-¿Pero quién se cree esa tía?¿Quién demonios es? Pienso romperle todos los huesos cuándo la vea, maldita asquero..
-Tania..._La interrumpí, esta dejó de dar vueltas y me miró_No ganas nada con hacerle daño.
-Si que gano....y gano mucho_dijo con una sonrisa que me heló la sangre.
-Me das miedo_susurré, su rostro cambio derepente mostrando a una Tania preocupada.
-Perdón_dijo poniéndose de rodillas delante de mi, tomó mi rostro en sus manos y me besó la frente_Lo siento princesa, pero esque... Ahora lo entiendo todo_dijo abrazándome, pero rápidamente me alejó_¡Debiste decírmelo!
-Lo sé, lo sé y lo siento, pero estaba confusa...y tenía miedo...
-Bueno_suspiró_Pero ahora estamos juntas en esto_No miramos y se acercó màs a mí, sus labios estaban a milímetros de los míos, la aparté y me puse de pie.
-Lo siento_dije dándole la espalda_Estoy con Teresa, no podría serle infiel.
-En cierto modo me lo eres a mí con ella_dijo en un susurro.
-No es lo mismo, lo nuestro no lo recuerdo, lo mío con ella sí y la respeto demasiado cómo para hacerle esto.
-¿Me quieres?
-Sin dudarlo
-¿Entonces por qué no la llamas, cortas con ella y te quedas conmigo?
-No es tan fácil.
-¿No? Pues yo creo que sí.
-No lo es Tania, la destrozaría y no es justo.
-¿Entonces es justo que sea yo quien esté con el corazón roto?
-No...Tania tienes que entenderme, además también está lo de Noelia, no sabes lo desquiziada que está ni de lo que es capaz de hacer.
-¡Me da igual!_dijo girándome para quedar cara a cara_¿Es que no lo entiendes? Me da igual Noelia y lo que esta me haga, me da igual Teresa. Sí soy egoísta, pero no me importa serlo si mi recompensa es tenerte en mi vida.
-Debo irme_dije unos minutos en silencio, dejó caer los brazos y se apartó dejándome pasar.
-Vete si quieres, pero quiero que sepas que si decides luchar por lo nuestro estaré aquí esperándote.
No dije nada, cojí mi ropa y salí de la casa.Había dejado de llover y me dirigí a mi casa, no estaba de humor cómo para quedarme en la de Tere, le envié un mensaje diciéndole que no dormiría allí . No tardó en responder.
"Vale, te quiero."
Llegué a mi casa y me metí directamente en cama todavía con su ropa la cual desprendìa su olor, me abrazé a mi misma y me quedé dormida.
A la mañana siguiente los rayos del sol me cegaron, cerré los ojos con fuerza y me escondí bajo las mantas. Poco a poco salí y me acostumbré a la luz, me metí en el baño y me di una ducha rápida, al salir me tiré nuevamente en cama con una toalla cubriendo mis intimidades.
-¿Se puede pasar?_dijo Alejandro desde fuera.
-Espera_grité mientras, me vestía rápidamente_Pasa_Abrió la puerta y entró.
-Hola pequeña, ¿Qué tal dormiste?_dijo sentándode conmigo en cama.
-No me quejo_dije con una sonrisa.
-¿Me prestarías este día para tener un día de hermanos?
-Emm...mmm...dejame pensar_dije acariciando mi mentón_claro que si_dije sonriente.
-Bien_sonrió_pues bajemos, hoy eres toda mía_dijo guiñándome un ojo. Me puse de pie y este me cogió en sus brazos y me puso sobre su hombro como si fuera un saco de patatas.
-¡Bajame!_pataleé y grité entre risas mientras bajabamos.
-¿Qué es todo ese ruído?_dijo Cristina, mi madre mientras entrábamos en la cocina.
-Nada mamá_Alejandro me sentó en un silla y le besó la mejilla_¿Dónde está el viejo?
-¡Viejo tu abuelo!_dijo Carlos, mi padre, mientras entraba en la cocina y le daba una colleja.
-Ey, viejo estate quieto_dijo sobándose la cabeza. Mi familia era bastante peculiar y sinceramente me encantaba. Carlos le ignoró y besó a Cristina en los labios, Alejandro puso cara de asco y centró su atenció en el tazón de cereales que tenía delante.
-Viejo, mamá, hoy me llevo a Jas de paseo.
-¿Puedo ir?_dijo Carlos mirándome.
-¡Ni se te ocurra!_dijo fulminándole.
-Callate_le delvolvió la mirada_Le estoy preguntando a mi pequeña_mi miró sonriente, yo me encogí de hombros con la cuchara en la boca.
-¡Bieen!_gritó.
-Carlos, tu no vas a ningún lado_dijo Cristina mirándole seriamemte.
-¿Qué?¿Por qué?_dijo con una mirada triste, parecía un niño pequeño.
-Prometiste arreglar el mueble del salón, y lo harás.
-Pero...pero...pero...yo quiero salir con la niña_dijo en un susurro jugando con sus dedos_Lo haré mañana.. Porfi_dijo mirándola.
-Nada de porfi, hoy te quedas en casa_Alejandro comenzó a reir triunfante, terminé mis cerelaes y les dejé a los tres hablando, bueno Carlos rogándo a Cristina y Alejandro riéndose del primero.
Subí a mi habitación y me cambié nuevamente. Me puse unos shorts azules, ya que hacía un poco de calor, una camiseta blanca y mis zapatillas blancas y me até el pelo en una coleta.
-Vamos_dije a Alejandro que me esperaba en las escaleras sentado.
-Venga vamos_me pasó el brazo por los hombros_Adiós mamá, adiós viejo_ Cristina nos dió un beso a cada uno y Carlos tras darle una charla mezclada con mil y una amenazas hacia Ale nos dio un abrazo a los dos a la vez.
Salimos de casa y nos metimos en el coche de Alejandro.
-¿Vamos al centro comercial? Podemos comprar unas cosas, ir al cine o a la sala de juegos y comer algo.
-Claro, vamos_dije sonriente.
Durante el camino hablamos de todo un poco, en 30 minutos Ale ya estaba aparcando en un sitio libre, nos bajamos y pasó su brazo por mis hombros acercándome a él.
-Bueno, enana, tú decides.
-Mmm...No sé...¿Que tal si damos una vuelta por las tiendas?
-Perfecto.
Nos pasamos toda la mañana entre las tiendas comprando un poco de ropa para él y muchos vestidos, shorts y camisetas para mí, en cada tienda que nos metíamos y él veía algo que le pareciese bonito lo compraba para mi, por mucho que insistiese en que no era necesario,él lo hacía.
Eran las 2:30 y nuestras tripas comenzaban a rugir.
-Dejemos esto en el coche y vayamos a por algo de comer_asentí y llegamos al aparcamiento, llegamos a las plazas del fondo cuándo mi corazón se detuvo para rápidamente comenzar a latir a mil, el pecho me dolía y me faltaba el aire.
Delante de mis ojos se encontraba Noelia hablando con un chico moreno que llevaba una gorra y estaba de espaldas a mí.'¿Qué hace ella aquí?' Noelia pareció notar mi mirada y me vió, dejó de hablar con el chico y le hizo un gesto a este, él se giró y algo dentro de mí me decía que saliera de allí y pronto. El chico me miró con odio y rabia, el corazón me latía todavía más rápido, un miedo irracional me paralizó el cuerpo, algo en su mirada me era desagrablemente conocida.
-¿Jas estás bien?_preguntó Alejandro alarmado. Un dolor punzante me impidió responderle, me dejé caer al suelo, apretándome la cabeza, sentía que en cualquier momento me iva a estallar, imágenes cruzaban mi mente a una gran velocidad, me dolía, me dolía mucho. Levanté la vista hacia el chico de la gorra y este me miraba disfrutando de mi dolor. Su mirada fría fué lo último que vi antes de que todo se volviera negro.