Capitulo 4

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-...¿Cómo demonios logras articular esa letra? éfge, énie, éllie... -Protestó un enfadado y frustrado Styles.
-Es éñe, Harry- Respondí con serenidad.
-¡Ellié!
-¡No! ¡Éñe!
-¡Al demonio!- Aventó todas las hojas al suelo de un tirón.
-¿Qué crees que haces?- Pregunté con el rostro perplejo.
-¡Estoy harto de intentar aprender tu estúpida lengua! ¡Estoy harto de tener que pronunciar la ellié! ¡Y estoy harto de verte!- Pronunció con enojo, refiriéndose a las últimas tres semanas que he estado practicando tutoría con él. Y sí, todos estos días han sido algo así o peores. -O bueno... De intentar verte, eres tan enana...- Rió.
-El tema a discusión aquí no es mi estatura... Y no te incumbe.
-¿Acaso hay una razón? ¿qué? ¿en Sudamérica hay una colonia de verdaderos pitufos y tus padres te sacaron de allí?
-Oh, claro- Dije con evidente sarcasmo. -Incluso me pintan de color piel a diario. Qué brillante eres Edward.
-¡Shh!- Reaccionó inmediatamente ubicando un dedo entre su boca. -No lo digas muy alto- Murmuró. -¿Quién te dijo mi segundo nombre?
-En la guías está escrito- Sonreí escabrosamente. Por fin, tenía algo con qué molestarlo. Lograba algo con mi vida, finalmente. -¿Quieres volver a la éñe, ó no?

Harry me miró con odio fijamente y empezó a tomar sus pertenencias y las hojas que estaban regadas en la mesa y el suelo.

-¡Puedes irte a la éñe!- Dijo mientras se levantaba y pronunciaba la letra correctamente. Se veía enfadado, supongo que le frustraba no ser un genio en lenguas como en casi todas las demás materias y en los deportes.
-Vaya alumno estrella- Suspiré casi igual de frustrada a él, finalmente lograba decirlo y se iba como una niñita berrinchuda.

Harry era esa clase de chico que nunca terminaba de sorprenderte. Muchos atestiguaban su carisma natural e intachable, era amigo de todos, algunas veces muchos más que amigo de algunas cuantas chicas de la escuela.

En el tiempo que llevaba "conociéndolo" (y me refiero a todos estos años de tortura) he aprendido tres cosas de él:

1. Obtenía todo lo que quería, sin importar lo que fuése. Y sin importar tampoco los medios. Era algo así como un príncipe de Maquiavelo.
2. No gustaba de relaciones serias. Por lo general se le veía con una o quizás dos chicas todo el tiempo. Muchas luchaban, literalmente, por su amor. Pero como en cada asunto, este era un desinteresado. Cuando se aburría de una, seguía con otra inmediatamente y ninguna se negaría, pues, hay que aceptarlo, Harry es bastante guapo y bocón.
3. Me odiaba. Sin razón aparente. Sólo me odiaba, muchísimo.


Caminé algo agotada hacía su casillero, donde arrojaba violentamente sus libros y se le veía furioso.
-Harry- Suspiré resbalando mis manos por mi cara, con algo de frustración. -Mira... Yo-yo quiero ayudarte- Harry me miro de lado con algo de escepticismo. -Está bien. DEBO ayudarte- Corregí. -Pero tu realmente eres bastante delicado y yo no puedo...
-¡Calla!- Interrumpió de repente. Me percaté de dos chicas que pasaba junto a él, mientras lo saludaban coquetamente. Este las miraba con ganas de devorarlas completas, lo notaron, pero supongo que la idea les fascinaba. -¿Qué querías?- Retomó con fastidio mientras aquellas fáciles pasaban de largo.
-Ammm, lo olvidé- Mentí apenadamente, pues no quería recobrar el discurso mental que había preparado camino a su casillero.
-Escucha, Agnes. No quiero que la gente me vea hablando contigo en la escuela- Soltó crudamente.
-Oh...- Dije un tanto ofendida. -Vaya... Yo... Emmm...- Balbuceé. ¡Vamos, Agnes! ¡Di algo! -Est-está bien, entiendo... Yo tampoco quiero qu...
-Así que tendremos que buscar una solución para las tutorías- Irrumpió, como de costumbre, este no escuchando ni una palabra de lo que digo así me encuentre a medio metro de él.
-Podrías no tomarlas y ya...- Propuse.
-Tengo qué- Gruñó, golpeando el casillero de al lado. En verdad, estaba matándolo por dentro eso de no ser bueno en lenguas.

Desvié la vista y jugué un poco con mis expresiones.

Nos quedamos un rato en silencio. El dispusó a sacar sus libros de próximo periodo, casi olvidando el hecho que yo seguía allí

-Iré a tu casa esta tarde- Dijo sin más, cerrando su casillero y caminando sin limitarse a escucharme.
-¿Qu-quée?- Me sorprendí paulatinamente. Pero al reaccionar, este ya llevaba mil pasos delante mío. Corrí para alcanzarlo. -¿En mi casa?- Pregunté mientras le seguía el ritmo.
-Sí. No sé si te moleste, pero no me importa- ¡Claro que me molestaba! ¡No podía permitir que fuera a mi casa! Mi vida ya era un infierno en la escuela gracias a él, no lo quería ni cerca a mis cosas allá...
-Harry, pero en mi casa es imp...
-Adiós- Interrumpió por última vez con un tono serio, mientras adelantaba el paso y yo me quedaba allí, confundida y asustada.

Bullied |H.S| ✔️EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora