Capitulo 13

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-Harry Styles... ¡¿QUÉ PUÑADO ESTÁS HACIENDO EN MI CASA?!- Me sulfuré hasta mis límites. ¿Es que ni en mi propio hogar me podía relajar?

- ¡Agnes ?Martínez!- Gritó mi madre vergonzosamente mi nombre completo desde el otro lado de la sala. -¡Cuida esa boca, señorita!

-Lo siento- Me llevé una mano a mi cabeza, mientras empezaba a sentirme extrañamente enferma. -¿Qué hace él aquí?

-Tu madre me invitó a cenar- Levantó los hombros sin importancia.

-¿Qué?- Fulminé a mamá con la mirada.

-Te dije que vendría por las guías de lenguas, pero cuando llegué no estabas y tu madre me dejó seguir a esperarte y luego dijo que sí quería quedarme a cenar y acepté.

-... ¿En serio, madre?- Me dirigí a ella desconcertada.

-Oh, vamos hija. Harry es un buen chico.

-Claro mamá- Asentí. -Un gran chico- Dije con un tono seco al recordar lo de la fiesta de Kendra, que al parecer era un tema más trascendental de lo que creía.

No me apetecía entrar en discusión sobre cómo y porqué mi mamá lo adoraba tanto. Había tenido suficiente de Harry Styles por hoy... Y por siempre. Pero deshacerme de él no sería tan fácil. Me encerré en mi habitación por el resto de la tarde, cuidando minuciosamente de no hacer ninguna clase de ruido. Es que me ponía los pelos de punta pensar que estaba allí abajo compartiendo con mi familia y no en la seguridad de mi habitación, donde podía vigilar su pasos como águila. Vale, debo admitir que su manera de meterse en mi vida por todas partes ya era ortodoxa y terrible. Estaba al borde de colapso mental. ¿Por qué no simplemente puede volver a ser él mismo Harry de siempre? Ése que de vez en cuando me pegaba notas en la espalda, pegaba mi asiento a mi trasero con industrial, y se burlaba despiadadamente de mí, única y exclusivamente en la escuela y cuando estábamos relativamente cerca. El resto del tiempo me ignoraba totalmente. Y eso estaba bien para mí. Llegué a pensar que nunca extrañaría esa época de mi vida sino fuera porque algo se tornara lo suficientemente malo, y en este caso, lo era.

Entonces, en medio de la penumbra y mi cuerpo aplastado en mi cama, escuché un "Tienes que ver el álbum de la familia, lo traigo en un momento". Volé, lo juro. Volé al primer piso tan rápido que alcancé a encontrar a mi madre con las fotografías en sus manos; se las arrebaté en cuestión de segundos y las escondí donde nunca pudiesen ser encontradas.

-Vamos, hija, no iba a avergonzarte- Reclamó mamá.

-Dejé de creerme eso después de que le enseñaste fotografías a Logan que ni yo sabía que existían- Me defendí, volviéndome a las escaleras a continuar con mi melancolía solitaria.

-Aguarda, Agnes. La cena ya está lista.

¡Bien! Ya era hora de la cena y yo no podía estar más despectiva porque no era posible. Cenar con él sería una pesadilla monumental.

Y allí estaba yo, sentada en la mesa para seis, que hoy ocupaban solo cinco, pues faltaba mi hermano mayor, quién asistía a la universidad. Éramos en este orden:Nathan, mamá, mi otro pequeño hermano, Harry ¿y adivinen quién justo a su lado?

-¿Dónde dices que se conocieron?- Preguntó Nathan, con la boca casi a explotar de pollo relleno de frutas.

-En la escuela- Respondió algo intimidado. ¡OhNathan! ¡Gracias!

-¿Y dices que haces un proyecto de lenguas con Agnes?

-Sí em, sí.

-¿Y fuiste tú quien puso una peligrosa araña en la cabeza de mi pequeña?- Retó mi hermano algo sobreprotector a lo que el cuestionado no pudo responder, pues estaba tan nerviosa que apenas podía sostener el tenedor.

Quizá Harry conociera trucos para ganarse a las madres latinas, pero seguro no conocería ninguno con los hermanos de la misma región. A lo mejor Nathan sería más perceptivo y notaría lo horrible que realmente es. ¡Já! Knock Out, Styles. En poco te espantarán de esta casa y de mi vida.

-¡Pero querido!- Intervino desafortunadamente mamá. -Harry ya se ha disculpado por eso, lo ha hecho conmigo y con Agnes.

¿Disculpado? ¿Cuándo se había tomado la molestia de hacerlo conmigo?

-Es cierto-Puso ese tono dramático y novelero. -Yo realmente no creí que fuese tan grave la situación con los arácnidos.

-¿No te lo ha contado?- Dijo mi hermano, entornando los ojos sorprendidos.

-¡Nathan!- Exclamé antes de que pudiera comenzar con una historia que realmente no quería recordar.

El resto de la cena fue reinada por un silencio incomodo por parte de todos. Aunque odiaba las situaciones así, no podía estar más agradecida con la vida porque no se hablara de nada más que me relacionara y/o avergonzara.

-¡Spectaculaire! El pollo le quedó delicioso, señora Sykes-Exclamó Harry, y casi puedo jurar que las palabras en francés era otra de sus artimañas para ganarse a mi madre.

-Qué amable de tu parte, Harold. Pero esta vez debes darle crédito a mi hermoso hijo.

-¡Oh! En ese caso- Se dirigió a mi padre. -Tienes una gran sazón Nath.

-Gracias, Harry- Respondió mi hermano, prácticamente bajando la guardia. Empezaba a preocuparme.

-Eres más que bienvenido a cenar a casa cada vez que lo desees- Añadió mi madre con unos ojos de ilusión. -Este ha sido el mejor novio que te has conseguido, hija.

¡¿NOVIO?!

Me atoré aparatosamente con el té helado que precisamente estaba bebiendo en el momento que hizo esa atrevida afirmación. Hay algo en las madres latinas y es que, generalmente, piensan que cada chico con quien te relaciones repentinamente es tu pareja. ¡Pero pensar que entre Harry Styles y yo existía una relación amorosa era ridículo! Estaba realmente loca.

Harry abrió sus ojos como platos, pero antes de que pudiésemos aclararle la verdadera situación, se paró de la mesa, recogiendo los platos de todos los presentes, a excepción de mi hermano pequeño que no dejaba de decir: "Agnes tiene novio" con un tono cantado de burla.

-No es necesario que me acompañes a mi camioneta, Agnes- Lloriqueó Styles.

-Mi madre nos está mirando desde la venta- Respondí entre diente una sonrisa fingida sin mover casi mis labios.

-Está bien- Dio unos pasos más hasta meterse al interior de su enorme todo terreno. -Por cierto, ¿dónde están las guías de lenguas?

¡Las guías! ¡Por dios! ¡La había olvidado por completo!

-Digamos que se perdieron en la mesa, junto al té de la cena- Fruncí el ceño culposamente.

-¡Genial! ¡Gracias por nada, insecto!

-¡Oye! ¡No te pases de listo! Recuerda que te estoy ayudando, y lo hago porque... porque... ¡No sé si porque lo hago!- Le grité sulfurándome sin previo aviso.

-Está bien... Está bien... Entonces termínalas para maña...

-¡No!- Lo interrumpí, haciendo que probara un trago de su propia medicina. -Las tendré listas cuando quiera tenerlas listas. Y así se harán las cosas de ahora en adelante. ¿Entendido?

Pero ni siquiera le di tiempo de responder, pues me marché furiosa de allí de vuelta al circo a cual llamaba: Casa.

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Eh aquí otro capítulo, debería estar haciendo tarea pero me aburrí, bueno...

Espero les haya gustado

Voten o Comenten si les gusto :).xx

Bullied |H.S| ✔️EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora