*Jasmine*
Abrí los ojos y lo primero que vi fueron unos ojos grises mirándome fijamente, al verme despertar una lágrima cayó por su mejilla mientras sonreía, se acercó a mi y me tendió la mano.
-Sé que no te acuerdas de mí, pero soy Tania, encantada_dijo con una mirada triste.
-Em...esto...lo siento_dije apartando mi mirada_su mano me obligó a levantar la cabeza y observarla a los ojos.
-No pasa nada, espero que sea sólo temporal y si no lo es siempre podremos empezar de cero_dijo besándome la frente, sonreí
-Muchas gracias_sonreí mientras tomaba su mano que me tendía_ Yo soy Jasmine, o eso me han dicho.
-Encantada Jasmine o eso me han dicho_dijo guiñándome un ojo,reí
Entonces tocaron la puerta y se asomó una cabeza pelinegra con unos ojos azules que contrastaban con su piel blanca, era Teresa, la chica que conocí ayer. Al verla sonreí feliz.
-¡Teresa!_grité emocionada_Has venido
-Claro que si, ¿como dejar sola a la bella durmiente?_dijo con una sonrisa acercándose a mi cama, me besò la mejilla y miró fijamente a Tania que seguía sentada sentada en mi cama, ambas se miraron unos segundos para después sonreirse forzadamente, '¿Que pasa aquí?'
-Hola Teresa_dijo Tania seria
-Hola Tania_respondió la otra del mismo modo. La tensión notarse en el ambiente, ambas se retaban con la mirada y sinceramente me ponían de los nervios, intené levantarme un poco pero el dolor de las costillas me hizo soltar un gemido, entonces ambas se giraron a verme.
-¿Estás bien?_preguntaron al unísono alarmadas.
-Si, sólo fué un pinchazo_dije con una pequeña sonrisa, suspiraron y asintieron.
El resto de la mañana hablamos sobre temad variados y superficiales, sobre el tiempo, la comida insípida del hospital y cosas así. A la tarde llegó la hermana de Tania la cual me abrazó durante 15 minutos sin intenciones de soltarme hasta que Teresa y Tania la alejaron de mi, Jessica era una chica bastante agradable y era 5 años mayor que nosotras, y vivía en otra ciudad. A las 10 Teresa se tuvo que marchar y tras darme un beso en la mejilla y una mirada fría a Tania.
No entendía la actitud entre ellas, pero en las condiciones en las que me encuentro no entiendo muchas cosas, lo único que por ahora sabía era que:
1. Tania y Teresa no parecían llevarse muy bien.
2.Era/soy muy cercana a Tania ya que su familia me conoce.
3.Mi familia es 'peculiar' pero muy graciosa.
4.Si me intento levantar demasiado, duele.
5. Me gusta el flan
6.Estar a solas con Tania me ponía nerviosa, pero eran nervios agradables, y el roce de su piel prendía fuego allí donde me tocaba.
7.Estar con Teresa me relajaba, tenerla cerca era como un calmante.
Eso era por el momento la información que tenía aparte de mi propio nombre. Mi relación con las dos chicas no la lograba entender y esperaba que con el tiempo pudiera volver a ser la que era o por lo menos recordar mi pasado.
-¿Jas?_dijo Tania entrando con dos vasos de chocolate, la miré y automáticamente sonreí, sl fuego de mi pecho resplandeció con su sola presencia.
-Holi_dije logrando que casi se le cayeran los vasos de las manos de la risa_¿he dicho algo gracioso?_pregunté alzando una ceja, ella siguió riendo y dejó los vasos en una pequeña mesa mientras se sentaba en mi cama, le hice un hueco a mi lado y se tumbó allí dónde estuvo todo el día.
