Capítulo 1

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Marzo del 2000

Alce la tela de cuadros azules, ayudando a mi padre a colocarla sobre el césped.

-Ahí esta perfecta.-Escuche a mi madre decir, mientras sacaba los alimentos del canasto.-Cariño, ¿me ayudas un poco?

Fui de inmediato, y empezamos a sacar los sándwiches, pasteles, galletas y demás deliciosas cosas que sabía preparar mi madre. Tenía ocho años. Era primavera, y mis padres y yo estábamos de picnic.

Luego de colocarlo todo sobre el manto, nos dedicamos a comer y hablar sobre cualquier tema. No importaba cual, el asunto era disfrutar el momento en familia. Sonreíamos, era un día feliz. El lugar estaba lleno de flores de diversos colores, y el sol brillaba como si sonriera al igual que nosotros.

Tome la galleta que mi padre estaba a punto de comer, y la devoré, riendo al ver su cara.

-¡Oh, ésta me las pagaras!- Dijo con una sonrisa. En seguida me eché a correr, siendo perseguido por él.

Corrí hasta esconderme detrás de un árbol no muy lejano. Con la respiración algo agitada, pero muy emocionado.

-Mm... ¿Dónde estará mi pequeño Niall?-Escuche a mi padre bastante cerca.

Explote en carcajadas, ya sin poder aguantar la risa. Y segundos después mi padre grito:

-¡Te encontré!- Alzándome en sus brazos, para luego empezar a hacerme cosquillas.

De inmediato empecé a encogerme me la risa, mientras le pedía que se detuviera. Luego de un rato me subió sobre sus hombros, y comenzó a correr. Me encantaba cuando mi padre hacia eso. Se sentía como si volara, alce mis manos colocándolas como las alas de un avión; el aire golpeaba mi rostro y yo reía de felicidad. Al igual que mi padre, y mi madre, quien nos observaba desde unos metros.

-¡Yupi!-Grite, mientras mi padre aumentaba la velocidad, empezando a hacer sonidos de avión. Lo acompañe haciendo lo mismo.

Mi madre, sonriente, ahora miraba hacia el cielo. Solía hacerlo cada vez que podía, la primavera era su época favorita; así que le gustaba disfrutarla al máximo. Decía que le causaba felicidad. Las flores, el azul del cielo, el sol radiante; y sobre todo, las mariposas.

¡Oh cuanto amaba mi madre las mariposas!, tenía libros y libros acerca de ellas, y conocía de memoria alrededor de cincuenta especies distintas, con sus características y nombre científico. Su especie favorita eran las Morpho, debido a su hermoso color azul, parecido al del mismo cielo; además de que decía que simbolizaba cosas positivas.

Ese fue el único nombre que me aprendí, ya que los demás eran bastante complicados y extraños para mí. Yo solo las llamaba mariposas.

Llegamos a su lado, y antes de bajarme de la espalda de mi padre, con una flor en nuestras manos dijimos al mismo tiempo:

-¡Una hermosa flor para una hermosa mariposa!

Mi madre nos miró con una sonrisa de felicidad, y aceptando nuestras flores dijo: -¡Oh, pero que caballerosos, gracias!, y cerró los ojos un instante para disfrutar de su olor.

-De nada, lo se.-Hablo mi padre, riendo y haciendo un gesto extraño.

-¡Y modesto también!- Añadió mi madre con sarcasmo. En vez de responder, mi padre se inclinó para darle un beso, y aproveché el momento para besarla en la frente por igual.

Luego nos sentamos al lado, y nos recostamos sobre la manta.

-¡Viste como volábamos mamá!

-¡Si, fue maravilloso!- Respondió.

Malvadamente inocente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora