Capítulo 7.

573 72 8
                                    

Abrí los ojos con fastidio al sentir como los rayos del sol se filtraban por aquella ventana. La sabana que cubría mi piel se sentía como si fuera una enorme viga de hierro sobre mi cuerpo, pero aun así logré retirarla.

Al caer en cuenta de que esa no era mi habitación todos los recuerdos del día anterior atacaron mi mente como rayos fugaces, haciendo que un dolor insoportable se plasmara en mi pecho y mis ojos empezaran a arder amenazando nuevamente con dejar salir el dolor que almacenaba aún.

Entonces caí en la realidad, ya no habrían más días en espera de que mi padre regresara para poder pasar tiempo en familia, ya no habría más abrazos de su parte, ya no tendría que soportar esa maña que tenía de desordenarme el pelo, que aunque antes me parecía bastante molesta, ahora sentía que la extrañaba demasiado.

Me di cuenta de lo mucho que daría por volver a sentir sus manos sobre mi cabeza, sus besos en la frente, volver a escuchar sus buenas noches, sus consejos, todo.

Levante mi cuerpo de la cama y me mire en el primer espejo que encontré, mis ojos estaban hinchados y ardían bastante, me quede mirando mi reflejo, definitivamente ese no era yo. Veía a alguien lleno de tristeza, de ira, de odio...

¿Odio hacia quién?, talvez hacia Dan, por haber ideado ese estúpido plan sin pensar en la vida de los demás. ¿Si quiera se detuvo a pensar en las familias que quedarían desamparadas? ¿Los niños que quedarían sin su padre y las madres sin sus amados esposos? ¿Acaso pensó en el sufrimiento de los demás?

No, claro que no. Todos tenían que arriesgarse por él. Porque se le había dado su regalada gana.

Talvez sentía odio incluso hacia Darren, por haber sido parte de todo ese absurdo plan, por haber tratado de convencer a mi padre, llevando a su hermano a su muerte segura, y aun así persistió. Por no protegerlo cuando pudo. Por haber preferido al elegido antes que a su propia sangre.

Pero el que se ganaba el puesto mayor en mi lista de odio era Rosccovish. Tenía por seguro que si no hubiera sido por él mi padre aun seguiría aquí, conmigo. ¿Qué clase de rey era el que nos gobernaba?, aceptar pelear una guerra que era seguro que perderían, arriesgar vidas en vano. ¿Qué tanto le costaba idear otro plan, conseguir refuerzos o algo por el estilo?, no, el aceptó sin problemas pelear, sabía que sería protegido por todos y que su vida sería la que menos peligro correría. ¿Por qué permitió que el elegido peleara sin poderes?

Aquella imagen de Alexander disparándole a mi padre volvió a atormentarme y el dolor de pecho volvió de nuevo, esta vez acompañado de un impulso que me hizo cerrar los puños con fuerza y golpear la pared.

¿Cómo pudo? ¿Cómo pudo realizar ese ataque tan estúpido? ¿Es que acaso no se le ocurrió que podría equivocarse? ¡Era demasiado arriesgado, y aun así lo hizo! No le importo una mierda que mi padre muriera. Fue egoísta. Todos lo fueron.

Fue en ese momento, en medio de mis elucubraciones, cuando me di cuenta de que mis ojos estaban absolutamente secos, en cambio, mis nudillos se encontraban lastimados y llenos de sangre, pero el dolor interno era tan fuerte que no sentí absolutamente nada.

Miré mis manos absolutamente rojas con el ceño fruncido y la respiración entrecortada percibí como un sentimiento nuevo albergaba mi alma.

El deseo de venganza. Y desde ese entonces me di cuenta que no volvería a ser el mismo jamás.

Lo único que me hacía recordar quien soy, era mi madre, tenía ganas de verla, ganas de saber que está bien, ganas de consolarla, sabiendo que esa noticia la destrozaría.

A veces llegan momentos donde nos preguntamos qué mierda le hicimos a la vida para que nos juegue de tal forma, siempre en nuestra contra. Y lo peor jugamos sin conocer ninguna de las reglas. Ella se sienta muy cómodamente solo a ver como cometemos torpezas, como nos hundimos en nuestros errores y como perdemos seres queridos.

Cubrí mi cuerpo con el abrigo que conservaba de la noche anterior.

Salí de la habitación con repentinas ganas de encontrar rápidamente a Darren. Al encontrarme ya en la primera planta busque con desesperación a mi tío, terminé saliendo al patio y allí fue donde lo encontré, recostado en una hamaca, que se encontraba en medio de dos enorme árboles.

A pesar de tener una apariencia tranquila, en su rostro se notaba un cansancio terrible pero a pesar de eso sus ojos se mantenían abiertos, como si algo no lo dejaba descansar. Se veían ansiosos y llorosos.

-¡Tío!-.Exclamé, haciéndolo exaltarse un poco, como si estaba perdido en sus pensamientos.

-¡Niall!-Dijo, y sentí como si su voz se quebrantó un segundo al verme.

De repente la actitud fría que había tomado segundos antes hacia el desapareció por completo. Él estaba sufriendo tanto como yo.

Parándose, se acercó a mí y colocó su brazo sobre mi hombro, -¿Te sientes bien?-, interrogó, aunque era una pregunta más de cortesía que de cualquier otra cosa. Asentí levemente, aunque esto no era cierto. -Excelente, vamos a tu casa, tu madre seguramente está preocupada por ti-.

***

Caminamos, alrededor de una hora y media, y llegamos a casa.

Todo a simple vista se veía en perfecto estado, pero cuando entramos a la casa, lo que era la sala, cocina, etc, se encontraban destruidas, pareciera como que si la persona que entro y destrozo todo buscaba algo de manera particular.

Al ver esto fui corriendo en busca de la única mujer que iluminaba mi mundo, mientras iba rebuscando todo tropezaba constantemente con distintos objetos tumbados en el suelo, pero a la vez lo hacía de manera cuidadosa para no cortarme con algún vidrio roto.

Mi exploración resulto ser inútil, porque no habían rastros de ella, no había ninguna pista o algo parecido que me diera una señal de que la volvería a encontrar.

Salí torpemente de aquella casa aun si rendirme, y examine todo a mi alrededor, pero me llevo a las mismas conclusiones no había ningún indicio de mi madre.

¿Existía alguna manera de explicar lo que sentía en ese momento?, la vida me había dado dos terribles golpes en menos de 24 horas y no entendía por qué razón. ¿Qué estaba yo pagando?

Una vez más las ganas de golpear regresaron a mí, llenándome de una ira incontrolable, y mientras sentía mi sangre burbujear empecé a lanzar ataques de fuego por toda la casa. De inmediato las cosas empezaron a incendiarse y al final todo quedó hecho cenizas. Excepto una foto medio quemada donde estábamos mis padres y yo, la cual opté por guardar como recuerdo de cuando era feliz.

Darren no intentó detenerme, sabía que no lo lograría, solo me observó salir con la foto en manos y sin decir una sola palabra me abrazo.

Llegamos a su casa nuevamente y al entrar nos encontramos a sus hijos, ambos sentados en el sillón observando la escena y pensando quien sabe qué cosas. Uno de ellos, el chico, Landon, se levantó con aparente preocupación y preguntó acerca de qué había ocurrido y de dónde estaba mi madre.

De inmediato, y sin razón aparente, la frase dicha por éste el día pasado regresó a mi mente.

"Papá regresaste como lo prometiste"

Darren, su padre, si pudo cumplir su promesa. El mío no. Y todo por culpa de otros. Ahora para colmo de males tampoco tenía a mi madre.

Un terrible enojo me inundó nuevamente, y de repente se hizo insoportable la compañía de todos en aquella sala. Sin decir absolutamente nada, salí bruscamente hacia la habitación, llevándome por delante al chico y dándole poca importancia.

.

Malvadamente inocente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora