Star Wars: El amor lleva al arrepentimiento y al perdón

Capítulo 17: El discurso de la verdad II

Narrador Fernanda:

Llegamos al departamento, donde Padmé se iba a hospedar mientras preparábamos el discurso de mañana para el senado, yo ya tenía más o menos una idea de cómo hacer la reaparición de la Senadora Amidala en la burocracia del Imperio, sin que el Emperador se diera cuenta y sobre todo hacer que todos en la galaxia se enteren de la verdad sobre el Imperio, pero necesitaba que Padmé estuviera calmada y con la mente fría para ponernos en acción.

Fernanda: - Bueno Padmé, ¿qué te parece que debamos hacer o más bien que quieres que hagamos? - dije un poco nerviosa, no sabía que decirle después de todo lo que ha pasado.

Padmé: - ¿Fer, qué tienes pareces cansada? - me preguntó tranquila y eso me puso peor todavía.

Fernanda: - Es que...estoy nerviosa, muchas de las cosas que yo no les he cumplido en muchas de las cosas que les prometí y tengo miedo de que si fallo en algo pueda costarme su cariño y su amistad - y se me acercó y me dio un abrazo y cuando lo hizo comencé a llorar.

Padmé: - Fer, no tienes que sentirte así, sé muy bien lo que estás sintiendo pero no puedes sentirte culpable por lo que llegue a pasar - dijo acariciándome el cabello - tú no puedes adivinar como van a pasar las cosas a pesar de que puedas ver el futuro, además has sacrificado todo para mantener la paz en nuestra familia. Te arriesgaste a perder tu vida y tu trabajo para hacer que Anakin y yo nos uniéramos por fin; también has espiado al Emperador sin que se dé cuenta para devolverle la paz a la galaxia y mantenernos unidos como familia. Eso es más de lo que uno como persona podría pedir de un amigo o hermano - dijo y sonreímos cuando nos separamos.

Fernanda: - Entonces, ¿me perdonan por todo el daño que les hice? - y me sonrió con cariño.

Padmé: - Claro que te perdonamos, eres una chica muy valiente y eso nadie te lo va a quitar jamás, todo lo que haces es por amor y eso vale mucho más que cualquier otra cosa.

Fernanda: - Bueno - dije enjugándome las lágrimas de la cara - ¿entonces que tienes planeado?

Padmé: - Bueno se me estaba ocurriendo que podrías hacer que durante la sesión, uno de los senadores se pusiera en contra de los ideales del Emperador y que en cuanto eso sucediera yo hiciera mi reaparición para atestiguar todo de lo que ha sido capaz el Emperador - la estaba escuchando y no me pareció mala idea - o la otra, es que de alguna forma todas las comunicaciones estén conectadas a mi oficina o a un comunicador para que primero sientan confusión de lo que está pasando y que en cuanto llegue a mi estrado como Senadora de Naboo, se apague el holograma y así demostrar que mi muerte fue fingida para proteger a mi familia y defender la democracia que tanto buscábamos defender. ¿Qué piensas?

Fernanda: - Me parece una buena idea, aunque yo prefiero el primer plan, porque yo creo que primero podrías escuchar de que hablan el tema a discutir y así añadírselo a tu discurso para convencerlos determinantemente - dije reformulando mis ideas para crear el plan perfecto - entonces, primero vas a llegar al Senado, donde en la plataforma de aterrizaje te va a estar esperando una escolta de clones para mantenerte segura hasta llegar a tu oficina.

Padmé: - De acuerdo ¿y qué debo usar para que no me reconozcan al principio? - preguntó interesada.

Fernanda: - Tienes que escoger uno de tus vestidos que usabas en tu periodo como senadora, usando una capa lo más oscura posible para que cuando camines por los pasillos no te reconozca nadie y luego te diriges a tú estrado para escuchar atentamente la sesión de mañana y en el momento en que escuches que alguien habla sobre los principios que ha decretado el Emperador o al menos que hablen de Él, tú intervienes en la argumentación - vi que puso una cara de preocupación cuando hablaba.