Sólo tú

Dentro de lo salvaje

  Habían pasado ya los tres días desde que Robert me había hecho la propuesto de trabajar con él.
Y lo he pensado bastante, pero aun no me decidia.
Eran las 8 pm y estaba trabajando en el restaurante, en donde hubo más trabajo de lo normal que teníamos que atender hasta 30 clientes a la vez, bueno aunque suene exagerado si así fue.
De repente a lo lejos veo el Ferrari de Robert llegando y las manos me empezaron a sudar puesto a que no sabría que decidir a tiempo.
Pero para mi sorpresa no venía el actor si no un hombre vestido de traje negro y de muy alta estatura que se acerco hacia a mi.
-"¿Señorita Samantha?"-. pregunto el hombre
-"Si, a sus ordenes"-. contesté de manera inmediata.
-"Buenas noches, señorita soy George.
El Señor Downey se fue directamente hacia los Angeles, pero me pidió de favor que le dijera que si usted había aceptado el trato que le diera estos boletos de avión de primera clase que saldrá a las 10 de la noche del día de hoy... y si no aceptaba el trato que le marcará a este número (l¿me entrega una nota) y le confirmará su respuesta"-.
-" ¿A las 10 de la noche?, pero... es muy poco tiempo para empacar y vivo un poco lejos de aquí"-. respondí sin darme cuenta que ni siquiera había dicho que si a la oferta.
George me volteo a ver y sonrió.
-"¿Sabe conducir señorita?"-.
-" No.-" respondí con un seco y sólo no porque no había tenido en planes tener un carro hasta que pudiera acomodarme economicamente.
-" Bueno, señorita yo podría llevarla a su casa y luego al aeropuerto, pero necesito que tome la decisión antes de que hagamos planes"-. comento George con tono serio.
Entonces en ese momento me deje llevar por la gran idea de irme, aunque tenía miedo de empezar mi viaje e irme de manera repentina... pero si no lo hacia creo que me arrepentiría por la decisión que tome.
"-Mi respuesta para el Sr. Downey es si, voy a trabajar como su asistente"-. respondí sin pensarlo de manera impulsiva.
"- Bueno señorita optó por una muy buena decisión... ahora permitame darle este papel en donde el señor Downey puso algunas reglas para que me firme el contrato de asistente, pero necesito que lo lea de manera rápida y firme al final, por favor"-. respondí George.
Entonces descubrí que Robert sabía que aceptaría ser su asistente y planeo todo con exactitud, así que jugo de manera limpia y convencedora para que pudiera irme a trabajar con el en Los Angeles.
Agarré la hoja y empecé a leer el contrato en donde venían como peticiones y reglas que tenía que acatar y las leí de manera rápida como me fue requerido y firme.
Antes de partir para mi casa fui directamente con Carol, Nikki y me jefe para despedirme.
"-Sam, solamente ve a tu casa y toma las maletas, el señor Downey me encargo que empacará tus cosas y luego viniera para acá, fue algo de sorpresa JAJAJA la verdad pero como sabíamos que si deseabas irte, pues nos encargamos de todo eso"-. dijo Nikki con una sonrisa de oreja a oreja.
-"Entonces ¿todos sabían que me iría?"-.
-"Claro que si. Fingías que no te interesaba pero en realidad si y el Sr. Downey fue muy convicente contigo"-. respondió mi jefe
Entonces solamente los abracé y me despedí de ellos, sentí un poco de tristeza dejar todo lo que había creado hasta ahorita de mi vida... pero a veces llegan oportunidades por algo.
George y yo nos subimos al automovil llegamos a mi casa y nos fuimos directamente al aeropuerto.
Al llegar al aeropuerto a las 10:00 pm y fuimos rápidamente hacia el avión y entonces me toco sentarme junto a alguien en el asiento n° 3 de la parte izquierda.
Y entonces al sentarme me sorprendí al ver que mi compañera de asiento era Robert quien me sonrió al verme sentarme a lado de él.
-"Sabía que vendrías entonces te esperé"-. respondió Robert aun sonriendome
-"Pero ¿Qué no te habías ido?"-. pregunté confundida.
-"Bueno mi salida era a las 10 de la noche, pero como quería que fuera algo dramático todo este rollo planeé todo con detalle para que pudieramos viajar juntos sin ningun problema y claro George fue de gran ayuda y un excelente actor"-. comentó Robert quien se acomodaba sus enormes anteojos.
Y así comenzó nuestro viaje.