Ira
She's got me dancing, she's got me dancing
She's got me dancing and she's always one step behindMaldito despertador. Eran solo las 9am y aún no sé a qué hora vendría Sat para nuestra cita. Ni sé dónde me llevaría. Así que opté por meterme en la ducha y vestirme de forma casual. Y justo cuando acabé de ponerme mis botas, el timbré sonó. Fui a abrir y, como esperaba, era Sat.
-Kozlov, buenos días. -Dijo apoyado en la puerta con su sonrisa coqueta de cada día.-
-Griffin. -Le hice un gesto de saludo con la cabeza y me dirige a la cocina. Necesitaba desayunar.-
-¿Aún no has desayunado no? -Yo negué.- Genial. -Puso una bolsa con el logo de Starbucks en la mesa de la cocina.- Desayunemos pues. -Sonrió y sacó dos cafés y muffins, mi perdición.-
-Creo que te quiero. -Le dije cuando empecé a comerme mi muffin.-
-Al fin lo admites. -Dijo coqueto.-
-Idiota, lo decía porque me has traído los muffins. Ya sabes lo que pienso de todo el tema de la cita... -Bebí un poco de café.-
-Pronto cambiarás de idea. -Me guiñó un ojo y suspiré resignada. No cambia.-
~
-¿Falta mucho? -Pregunté ya cansada.-
-Es la sexta vez que me lo preguntas Ira. -Dijo un Sat divertido.-
-Llevamos media hora en el coche, alejados de la ciudad... Espera... -Lo miré.- ¿Me estás secuestrando? -Dije seria y el empezó a reírse.-
-Por eso me gustais tanto tú y tu cabecita loca. -Me miró y puso su mano en mi muslo.- Ya hemos llegado. -Dijo desviándose por un camino de tierra.-
-¿Tienes una casa aquí en medio de la nada? -Dije mirando aquella gran casa blanca y de aspecto antiguo allí en medio.-
-Me gusta venir aquí para despejarme. -Aparcó y me miró.- ¿Lista para pasar un día inolvidable? -Yo reí.- ¿De qué te ríes Kozlov?
-De lo raro que llegas a ser Griffin. -Volví a reír.- Normalmente las citas son en restaurantes, el cine, un parque de atracciones o la playa, y tú me traes a mitad del campo. -Volví a reír.-
-¿La he cagado verdad? Yo pensé que... -Lo interrumpí.-
-¡Claro que no idiota! Odio lo cliché, y además amo el campo. ¿Tienes animales? -Dije emocionada y saliendo del coche.-
-Ahora lo verás, nena. -Lo miré mal por el mote pero ambos reímos.-
~
-¡No me lo puedo creer! -Miré a Sat emocionada.- ¿Cómo se llaman? Son preciosos. -Dije acercándome a la valla.-
-La blanca es Hope, y el negro es Hell. -Me reí al escuchar los nombres.-
-Me pido a Hope. -Dije haciendo un signo con las manos de por favor.-
-Claro, vamos. -Abrió la valla y pasamos.- Ven, te ayudaré a subirte y daremos una vuelta.
Sat me estaba sorprendiendo de verdad. Me había traído a montar a caballo. Ambos, Hope y Hell, se veían nobles y mansos, además eran preciosos. Cuando nos subimos, cabalgamos hasta que llegamos a un lago no muy lejos de la casa. Sat fue el primero en bajar de Hell, y luego me ayudó a mí a hacer lo mismo. Saqué mi móvil e hice fotos del lugar, Sat me imitó pero me hacía las fotos a mí.
-¡Ey! No me hagas más idiota. -Dije tapándome la cara.-
-¿Por qué? Si sales preciosa. -Me ruboricé y me hizo una foto así, sonrojada.- Esa será mi fondo de pantalla por un largo tiempo. -Dijo feliz.-
-Te odio. -Dije haciendo un puchero.-
-Te quiero. -Dijo él ahora mirándome.-
-Idiota.
-Enana.
-Feo.
-Preciosa.
-Aborto de mono.
-¿Enserio? -Dijo y empezó a reír acercándose a mí.- Eso no es lo que piensan todas.
-Pues vete con alguna de esas. -Dije haciéndome la enfadada.-
-El problema... -Dijo arrinconándome entre él y un árbol.- Es que solo quiero estar contigo. -Dijo susurrando a centímetros de mis labios.-
-No sigas con eso Sat... -Dije incómoda mirándole a los ojos. Cabrón, los tiene preciosos.-
-No voy a parar hasta que me beses, Kozlov. -Dijo cada vez más cerca de mi rostro.- Y no hablo de un beso en la mejilla. -Dijo juguetón.-
No dije nada más ya que me estaba poniendo nerviosa. Sí, yo, Ira Kozlov, nerviosa. Mis ojos viajaban de sus ojos a sus labios, y los suyos igual. Ya podía sentir su aliento sobre mis labios. Y cerré los ojos cuando al fin sus labios rozaron los míos. Fue una sensación indescriptible. Sentí una corriente en todo mi cuerpo. Nunca me había pasado esto.
Nos separamos por la falta de aire y abrí mis ojos lentamente encontrándome con los suyos. El beso había sido lento y suave, pero podía asegurar que ha sido el mejor de mi vida. Ninguno hablamos, solo nos mirábamos. Seguíamos muy cerca el uno del otro, solo mirándonos. Sat se acercó más a mí y pasó sus brazos por mi cintura para pegarme a él y dejó su cara en el hueco de mi cuello. Solo respiraba. Sin decir nada. Yo lo rodeé con mis brazos a él también.
-Lo que siento por ti no es un reto Ira. -Dijo susurrando en mi cuello, lo que me daba escalofríos.- Es algo más fuerte, y después de ese beso no puedes negar que te pasa lo mismo. -Me apretó más contra él y quitó su cabeza de mi cuello para mirarme a los ojos.-
-¿Qué me has hecho Griffin? -Dije acercandome a sus labios otra vez.-
-Me pregunto lo mismo Kozlov. -Sonrió y volvimos a besarnos.- No sabes cuánto deseaba probar estos labios. -Dijo pasando su dedo pulgar por mi labio inferior.- Me traes loco Ira. -Volvimos a fundirnos en otro beso.-
Y así pasamos toda la mañana en el lago, entre besos y caricias. ¿Quién lo diría? Yo con un tipo como Sat de esta forma. No sé dónde deparará todo esto, porque este chico es tan impredecible como yo.
~
-Ira, ya hemos llegado. -Decía una voz.- Vamos nena, despierta. -Abrí los ojos y vi a Sat sonriendo con su cara muy cerca de la mía. Sonreí.-
Comimos en aquella casa y pasamos la tarde caminando entre besos y tonterías por parte de Sat. Estaba tan cansada que me había quedado dormida en el coche. Había sido un día genial, pero ya había llegado a su fin. Estábamos frente a mi casa.
-Gracias Sat. -Dije rodeando su cuello con mis brazos y plantando un beso em su mejilla.-
-A ti. -Me besó ahora en los labios.- Me has hecho el hombre más feliz de mundo. -Le di un pico y luego reí.-
-Eres un exagerado. -El soltó un carcajada.- Bueno, es hora de irme. Nos vemos. -Fui a salir del coche, pero tiró demi brazo y me besó más apasionadamente.- ¿Y eso? -Dije riendo.-
-Tenías que despedirte en condiciones. -Ambos reímos.- Nos vemos mañana, y recuerda... -Se acercó a mí oído.- Eres mía, Kozlov.
Yo me sonrojé y salí del coche para entrar a mi casa. Hasta que no entré no se fue. Había sido muy tierno hoy. Pero tenía miedo. Miedo a que en mí surgiera ese sentimiento que llaman amor y salga lastimada de lo que quiera que sea esto entre Sat y yo. Porque, osea, hablamos de Sat. Hace apenas tres semanas era un mujeriego según me han dicho. ¿De verdad podrá estar solo conmigo? Sé que aún no somos nada, pero sus intenciones paracen ser que quiere algo serio.
No sé que pasará, pero me gusta pasar tiempo con él y pienso arriesgarme. El miedo no podrá conmigo así de fácil.
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Sat.
RomanceIra Kozlov es una joven de 19 años originaria de Moscú que debe mudarse a California con su padre por motivos de trabajo. Su única condición para irse es que Katia, su mejor amiga, vaya con ellos y entren a la misma universidad. Ira piensa que cambi...