MARATON
Temporada de futbol.
¡Comenzaba la temporada deportiva de la escuela! ¡Todo era alegría! ¡Todo era emoción! ¡Todo era futbol, campeonatos, porristas, popularidad y fiestas! ¡Todo era perfecto!
O bueno, al menos no tan perfecto, ya que este año el equipo ya había perdido un importante partido, cuando Harry Styles fue suspendido (por culpa de su servidora) y mi popularidad y aceptación decayó en un -10%.
Pero dejando eso de lado, también solía significarse, en tiempos remotos (sí por remotos nos referimos a un año o quizá seis meses) que mi querido brabucón se ocupaba más de lo normal y, por consiguiente, me dejaba en paz un buen tiempo.
Al despertar esta mañana, creí que nada cambiaría. Digo, habremos interactuado considerablemente más y quizás nos habremos besado unas cuantas veces, y puede que también yo esté... Ummmm... "Sintiendo" algo por él (incluso cuando en el fondo sé que es inútil), pero no sería distinta su concentración en los juegos y en las porristas. Y vaya que no me equivocaba.
Cuando puse un píe en la escuela Harry coqueteaba con alguien más, acorralándola en los casilleros y hablándole tonterías para que lograra acostarse con él. No me importaba.
Está bien, si me importaba. Pero me había resignado ya a que, por alguna mística razón, el dejara a las otras chicas de lado y estuviera única y exclusivamente conmigo. Y tampoco quería reclamarle, ni podía. Tampoco me entusiasmaba la idea de intentarlo, ya le tenía pánico a la humillación.
Me sentía como una estúpida internamente, caminé frente a él y sólo me rigió una rápida mirada que no decía nada en general.
-Ay, amor joven- Intervino mis pensamientos Logan, justo después de pasar a Harry.
-¿Qué hablas?- Pregunté, tratando de desviar el tema, porque intuí exactamente a qué se refería.
-Nada- Dijo con sarcasmo.
-Más te vale, tonto- Golpeé su brazo, este rió y me abrazo por el hombro para dirigirnos a clases.
Biología.
Parecía que el universo no quería que yo tomara esa clase. Siempre me pasaban cosas malas: Primero, y más importante, cuando Harry puso un araña en mi cabeza, la vez que tropecé con la colonia de hormigas, cuando derramé un extraña mezcla verde en mi piel y tuvieron que darme un baño anti radiación, e infinidades de cosas más.
Hoy llegaba algo tarde, y desarrollaríamos prácticas de laboratorio en parejas.
-De nuevo tarde, señorita Martinez- Pronunció con sus ojos en el pizarrón en el momento que abrí la puerta de afán
-¿De nuevo? Pero si nunca llego tarde- Afirmé algo incómoda en la puerta.
-Ahhh, cómo sea- Dijo el profesor sin prestarme atención. -Saque sus implementos de laboratorio y elija una pareja.
-Sí señor- Caminé unos pasos lentamente, rodeando con mis ojos a todos los presentes, verificando todas y cada una de las mesas, hasta encontrar una vacía al final de la sala. Al parecer trabajaría sola, pero no importaba, era más eficaz así. Me dirigí rápidamente a este y tomé asiento sin cerciorarme de la silla de junto.
Gran error.
Descendió un chico crespo con ojos azules particularmente cansados y ojerosos apoyándose sobre la mesa y gruñiendo como monstruo. Tan de repente que logró asustarme de golpe.
-¡Por un demonio!- Grité. Todo el mundo posó sus intimidantes miradas sobre mí.
-¿Todo está bien, señorita Martinez?- Preguntó el maestro.
-Sí, lo siento, yo solo- Dije recobrando el aire y el sentido. -Me asusté con algo.
-No hay más arañas aquí- Bromeó el mismo, haciendo que la clase entera riera un poco. Agaché mi cabeza sobre mis brazos hasta que todo continuara con normalidad.
-Apuesto que no te esperabas esa- Susurró Harry.
-¡Por supuesto que no! ¿Cómo iba a saber que estabas allí escondido?
-No estaba escondido- Se enderezó y frotó sus ojos. -Esta clase me aburre y luego llegaste tú y...-Mis ojos casi que se iluminaron por un segundo. -Me aburres aún más- Volvió a escurrirse sobre la mesa.
Bien, Harry no era exactamente el chico más romántico del mundo, o podía llegar a serlo a ratos, cuando estaba en plan conquista con alguna de sus chicas para una noche, de lo cual claramente se estaba ocupando más que nada estos días, lo que me dejaba en menos nada.
Pero no importa, digo, nada es tan suficientemente malo, al menos estaba a mi lado en Biología y eso era lo más conformista de mi vida, pero reitero, no importaba. Las cosas con Harry jamás serían tan perfectas. Y creo que podía vivir con eso, siempre y cuando, mantuviera mis sentimientos al margen.
Así que deje de prestarle atención a mis pensamientos indebidos y fijarla toda en los procedimientos para no terminar hecha tragedia humana nuevamente.
Pero mí concentración no duró mucho. De la nada sentí una mano tomando la mía.
-¿Qué estás haciendo?- Susurré, mirando fijamente como entrelazaba sus dedos con los míos.
-Nada...- Dijo con ironía, aun recostado sobre el mármol y empezando a proporcionarme tiernas caricias.
-Pero...- Lo consideré mejor y cerré mi boca. Esto sí que era un avance, y no quería arruinarlo. Ni siquiera cuando fuimos a las películas, hace unas semanas, me había tomado de la mano. Y, ¿quién sabe? Cuando un chico te toma de la mano es porque las cosas pueden ser más serías, más importantes, más...
-¡Disculpe, maestro!- Dijo una porrista parada en la puerta. ¡Oh por Dios! ¡Era la chica a la que Harry le coqueteaba esta mañana! Este último se paró de un saltó, con una enorme sonrisa en su rostro, extrañamente sin soltarme de la mano aún. -Necesito a Harry Styles- Sonrió ¿pervertidamente?
-¿Para qué?- Cuestionó el astuto profesor.
-Ya sabe... Entrenamientos, la temporada, el entrenador me pidió que lo trajera.
-¿Y por qué no vino el entrenador por él?
-No lo sé- Se encogió de hombros y masticaba chicle vulgarmente. Harry solo reía, parecía que la escena le hacía muchísima gracias, contrario a mí, que me tenía entre enfadada y nerviosa.
-Qué más da... ¡Puedes ir, Harry!- Accedió finalmente.
Styles no lo pensó ni un segundo y me soltó de golpe, tomó su mochila y salió casi corriendo de la clase, riendo con ella como un par de enamorados.
Fantástico.
-¿Por qué estás tan molesta?- Pregunto un curioso Logan acercándose a mi casillero.
-No. Estoy. Molesta- Contesté de mala gana aventando todas mis cosas con fuerza al interior de este.
-Oh, claro que no. Estás contentísima.
-¿Qué te haría pensar que no?- Lo miré despectivamente.
-No lo sé, quizás el que tus ojos a punto de salir de la ira... ¿Qué te ocurrió?
-Nada... En verdad, na- Pero fui vilmente interrumpida por la imagen (a espaldas de Logan) de aquella tonta porrista hablando con Harry tan de cerca que había un 99% de probabilidad que se besaran en unos segundos. Mis ojos se abrieron como platos y formé un par de puños con mis manos.
-Oh...-Ojeó rápidamente. -Ya sé de qué va todo esto.
-Interesante deducción- Dije, tomando un poco de aire.
-Tranquila. Styles se aburrirá de esa chica rápidamente. Salí con ella hace un par de meses, fue solo una cena, un beso y, desde entonces suele textearme de vez en cuando que me extraña y quiere que salgamos de nuevo. ¡Está obsesionada conmigo!
-Logan, es muy amable que lo digas pero tu yo sabemos que Harry no le importara y lo único que le importa es llevársela a la ca...- Y tuve la mejor de las ideas repentinas.
-¿Qué te ocurre?- Cuestionó al ver mi expresión de fascinación en la cara.
-¿Así que le encantas a la chica, verdad Logan?- Sonreí pícaramente.
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Bullied |H.S| ✔️EDITANDO
FanfictionAmbos se detestaban. El era el odioso engreído jugador de fútbol americano y ella la típica chica nerd. Pero todo cambia con una serie de acontecimientos inesperados. Comenzarán a sentir algo más que odio el uno por el otro. ¿Amor? Imposible. Bueno...