Ira
La mañana pasó tranquila, ya que en mis tres primeras clases no he coincidido con ninguno de los idiotas de antes. Pero mi fuerte acaba de marcharse corriendo porque por ir al baño he llegado justa a la siguiente clase, anatomía, y para mi mala suerte solo hay un hueco libre al lado del tal Sat. Este me mira con una sonrisa radiante en su cara y me guiña antes de sentarme a su lado. Solo espero que no me moleste.
-Así que Ira ¿no? -Dijo y para mi mala suerte sí que iba a molestarme.- Te pega, tienes mal genio. -Dijo y soltó una carcajada.-
-Callate. -Dije y luego lo miré.- ¿Y cómo has sabido mi nombre?
-Tengo mis contactos nena. -Volvió a guiñarme el ojo y justo antes de reclamarle por llamarme nena, el profesor empezó a explicar.-
Gracias a dios, no habló más en toda la clase. Yo tomaba apuntes, sin embargo Sat solo me miraba y me estaba molestando.
-Deja de mirarme ya, pesado. -Dije susurrando.-
-No quiero. -Dijo sin quitar sus ojos de mí. Yo bufé y sonó la campana. Al fin me lo quitaría de encima.-
-Adiós Griffin, espero no verte lo que queda de día y de curso. -Dije saliendo casi corriendo y dejándolo atrás.-
Y por salir corriendo de clase, choqué con alguien. Algo muy común en mí.
-Lo siento. -Dijo el chico con el que choqué mientras me ayudaba a recoger mis cosas del suelo.-
-No pasa nada. -Por muy borde que sea, admito que la culpa esta vez ha sido mía.- Ira Kozlov. -Le di dos besos y el sonrió.-
-Marco Mascolo. -Era realmente guapo. Rubio, de tez morena y de ojos azules. Un bombón de hombre.- ¿Rusa?
-¿Italiano? -Ambos reímos a la vez. Parecía muy simpático.- Bueno Marco, ¿te apetece que te invité a un café como disculpa de nuestro choque? -El asintió.- ¡Genial! Mi primer amigo en la universidad. -Dije a modo de niña pequeña y reímos de nuevo.- Fuera de bromas, desde que he llegado solo he conseguido que un tipo muy pesado me medio acose. -El rió.-
-Vamos a la cafetería y me cuentas. -Se enganchó a mi brazo y fuimos a la cafetería.-
Era un lugar enorme, y estaba atestado de estudiantes. Había de todo, pero la mayoría eran nerds y gente pija. Había poca gente normal como Marco la verdad.
-¿Sat Griffin? ¿Enserio? -Dijo Marco sorprendido cuando le conté lo ocurrido.- Chica ruda, no tienes escapatoria. -Me dijo junto a ese apodo que me ha puesto.- Admitamos que el chico está bueno, -Sí chicos, Marco es gay.- pero es el rey de los capullos. Es todo un mujeriego porque todas caen a sus pies, pero nunca nadie lo había rechazado hasta que has llegado tú Ira. Y no se va a cansar hasta que te tenga. -Bebió un sorbo de su café.-
-Se cansará. Yo no soy ninguna de estas chicas huecas que caen por una cara bonita. -Bebí yo ahora.- ¿Y a parte de mujeriego es algo más? No sé, pensaba que sería más interesante.
-Pues corre en carreras de motos ilegales. -Vaya, teníamos algo en común.- Y bueno, suele meterse en alguna que otra pelea junto con Tyler y Ron, los dos con los que iba esta mañana.
-Interesante. -Dije para luego beber café.-
-Interesante es lo que se aproxima. -Dijo con una sonrisa en su rostro.-
-¿Por qué lo... -Pero no llegué a acabar la pregunta cuándo unos brazos me abrazaron los hombros por detrás.-
-No deberías estar con él Ira. -Dijo Sat en un susurro en mi oído.- Eres mía. -Al decir eso me separé bruscamente de él y lo empujé.-
-No soy ni seré nada tuyo nunca Griffin. Me acabas de conocer, no seas gilipollas y ve y tirate a alguna zorra que aquí hay muchas. -Le dije mirándolo mal.- Ahora vete. -Apretó sus puños y se acercó a mí otra vez, yo no me moví ya que no quería que pensara que tenía control sobre mí.-
-Ahora dices eso rusa, pero pronto estarás suplicando por que te folle. -Se dio la vuelta bajo la mirada de toda la cafetería que observa la escena.- Nos vemos esta noche Ira. -Dijo antes de salir por la puerta. ¿Cómo que esta noche?-
-¡A lo vuestro! -Le grité a la gente que seguía mirándome espectante.- Marco, vámonos.
Genial, odiaba llamar la atención y gracias a ese idiota de ojos celestes soy el centro de atención. Cada segundo lo estoy odiando más.
~
-¡Ya estoy en casa! -Grité esperando que aparecieran mi padre y Katia, ya que esta última salía antes que yo de la universidad.-
-¡Ira! ¡La mesa está puesta! -Gritó Katia desde el comedor.- ¿Qué tal tu primer día? -Preguntó cuando me senté a su lado.-
-Tengo un acosador. -Dije y ella rió.- Y un nuevo amigo gay. -Ella aplaudió.-
-¡Yo también! Se llama Dylan, y si no fuera gay me lo tiraría. -Yo reí.-
-Lo mismo digo de Marco. -Ambas reímos.- Deberíamos quedar los cuatro, lo mismo hacen buena pareja. -Ella asintió feliz.-
-¿Y sobre el acosador? -Preguntó mientras comía.-
-Está bueno pero es un capullo mujeriego que piensa que seré otra de sus zorras. -Dije cabreada al pensar en él.-
-Pobre iluso. -Dijo Katia riendo.-
-¡Chicas! -Mi padre apareció en el comedor.- Lo siento pero me había llamado mi jefe, esta noche cenaremos en su casa. -Yo bufé. Lo que me faltaba.- Ira, sé que estás cansada, pero no puedo negarme a ir. Es mi jefe. -Dijo como si fuera algo obvio.- Tenéis que estar listas a las 7pm.
Katia y yo asentimos y terminamos de comer. Después yo me metí en mi cuarto a descansar un poco. Tanto que me quedé dormida hasta las 6pm. Tenía una hora para arreglarme, para algunas sería poco tiempo, pero a mí me sobraba. Cuando ya estuve lista bajé y Katia y mi padre me esperaban.
~
Vaya, la casa del jefe de mi padre sí que era una mansión. Tenía unos jardines preciosos a decir verdad. Llamamos y un mayordomo nos invitó a pasar. Joder, que nivel.
De repente un hombre de la edad de mi padre apareció en el vestíbulo con una sonrisa y se acercó a darle la mano a mi padre y luego dos besos a Katia y a mí. Era muy atractivo para su edad, y a pesar de tener semblante serio parecía simpático.
-Robert, estas son Ira, mi hija, y Katia su amiga. -Le dijo mi padre a su jefe.-
-Andrey, he de decir que tienes una hija preciosa. -Dijo alagandome.- Tengo un hijo de vuestra edad, estará ya esperando en el comedor. -Dijo y entramos.-
Todo parecía ir bien hasta que lo vi. Sat estaba allí sentado. No me jodas. Es el maldito hijo del jefe de mi padre. ¿Podría empeorar la situación?
-Andrey, Katia, Ira, este es Sat, mi hijo. -Dijo Robert y Sat se levantó para darle la mano a mi padre, dos besos a Katia y a mí uno pero más largo de lo normal.- Tomad asiento, van a servir ya la cena.
Y así lo hicimos, de manera que tenía a un lado a mi padre, al otro a Katia, frente a mi padre estaba Robert y enfrente mía Sat. Quién no dejaba de mirarme.
-Katia, es el acosador. -Le dije en el oído y está se asombró.-
-Está muy bueno, y no deja de mirarte. -Dijo dándome un codazo a lo que me giré a mirar a Sat y mis ojos se posaron el los suyos por unos segundos.-
-Y bueno chicas, ¿que estáis estudiando? -Dijo Robert mirándonos.-
-Katia está estudiando derecho y yo medicina para luego hacer la especialidad de forense. -Le dije amablemente.-
-¡Vaya! Igual que Sat, quiere seguir los pasos de su madre. -De repente Sat cambió su cara a una de mal humor y se retiró sin decir ni una palabra.- Disculpad su comportamiento, pero aún le sigue afectando la muerte de Lily. -Dijo refiriéndose a su mujer.-
Seguimos cenando los cuatro. Los dos adultos hablaban de trabajo, Katia miraba el móvil y yo solo pensaba en como debería estar sintiéndose Sat, ya que a mí me pasa lo mismo con el tema de mi madre.
Ya van dos cosas que el mujeriego y yo tenemos en común.
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Sat.
RomansaIra Kozlov es una joven de 19 años originaria de Moscú que debe mudarse a California con su padre por motivos de trabajo. Su única condición para irse es que Katia, su mejor amiga, vaya con ellos y entren a la misma universidad. Ira piensa que cambi...