*Jasmine*
Observé la luz venir hacia nosotras y me solté de Lucía.
-Vete_le susurré mientras caminaba hacia la luz
-¿Qué?¡No!_dijo esta tomándome del brazo, me giré a verla y me solté de un tirón.
-Gracias por tu ayuda_sonreí_pero debes irte, esta no es tu lucha y ya me he cansado de huir_dije en susurros, miré al frente y la luz quedó quieta_Déjala irse_hablé a la persona tras la luz, la cual no podía identificar. Me giré nuevamente a ella, mientras esta seguía en el mismo sitio sin petañear, me miraba asustada y confundida._ Dile a Tania que la quiero y siempre lo haré._No sabía cómo si quiera sabría quien es o como encontrarla, pero al menos debía sercionarme que alguien más lo supiera. Le sonreí una última vez antes de girarme nuevamente hacia la luz.
-¿No la has escuchado?_ "esa voz...No puede ser..."_¡VETE!_gritó a Lucía que escapó corriendo por el pasillo dejándome sola ante la dueña de esa voz.
*Lucía*
Corrí por los pasillos del lugar con el corazón latiéndome a mil, apenas podía respirar, el peso de la culpa por haber dejado a aquella pobre chica sola me atormentaba y pesaba más que miles de tonelada. Había sido egoísta de mi parte dejarla así, pero el rostro de mi pequeña y el de Natalia, me obligaron a salir de allí, a correr hasta ellas y abrazarlas por siempre. En un paso en falso caí de bruces al frIo y duro suelo raspándome las rodillas, sin fuerzas ni para levantarme apoyé la espalda en una pared y atraje mis piernas a mi pecho en posición fetal, lágrimas de odio, vergüenza y asco hacia mi propia persona bajaban sin control por mi rostro, si algo le llegase a pasar a aquella chica no me lo perdonaría jamás.