Capitulo 46.

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No pude dormir en toda la jodida noche, y aún siento mis ojos bastante hinchados por la intensa lluvia de lagrimas.

–Tranquilo bro– Nash tomo mi hombro.

Alcé la cabeza y tome el café que me extendía.

–Veras que todo mejorara Cameron, enserio– Me apoyó Aaron.

Yo no dije nada, solo no podía olvidar su grito de dolor que escuche por el celular. Si tan solo hubiese estado ahí, ella estaría bien.

Recibiría miles de puñaladas con tal de que a ella no le pase nada.

No puedo parar de pensar en todos los momentos que vivimos juntos. Oh mi amor... Mi Marina, si te pasa algo muero. Aún recuerdo cuando por primera vez te conocí.

Recuerdo...

Vi como una niña corría mientras decía "Iré a la playa" "Me la pasare tan bien". Corrí lo más rápido que pude hasta que llegue a su lado.

–¿Vas a la playa?– Pregunte y ella me miró con su ceño fruncido.

–¡Claro que si! Iré caminando, no me demorare mucho– Me sonrió ampliamente pero sin mostrar sus lentes.

–¿Puedo acompañarte?– Hice pucheros.

Ella lo pensó por unos minutos, con su pequeña mano sobre su mentón. Puso un mechón de cabello tras su oreja.

–Esta bien, pero tienes que ser como mi cómplice siempre ¿Okay?– Me tomo de la mano y comenzó a correr.

–¡Si claro!– Reí y corrí junto a ella.

Su delicado cabello revoloteaba por los aires mientras corríamos y no pude evitar pensar "que hermosa niña". Llegamos hasta el gran portón de nuestro jardín infantil y ella lo miró con miedo, pero luego alzó el pecho e intento subir.

–¡Ayúdame niño!– Exclamó mientras sus intentos por salir eran fallidos.

–Me llamo Cameron...– proteste.

–Cameron... ¡Ayúdame!– Me respondió obstinada.

–¡Okay! Mami se enojara por esto– Camine a su lugar– ¿Cómo te llamas tú?

–Marina– Dijo mientras posicionó un pie sobre un pequeño piso.

–Lindo nom...

–¡QUIETOS AHÍ!– Escuche un grito tras de nosotros.

Voltee y vi a nuestra profesora. Oh-oh...

Fin, recuerdo.

Otra lagrima callo por mi mejilla, y la limpie rápidamente. Camine hasta el ventanal de la clínica y mire por este, dejando que muchas lágrimas más cayeran.

Recuerdo.

–¡Estupido Alberto! ¡Estupido Jhon!– Patee una piedra mientras sostenía mi mochila por los hombros.

–Ya relájate ¿Qué pasó?– Marina puso su mano en mi hombro, mientras doblábamos en una esquina.

–Es que...– Mire al suelo– Hoy me molestaron por qué no eh dado mi primer beso, todos dicen que tienen novia, y además ¡me molestan mucho! Tú sabes Marina... Mi estatus ante todo. La belleza no lo cura todo– Dije arrogante.

Estábamos fuera de la casa de Marina mientras ella pasaba la llave por la puerta, al abrirla pasamos.

–Nuevamente mis padres no están– Resopló– Ahora sígueme contando– Tiramos nuestras mochilas al sofá.

–Nada... Me molestó mucho, ósea tengo que dar mi primer beso pero quiero que sea con alguien especial ¡Dios! Tú y tus cursilerías me contagiaron– Dije asqueado.

Marina rodó los ojos y miro a otro lado. De un momento a otro una loca idea pasó por mi mente.

–¡Ya se!– La tome del brazo.

–¿Qué?– Pregunto cómo si nada.

–Besémonos– Sonreí y me encogí de hombros.

–¡¿Qué?!– se levanto del sofá y me miro atónita.

–Es simple– Me levante y quede frente a ella– Tu eres especial para mí y yo para ti, no lo desperdiciaríamos dándolo entre nosotros. Pero con otra persona si.

Me miro pensativa y me tomo del brazo. Corrimos por los pasillos de su casa hasta llegar al patio tracero. Nos pusimos frente a frente y ella suspiro sonriendo.

–Y...

–Bésame– Me interrumpió– Tienes razón con lo que dices así que... Bésame.

Asentí rápidamente y la tome de la mano. Intentamos encajar nuestras caras pero no lo logramos, otra posición y tampoco, otra más y otra más hasta que ¡Bingo! Sonreímos satisfechos y nos acercamos de apoco, nuestros labios se juntaron por un rápido movimiento mío, pero al momento meter la lengua... Ahí estuvo el problema, ninguno sabía cómo moverla.

Fin, recuerdo.

Sentí como Nash me tomaba del brazo y me guiaba hasta donde estaban todos, pues por lo que vi, el doctor nos esperaba para darnos noticias de mi novia.

–¡Doctor! ¿Cómo está?– Dije apenas estuve lo suficiente cerca de él.

–Bastante mal, la puñalada le perforó un riñón– Junto sus labios– Estamos haciendo todo lo posible para salvarla, no puedo decir que esta fuera de riesgo vital...

Maldeci y sentí como todo mi mundo se me venía abajo.

–Aún no despierta... Pero esperemos dentro de poco lo haga– Y sin más se despidió y se retiró.

Me quedé paralizado, aún asimilando que ella podría morir. Los chicos se unieron para formar un gran abrazo grupal entorno a mi, pero no respondo, ya que me sentía en un estado fuera de este mundo, intentando pensar que todo esto es solo un sueño...

Un maldito mal sueño.

Vídeo amigos. [Cameron dallas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora