Estaba petrificada, literalmente.
Había imaginado correr por un bosque como una tonta hasta encontrarme un ser mágico que me explicara, sin saber bien por qué, donde quedaba el mundo de la felicidad y los malvaviscos inagotables, pero nunca que Harry Styles se atreviera a besarme a mí.
Y es que no se detenía, por más inerte que yo estuviera, el succionaba mis labios lenta y suavemente mientras yo estaba bajo su cuerpo, con los ojos como dos platos haciéndome la estúpida. Pensaba en mil millones de cosas en cuestión de nanosegundos; casi que deseaba que papá regresara y descubriera a Harry y me sacra de todo ese circo de cosas que no logro comprender. ¡Pero qué demonios hacía pensando en un momento como este! ¡En un beso no se piensa, se besa!
Mire fijo a su rostro, sus ojos estaba completamente cerrados, así que también cerré los míos. Torpemente comencé a corresponder, hasta que logré seguir su ritmo. Nos fundíamos juntos en una actividad labial increíble y casi que imposible. Sentía una especie de choques eléctrico por todo mi cuerpo, pero hice todo mi esfuerzo porque Harry no notara como me ponía. Rápidamente tomó mi rostro en sus manos y fue elevándome de la comodidad de mi colchón, al fino aire que recorría mi espalda. Sin previo aviso se detuvo.
-Tienes razón...- Sonrió. -Puedo tener a cualquier chica en mi cama...- Y me soltó haciendo que yo cayera y rebotara dramáticamente sobre mi colchón, casi como una metáfora "devolviéndome a la tierra".
-Eres un Imbécil- Dije recuperando que había perdido en él.
-Y tu una diminuta especie de insecto raro, ¿qué es peor?- Apoyó sus brazos a mis lados y se levantó de golpe. Abrió la puerta del balcón permitiendo que una helada briza entrara y salto por la enredadera.
Escuché como encendía su camioneta y se iba; me sentía como una completa tonta. Y no sé exactamente por qué: Sí por haber correspondido a su beso y quedar como una de las "chicas más que podría tener en su cama cuando quisiera" o por aún estar sorprendida por lo que acaba de pasar.
-¿Agnes?- Se escuchó una voz baja y entrecortada al otro lado de la línea.
-Sí, Logan soy yo- Le confirmé enredado mi cabello confusamente entre mis dedos.
-¿Qué demonios haces? Es media noche- Respondió igual de apagado que antes.
-Cambié de opinión... Ahora si quiero ir a la fiesta de Kendra- Impuse, ignorando por completo el horario y su reclamo.
~~~
-Déjame ver si entendí- Recapituló Logan, a quién había raptado a las plantas más vacias y remotas de la escuela. -Harry fue a tu casa, ayer a media noche.
-A las once en realidad- Le corregí.
-Ok... A las once. Y empezaste a discutir con él...
-Ajá.
-Y luego tu padre los escuchó y Harry se metió en tu cama...
-Sí...
-Y cuando se fue tu padre, él emergió sobre ti y... Te besó
-Más o menos- Agaché mi cabeza apenadamente.
-¿Seguro no tienes fiebre o algo?- Tocó mi frente con la contrapalma de su mano
-¡Logan!- Alejé su mano de un golpe. -Sé que suena loco, pero te juro que es cierto.
-Yo te creo, en serio. Es sólo que... Pensé que Harry te odiaba.
-Me odia. Eso no ha cambiado, solo quería demostrarme "que puede tener a la chica que quiera en su cama".
-¿Así que si dormirás con él?- Preguntó con emoción en sus palabras.
-¡¿Estás loco?! ¡Ni en un millón de años!- Tomé rumbo molesta a los casilleros.
-¡No te molestes! ¡Al menos cuéntame cuando lo hagas!- Exclamó mientras me perseguía.
Habían transcurrido los primeros periodos en donde Harry no dio señales de vida, para mi suerte. Sí bien la escuela no había superado lo de "nunca llevas chicos a casa", eso había pasado a segundo plano después del beso de anoche. Estaba hecha un manojo de nervios andante, tan solo la idea de verle la cara a Harry después de la "aventura" en mi habitación ayer me tenía con los pelos de punta y con mi paranoia apoderándose de mi cuerpo. Corría tan rápido como podía entre clases-casillero-clases, pero no correría con tanta suerte a la hora del almuerzo.
Y allí estaba yo, sentada en una mesa vacía al fondo de la cafetería, siendo agradablemente invisible para todo el mundo. Revolvía mi comida sin siquiera probarla. Nunca confié en la carne misteriosa y su enigmática procedencia. Casi que me sentía culpable por pedirla y no probarla, siendo que, de donde vengo, la gente moría de hambre. Pero estaba nublada, no pensaba en nada y no sabía nada.
-¿Te encuentras bien?- Preguntó Logan abordando mi solitaria mesa. Aunque el calificara perfectamente como un popular, no estaba interesado en sentarse con ellos mientras me viera sola.
-Sí, solo estoy algo...
Pero no pude continuar, no cuando mis ojos se posaron al fondo de la cafetería, y en allí, Harry, intercambiando besos frenética y bochornosamente con una porrista.
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Bullied |H.S| ✔️EDITANDO
FanfictionAmbos se detestaban. El era el odioso engreído jugador de fútbol americano y ella la típica chica nerd. Pero todo cambia con una serie de acontecimientos inesperados. Comenzarán a sentir algo más que odio el uno por el otro. ¿Amor? Imposible. Bueno...