Epílogo

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Al cabo de unas semanas ya nos habían dado de alta a todos. El doctor Gabriel, amigo de mi tío Darren, se encargó de todo el papeleo e hizo los trámites necesarios para que nuestro estado de entrada quedara registrado como un "accidente".

Cuando dije que todos fuimos dados de alta, con ello no me refería a Merry. Claramente, gracias a los cuidados preferenciales del hospital, su estado estaba mejorando. Pero aún no había logrado despertar cuando llegó la hora de irnos.

A todos nos fue difícil despedirnos de ella. Pero sabíamos que era la mejor decisión que podíamos tomar en pro de su salud física y mental, presente y futura.

Darren acordó con todos que lo mejor era dejar que Merry siguiera su vida como una persona normal. Ella ya había hecho suficiente por nosotros, y era momento de que descansara de este loco mundo y volviera con su madre.

Gabriel y Darren habían logrado contactar con su madre, y según nos habían dicho ella llegaría en unas pocas horas. No me imagino la reacción de ella cuando se enteró de que su hija desaparecida de hace pocos meses apareció en su coche herida de la cabeza y milagrosamente está viva. No estaba seguro de cómo le haría el doctor para explicarle a su madre, pero al parecer para Darren era confiable su versión de la historia; la cual obviamente no tenía nada que ver con criaturas extrañas llamadas sombras, con súper poderes ni gente que vive en un bosque llamado Soulsland. Ni animales guardianes ni nada que pueda perjudicar, ni la integridad mental de su familia, ni la integridad física de Soulsland.

En fin, ya teníamos todo listo para irnos. Habíamos entrado para estar unos últimos minutos con Merry. Ya todos habían dicho algunas palabras de despedida; pero cuando ya solo quedaba yo, pedí que me dejaran a solas. Ellos sabían por qué lo pedía, sabían que lo necesitaba.

-Oh Merry.-Empecé tomando suavemente su mano.-Tengo mucho que hablar contigo, te debo tantas explicaciones...Es realmente lastimoso que no puedas estar...despierta, para así estar seguro de que me oyes...

Realmente, yo...no, no sé cómo empezar, no sé cómo...cómo explicarte lo que siento ahora mismo.-Carcajee.- ¿Sabes?, es increíble que hasta en ese estado seas capaz de ponerme nervioso. No me mal interpretes, no son esos tipos de nervios a los que me refiero...

No te imaginas la cantidad de cosas importantes que he aprendido en mi corta estadía en este hospital, y lo mucho que he cambiado. Me di cuenta del gran error en el que estaba metido. Y del daño que les hice con eso...

Cometí errores Merry, muchos. Pero no sabes cuánto lo siento, y cuan arrepentido estoy. Sé que luego de cometer un error, quedan muchos escombros; y una disculpa no hará que todo vuelva a ser exactamente como antes, pero es lo único que me queda hasta ahora. Eso, y las consecuencias de mis actos, que créeme, ya las estoy pagando...

Lamento haberte usado para darle celos a mi primo, lamento haberme obsesionado contigo, lamento haber puesto en peligro la vida de todos; El odio, la venganza, la falta de perdón, todas eran cosas que tenían mis ojos vendados y no me permitían ver cómo me estaba destruyendo, y a la vez, destruyendo a los demás a mi alrededor...

Me di cuenta de que esa obsesión, no era más que el deseo de ganarle a mi primo. Y con eso no quiero decir que no te quiero o no te quise, claro que no. Al contrario, es ahora cuando me doy cuenta de lo mucho que te quiero...

Te quiero Merry, te quiero amiga, te quiero de verdad. Y lamento muchísimo que nos hayamos conocido en este momento de mi vida, en el que no pude apreciar esta hermosa amistad. Aunque sabes qué?-Dije mirando su mano y frunciendo el ceño.-Creo que, a veces conocemos a las mejores personas en los peores momentos, pero el momento en que las conocemos, es precisamente en el que teníamos que hacerlo.

Malvadamente inocente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora