Capitulo 36.

1.2K 77 1
                                    

Cameron.

–Cameron, olvídala de una vez– Me repitió Nash.

Pase mis manos por mi cabello y luego por mi cara. Como me está costando, incluso siento que me gusta más.

–Es que... ¡Por la mierda!– Patee el sofá– No puedo, siento que la amo más, cada día la amo más.

–Pero, Cameron... Ella te está olvidando, tienes que hacer lo que ella–Cuestionó mi amigo, que era el único en mi departamento, además de yo. Volví a la mierda de soledad– después de todo, cuando se olviden podrán volverse a ver...

–Eso es pura mierda– Lo interrumpí– Se que no podré olvidarla nunca. Es parte de mi, y de mi vida. No sabes lo que me costó tenerla lejos por dos míseros años ¿Cuánto creer que me costará? uhm... Nose... ¡Para siempre!

–Cameron– Me tomo de los hombros bruscamente– Olvídala de una vez, es la única solución.

Y si, definitivamente es la única solución. Quizás es verdad que pueda verla luego de olvidarla, pero sé que si la vuelvo a ver, mis sentimientos por ella reaparecerán, por eso digo, si no la veo será para siempre, por que en conclusión jamás podré olvidarla... Ni en un millón de años.

–Cameron, ya pasó un mes que ni siquiera se han visto– Junto sus labios– Debes aún que sea, intentar olvidarla.

–No sabes cuando eh tratado...




Marina.

Tome el cesto con ropa sucia, dios no recordaba ensuciar tanta ropa. Camine por el pasillo que daba hacia la lavadora, que era en el balcón. Lo bueno de este departamento es que tiene un gran balcón, por eso me gusto cuando mi padre me lo enseñó. Llegue y puse toda la ropa dentro de la lavadora. Apreté el botón para que esta andará pero no pasó nada. Apreté otra, y otra, y otras veces más, pero nada... Ni un mínimo remezón.

–Vamos... Necesito esos jeans limpios– Rogué como si esta me escuchara.

Volví a apretar, pero no daba ni una mísera señal. Me desespere, y por mi poca paciencia la patee "suavemente"... Bueno, quizás un poco fuerte.

Sentí como un pequeño saco caía en mi cabeza mire hacia arriba y estaba una vieja repisa de madera que nunca usaba. Mire al suelo, y me encontré con algo que... Que la verdad, para ser un simple saquito, significó demasiado.

El detergente.

Inmediatamente recordé ese día que me encontré a Cameron. Dios, por más que intento no puedo olvidarlo, no lo veo desde ese día en su departamento, ese día en el que nos besamos, ese día en el que todo se desató, pero a la vez se destrozo.

Sentí una lagrima resbalar por mi mejilla, sonreí inconscientemente. Como lo extraño, como desearía poder verlo... Sentirlo, besarlo. Pensé que esto se me haria aún que sea un poco más fácil, pero en realidad siento que cada día lo quiero más.

Salí de mi trance por sentir mi celular vibrar en mi bolsillo. Lo saque y mire la pantalla, era Carla. Conteste y acerqué el aparato a mi oído.

–¿Hola?– La escuché decir.

–Hola idiota– Conteste.

–Yo igual te amo querida– Dijo sarcásticamente– ¿Cómo estás?

–Bien... Creo ¿Y tú?

–Bien, muy bien– Suspiro– En tres días cumplo mes con Nash.

Que ternura, de verdad que los admiro. Su relación es totalmente sana, de vez en cuando pelean por qué Carla es media fría, pero se les pasa al instante.

–Me alegro mucho. Estoy orgullosa de los dos– Sonó como si fuera una madre.

–Lo amo tanto– Suspiro como una tonta enamorada– Soy una tonta enamorada.

Siempre conectando nuestros cerebros, aún que sea por celular.

–Creo que lo sé más que nadie. Ayer escribiste en todas mis libretas "Amo a Nash".

–Si...– Callo un momento– Te iba a decir eso– Río nerviosamente.

–Maldita –Reí divertida– Pero no importa...

–Eres un sol.

–Lo sé...

Ella rió divertida y luego se quedó callada por varios segundos. Pensé que la línea se había cortado.

–¿Carla?

–Si, aquí estoy.

–¿Qué sucede?– Levante el detergente y lo deje sobre la lavadora, que mágicamente estaba andando.

Camine hasta la orilla del balcón. Así poder ver el mar de Miami.

–Nada... Nada malo– Pauso– Quería decirte algo.

–Suelta ya rubia– Interrumpí.

–Taylor vuelve a Miami– Soltó rápido.

–¿Eso tiene algo de malo? Yo encuentro que es totalmente genial–Dije natural. 

–Claro que no hay nada de malo en eso, el... Él quiere que vayamos a buscarlo cuando llegue.

–¿Quiénes van?– Me apresuré a decir nerviosa.

–L-los chicos... Tú sabes; Matt, Nash, Aaron, Los Jack's, Shawn, Hayes, Carter, Mahogany... Sobre todo Taylor que estará cuando llegue...– Sonaba nerviosa.

–Ou... Genial– Intente sonar natural y despreocupada– ¿N-nadie más?...

–No Marina, Cameron no va– Me interrumpió.

–Nunca pregunte por...

–Pero querías hacerlo– Volvió a interrumpirme– Taylor enserio quiere que vayas.

–¿Estás completamente segura que Cameron no va?– Mordí mis uñas.


Cameron.

–Taylor enserio quiere que vayas...– Nash siguió rogándome.

–¿Estás completamente seguro que Marina no va?– Puse mis manos en mi nuca.

–Absolutamente– Sonrió– Vamos tienes que ir Taylor te extraña. Marina no va por qué está en chino, viendo a sus abuelos, esos que están aya ¿Los recuerdas?

Asentí.

–¿Seguro que no va?– Volví a preguntar.

Marina.

–Estoy segura, Taylor te extraña. Cameron no va por qué está en chino, con su familia, esa que vive aya ¿La recuerdas?

–Claro– Asentí– ¿Segura que no va?

–¡Si Marina, no irá!– Grito a través del celular– ¿Tú irás?

Me lo pensé por varios segundos. Cameron tiene que estar en chino, desde hace mucho que no lo veo. La última vez que lo vi fue en una entrevista por televisión. Le preguntaron por qué no hacíamos vídeos, el solo respondió que queríamos unas tipo, vacaciones.

–Esta bien– Respondí por una buena vez– Iré.



Cameron

¡Okay! Voy a ir Nash– Caí rendido– Iré.

Vídeo amigos. [Cameron dallas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora