Sólo tú

Celosa

  Susan se acerco hacia nosotros y repitió molesto.
-" Fuera"- le repitió a Sam, todavía con voz sosegada. -Arruinaste mi matrimonio, le metiste cosas a Robert que jamás deberían haberse dicho lo engatusaste... pero es mi lugar de trabajo y yo soy la productora, así que te ordeno que te vayas.
Yo carraspeó.
-" Susan, te conozco desde hace demasiado tiempo como para andar con sutilezas, yo me enamoré de Sam. Si quieres decir la clases de cosas que has estado diciendo sobre Sam, hazlo en algún lugar lejos de ella. Mira, hay una cosa muy clara: no importa lo que Sam haya hecho cuando tu y yo tuvimos problemas..- mi voz descendió poco, maravillada y Gywneth supo que me refería a cuando Sam entro a mi vida-, ahora es lo más parecido a la clase de amor que se podía imaginar, Ahora es... es... completamernte- Vacile, buscando torpemente las palabras adecuadas.
-Amor puro- dijo Gywneth con naturalidad, completando la frase.
-Eso es- convino Mark- Eso es, amor puro. Todo lo que ese amor entre ellos dos es puro. Y aunque no parece que ninguna de tus desagradables palabras pueda romper un lazo con este, al resto de nosotros sencillamente no nos gusta oírte intentarlo.
Se escuchó un leve <<Gracias>> procedente de Sam.
¡ Y no te atrevas a sermonearme sobre la pureza! Aquí, ¡mientras sucede todo esto! Seguro que deseas contemplar la clase de arpia que es esta mujer! Probablemente tú...
-Basta ya- dije inexpresivo. Susan se vio atacada por mi y se quedo callada por un momento.
A Sam se le erizaron los pelos de la nuca. Aquella discusión no estaba llevando a ningun lugar bueno y todos lo sabíamos.
A lo mejor Sam me había cambiado puesto a que ya estaba más decidido a no dejarse engañar por Susan y sus manipulaciones de nuevo.
Entonces Susan salió del lugar molesta.
-... deberíamos haber sabido que no teníamos que traer a Susan- me dijo Mark- Siento haberme inmiscuido. Pero es que conozco a Sam, y podria haber seguido desvariando otra media hora, sin llegar a irse.
-Ya nos ocupamos de eso amigo- comentó Gywneth.
-Mark tenía razón: podría haber seguido hablando sin parar y no se habría ido. Y no estoy dispuesto a permitir que nadie hable mal de Sam de ese modo en mi presencia. respondí serio y fastidiado por lo mismo.
- Se siente sola todo el tiempo- dijo Sam, como si intentará disculparla- Quiere ser aceptada, por todos, bajo cualquier circustancia... pero se siente... sola sin tí. Parece que nadie que la conozca quiere estar con ella en realidad-.
-Esta a la defensiva- coincidió Gywneth- Pero podría mostrar un poco de gratitud. Al fin y al cabo, Robert sacrifico muchas por ella e hizo su mejor esfuerzo.
Había algo más que eso en su actitud pensé.
Mark miró con disimulo a sus espaldas. Checo si no había algun espía escuchando en la pequeña habitación lo que estaban hablando sobre Susan.
-Susan es hermosa, sin duda, pero eso es todo. Jamás tiene nada bueno que decir de nadie. Se dedica a hacer malas jugadas todo el tiempo... y... y aunque nosotros también alguna vez solíamos hacerlas, las suyas siempre tienen como objetivo que las otras personas salgan mal paradas. Desde luego, puede engatusar a la mayoría de los hombres...- Una repentina ansiedad me inundó y se escucho una voz detrás del cuarto.
- Pero si es una interesada, ella no representa más que un par de piernas y unos grandes...
Todos nos habíamos quedado paralizados, con idénticas expresiones de << Ay, Dios, otra vez no>> en nuestros rostros.
- Y también tiene un buen oído muy bueno- dijo Susan con voz temblorosa y amenazadora desde algún lugar detrás de aquella puerta.
A Sam le dio un vuelco el corazón.
-Susan...
Gywneth y Mark intentaban mitigar los daños, pero era demasiado tarde. Susan entró majestuosa sobre sus largas piernas como si no quisiera que sus pies tocaran las tablas del piso de la habitación. Curiosamente, no obstante, llevaba los zapatos de tacón alto en las manos.
-Regrese para recuperar mis lentes- dijo, todavía con aquella voz temblorosa- Y escuché lo suficiente para saber lo que mi ex amor y sus amigos piensan de mí.
-No, no es así-. dijo Gywneth, mostrándose elocuente, con la misma rapidez con que Sam se había quedado muda por el asombro-. Escuchaste a unas personas muy enfadadas desahogándose después de que tú acababas de insultarlas.
-Además- intervino Sam, repentinamente capaz de hablar otra vez-, admítelo, Susan, esperabas oír algo. Por eso te quitaste los zapatos. Estabas detrás de la puerta ¿no es cierto?
Cerré los ojos.
-Es culpa mía. Debería haber...
-No- me dijo Gywneth, y dirigiéndose a Susan, añadió-: Si puedes decirme una sola palabra de las que hemos dicho que no sea cierta o fuera una exageración... Excepto tal vez lo que Sam dijo, pero sabes... simplemente tiene esa forma de expresarse. En cualquier caso, si puedes señalar una única palabra de las que se han pronunciado aquí que no sea verdad, te pediré perdón.
Susan no escuchaba. Temblaba espamódicamente. Tenía un tic facial, y su precioso rostro estaba convulsionando y rojo de rabia.
-Ah, van a pedirme perdón, ya lo creo- dijo, girando en redondo para apuntar a cada uno de nosotros con un índice rematado por una larga uña-. Todos ustedes lo van a lamentar. Y si intentas, abandonarme... tengo amigos de verdad... a los que les gustaría hacerte pagar por adulterio.
-Susan, esta misma tarde firmaste para el divorcio...
- ¿A quién le importa eso?