Capítulo 11

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Los días pasaban, y las palabras que me había dicho Mak aún reposaban en mi mente. Claro que aun pensaba en la propuesta de aquella bruja, que me ofrecía el poder de traer conmigo a mis padres, pero tenía dudas de si era verdad todo lo que ella me prometía.

Otra cosa que rondaba en mi cabeza, y que estaba dispuesto a averiguar, era la razón de la huida de Merry, algo realmente fuerte debía estar pasándole para que se fuera así por así. Si bien, estaba empezando a preocuparme. Y también estaba dispuesto a averiguar más acerca de ese león con el que estaba Merry. Algo me decía que aquí había gato encerrado. 

Y como sabía que Merry no me explicaría lo ocurrido aquel día, decidí hablar con la única persona a la que le podría sacar información. A Lindsay.

Pasé a la sala encontrándome a la susodicha leyendo algún libro.

-Hey Linds.-La salude, sentándome con fuerza en el sofá y haciéndola rebotar un poco-. Admito que fue a posta.

-Curiosa forma de llamar mi atención primito.-Dijo, levantando una ceja y riendo un poco-. ¿Que has venido a preguntar?-Sentenció-. Ya me conocía bastante bien.

-Bien, ya me cachaste. Bueno es que desde que pasó lo del escape de Merry he estado algo preocupado por ella... Y me preguntaba si de casualidad te había comentado sus razones.

-Si, la verdad es que yo también me he quedado un poco preocupada, pero no me ha comentado nada hasta el momento , y me da mucha pena ir a preguntarle.-Respondió un poco triste.

-Entiendo Linds, y la verdad creo que es lo mejor.-Respondí, a la vez que acaricié su mejilla tiernamente.-¿Oye, aquel león...no era un león cualquiera verdad?-Había dicho eso con un tono más de afirmación que de pregunta-.

-No.-Dijo moviendo la cabeza.-Ese era Otis, el guardián del elegido.-Respondió al fin.

-¿¡Co-cómo!?-Respondí, sin poder ocultar mi sorpresa-. ¿Qué hacía el guardián del elegido cuidando a una simple humana?

Lindsay abrió la boca para responder, pero luego se calló, como si se hubiera arrepentido de decir lo que acababa de decir. Típico de ella. Acto seguido volvió a poner la vistan en su libro, tapándose la cara e ignorándome.

-Sea lo que sea que me vayas a preguntar no lo sé. -Respondió justo cuando iba a atacarla con mis preguntas-.

-¡Linds!-Me quejé-. 

-¡He dicho que no sé nada!-Respondió, pero no le creí en absoluto-. Algo me estaban escondiendo. Pero por más que la zarandee y le insistí ella empezó a ignorarme asi que tuve que rendirme.

Decidí que quisiera o no tendría que preguntarle a Merry, así que me dediqué a buscarla, pero luego de revisar toda la casa me di cuenta de que ni ella ni Landon se encontraban adentro. Así que salí a buscarla lo más rápido que pude.

Técnicamente estaba corriendo cuando los vi a los dos, demasiado juntos para mi gusto, sentados en una hamaca a la orilla de un lago no muy lejano al refugio.

-¡Merry!,-Grité, parándome frente a ellos.- Hasta que te encuentro, quería hablar contigo sobre algo.- La sorpresa que me llevé cuando vi que la cara de enojada esta vez no la tenía mi primo, sino ella.

-Oh. Disculpa si interrumpo algo.-Dije mirando cómo mi primo bajó la cabeza de manera tan extraña.

-De hecho...-Empezó a hablar Merry, pero el experto indecente la interrumpió.

-No. No interrumpes nada.-Luego de decir eso se levantó y comenzó a caminar-. Lo que sea que estaban hablando lo había dejado tan mal como para no darse cuenta de que me había dejado solo con Merry.

Malvadamente inocente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora