parece bien, pero no hay ninguno en esta habitación._Se hechó a reir y se sentó cruzando las piernas y apoyando un codo en su rodilla y la barbilla en la palma.
-¿Que haces aquí torti?
- ¿Que le hiciste?
-No se de que me hablas
-¿¡A ella cabrón,que le hiciste!?_sonrió.
-Aah, a la zorra que me dejó por una puta bollera_se acarició el.mentón_No le hice nada, sólo jugamos un poco_apreté los dientes y los puños.
-¿Que le hiciste?_repetì.
-Bueno a ver que te explico, le quise enseñar algo que sólo un hombre puede enseñarle, para recordar viejos tiempos, ¿Sabes? Pero ella se resistía por lo que tuve que forzarla un poco, pero la condenada no se dejaba, y no paraba de gritar tu nombre, por lo que suspuse que había algo entre vosotras y le obligué a hablar, y bueno después se lo dije al restro y la dejé ir_sonrió orgulloso de sí mismo, no puede aguantarme más y me lancé encima de él le di puñetazos y patadas por todo el cuerpo, pero este era más fuerte y rápido que yo por lo que en un giro se puso encima de mi me cogió las muñecas.
-¡Estate quieta joder!_gritò mientras forcejeaba y le rasguñaa donde podía_ ¡Que te esté quieta! _dijo dándome un puñetazo en la nariz, la sangré automáticamente empezò a brotar sin control, en ese momento me cogió en brazos y me tirò al suelo donde comenzó a darme patadas_ Todo es por tu culpa, no eres más que una puta asquerosa._ 5 minutos después se sentón en la cama mirándome, intenté ponerme de pie pero el cuerpo me dolí demasiado y me costaba respirar, bajo su atenta mirada conseguì ponerme me pie. Me apoyé en la puerta y vi que a su lado, encima de una pequeña mesa había un jarrón, lo cogí y con la poca fuerza que m quedaba se lo tiré a la cabeza, no le dió tiempo a reaccionar y este le dio de lleno, comenzó a sangrar por la raìz del pelo y tras tocarse el lugar lastimado se enfureciò màs y se puso de pie, abrí la puerta y huí por el pasillo, las costillas me dolían, cada respiración era como si me clavaran millones de agujas en los pulmones y el sonido de sus pasos a mis espaldas no me ayudaban a pensar con claridad, de una zancada saltó encima de mí y caimos por las escaleras, mi cabeza chocó contra alguna superficie dura y perdì el conociemiento.