15. El frío de Moscú.

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Ira

-¿Qué tú qué? -Dije más histérica de lo que creía.-

-Es solo una semana de las dos que estaremos de vacaciones, los echo de menos. -Dijo Kat tirándose en su cama.- No te estoy obligando a venir, de hecho Tyler va a venir conmigo, ya sabes llevamos 3 meses saliendo y quiero que lo conozcan. -Dijo encogiéndose de hombros.-

-Es solo que... -Me rasqué la nuca.-

-Ira, sé que temes volver por el pasado. Pero estoy segura de que si Sat va contigo, superarás todo. Además... -Levantó una ceja.- ¿No quieres mostrarle cómo eras? Él se ha abierto a ti, te toca ahora.

-Bueno, en ese caso si Sat quiere venirse a Moscú una semana está bien. -Ella aplaudió contenta.- Pero nada de desfase como en los viejos tiempos. -La advertí.-

-Eso ya lo veremos, Tunrida. -Bufé y salí de su habitación para ir a buscar mi móvil, quería hablar con Sat sobre el viaje.-

Cuando lo cogí, me llegó un mensaje.

De: Tonto Griffin
Nena, te veo en media hora en el Starbucks cerca de tu casa. Te echo de menos ;( Te amo

Será idiota, pero si nos hemos visto esta mañana en clase. No tiene remedio. En fin, hora de arreglarme.

~

-¿Quién soy? -Dijo esa voz que me tapaba los ojos.-

-El idiota más grande de California. -Dije y luego solté una carcajada.-

-Pero amas a este idiota. -Dijo en mi oído.-

-Touché. -Ahora rió él y me destapó los ojos para tirar de mi cabeza hacia atrás y besarme.- Ahora sientate, tengo una propuesta para ti.

-¿Una indecente? -Dijo poniendo cada de vicioso, lo que es vaya.-

-Eso quisieras, pervertido. -Le saqué la lengua y él a mí.- Katia y Tyler van a irse a Moscú el lunes, ya sabes por las vacaciones y yo pues me preguntaba si... -Me cortó.-

-Iré contigo. -Dijo y bebió de su café, que yo le pedí cuando llegué.- Sabes que iría al fin del mundo por ti, ¿verdad? -Yo sonreí sonrojada.- ¿Hará mucho frío? -Dijo poniendo cara de miedo, a lo que yo reí.-

-No sabes cuanto. -Ambos reímos.- Por cierto... Estaremos solos en mi antigua casa. -Ahora yo sonreí picarona.-

-Parece que no soy el único pervertido aquí. -Levanté la ceja amenazante.- En verdad te gusta. -Reímos y asentí.- Lo pasaremos bien, además irá Tyler, podremos meternos con él incluso más que aquí. -Asentí y seguimos tomandonos nuestros cafés.-

~

-¡Moscú! ¡Aquí vamos! -Dijeron Tyler y Sat a la vez saliendo del avión, par de idiotas.-

-Ojalá tus padres lo echen a patadas de tu casa. -Le dije riendo a Katia.-

-En realidad es un buen chico, no creo que tengan problemas con él. -Sonrió mirándolo enamorada.-

-Mientras que a ti te trate bien, lo querrán como a un hijo. Hablamos de tus padres, son muy empalagosos. -Puse cara rara y reímos.-

-¡Hey chicas! Vamos que dicen que en una hora empezará a nevar. -Dijo Tyler tirando del brazo de ambas.-

Se le veía muy entusiasmado, y eso que hoy conocería a sus suegros. Pero bueno, después de todo parece que nos lo pasaremos bien. Aquí nos separamos, Tyler y Kat para la casa de sus padres y Sat y yo... A mi casa.

Sat

Si pensaba que iba a hacer mucho frío, me quedé corto. ¡Esto no es normal! Menos mal que Ira me avisó y compramos abrigos realmenge gordos antes de venir, si no, moriría congelado. Hace cuatro horas que llegamos a su casa. Es pequeña pero acogedora. Colocamos nuestra ropa y limpiamos un poco el polvo acumulado. Deberíamos ir a comprar, pero Ira está dormida en mi regazo y yo solo no pienso salir de aquí. No conozco el barrio ni el idioma, así que lo veo difícil. Además, mirarla dormir se ha convertido en uno de mis pasatiempos preferidos. Parece un ángel de verdad. Con ese pelo realmente suave, como su piel blanca como la nieve que aún sigue cayendo ahí fuera. Esta noche cenaremos fuera y luego daremos una vuelta. Este lugar tiene que ser muy bonito nevado.

-¿Sat? -Dijo Ira medio dormida aún. Le acaricié la cintura.- ¿Qué hora es?

-La de cenar. ¿Quieres que vayamos fuera? -Dije acariciándole aún.-

-¡Sí! Hay un restaurante aquí cerca que es especialista en la comida tradicional de aquí. -Dijo ya completamente despierta.-

-Pues vayamos. -Sonreí y nos fuimos a arreglar.-

Nuestra primera cita en Rusia.

~

-¡Esto está riquísimo! -Dije relamiendo mis dedos.-

-Es un postre típico de aquí, Ptichie Moloko. -Dijo sonriendo.-

-Podría vivir alimentándome solo de esto. -Ella rió y acarició mi mejilla.-

-Eres todo un bebé Sat, y pensar que cuando te conocí eras el chico malo de la universidad. -Dijo riendo.-

-Y tú, que parecías tan antipática... Eres tan tierna. -Tiré de sus mofletes y luego la besé.- ¿Vamos a dar un paseo?
-¡Claro! -Pagué la cuenta, y salimos de la mano de aquel bonito restaurante.-

~

Esto es impresionante. Está absolutamente todo blanco. Nunca había estado en un lugar así. Estábamos cerca de casa, en un bosque. Aún no estaba muy oscuro, había la suficiente luz para poder admirar el paisaje. Íbamos de la mano, aunque con guantes por el frío, pero se estaba realmente bien. Tranquilo, con la chica que amo. No hablábamos, pero un silencio reconfortante. No era nada incómodo. Nunca pensé que llegaría a estar así con ninguna chica, pero aquí estoy. Viajando a la otra parte del mundo por ella. Y sé sin duda que ella haría lo mismo por mí.

Ira

Al fin estábamos en casa. Estaba realmente cansada, pero parece que Sat tenía ganas de acción.

-Venga nena, hay que aprovechar que estamos solos. -Dijo agarrado a mí y en mi cuello.- Si ya estás lista... -Dijo tocando mi intimidad.-

-Tú ganas. -Fue decir esas dos palabras y colocarse encima mía para empezar a besarme rudo pero a la vez de forma cariñosa. Como Sat sabe.-

El resto os lo dejo a vuestra imaginación, solo deciros aquí en Rusia esa es la mejor forma de calentarse y no morir congelado.

Sat.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora