-William J Rhodes-oí una dulce voz que hablaba a mis espaldas.
Me giré sobresaltado topandome con la mirada penetrante de la señora, o lo que yo había creído que era una señora.
Era una dama,sin su velo podía admirar sus ojos azules y el pelo plateado con grandes bucles.Creía recordar haber visto su vestido ondeando al viento perdiéndose en el horizonte antes de mirar hacia la lápida. Pero ahí estaba, fina cual tallo y firme como una barra de acero con una mirada fría de la cual no quedaba rastro de lágrimas y no concordaba con el tono en que me había hablado.
-Pu-puedes ve-verme? Tartamudee atónito y helado por la situación, tal vez también se debía al desuso.
Noté como se tensaron levemente sus hombros, se ciñó el grueso chal que llevaba y dio media vuelta -Sigueme- Ordenó y hecho a andar hacia la arboleda de sauces llorones.No supe si ya había empezado a llover, si era a causa del sonido del viento que mecía las lianas de los árboles, o si era imaginación mía y me estaba volviendo loco por llevar un buen rato siguiendo a aquella chica.
Mientras andaba indagué en mi mente por si la recordaba, dándome de bruces contra mi cerebro carente de memoria,aunque en cierto modo es extraño el hecho que reconocí mi nombre, y yo que creía olvidada mi identidad me aferré a ese dato como si mi vida dependiera de ello, ¿ridículo cierto? Ya que acabo de presenciar mi propio entierro.
Pero fuera el sitio que fuere donde la hubiese conocido, había algo en ella que me atraía,era hermosa, si, pero no me refería a eso.
Mi gusanillo se agitaba, pero ya no de forma huidiza sino eufórica de aventura, como si algo fuese a comenzar.-¿Deseas vivir?- Dijo la chica rompiendo el largo silencio- Volver a este mundo, volver a ser quien eras. ¿O prefieres volver a la nada y seguir esperando un destino desconocido?
Estaba perplejo pero intente que la voz no me delatara- No se, no me importa realmente. No recuerdo haber perdido nada en este mundo y tal vez no recordar como era mi vida sea mejor, tal vez fuera un asesino o un ladrón, quizás morí de hambre y en completa pobreza. Tal vez este mejor muerto, evito el sufrimiento y el mal que le pueda causar a otros si vuelvo.- Decir esto me hizo lamentarlo en el momento. La muchacha había cambiado su expresión de enfado a incredulidad, tristeza y otra vez a enfado.
-¡Eres un maldito cobarde!-Espetó- No sabes nada de lo que hayas perdido, ¿y si había algo importante? Acaso te da igual el dolor que sienta alguien por tu pérdida?
-Así es el ciclo de la vida, sería injusto aferrarse a ella.
-¿Y si el destino te llamara?
-El destino no existe, solo son las consecuencias de las elecciones. Un camino que no esta definido.
-Llamalo como te de la gana, pero este es tu camino, debes venir conmigo.
Se veía irritada y frustrada, pero su insistencia también me estaba poniendo nervioso.
-¡Es ridículo!
-¡Tú si que eres ridículo! Lo suponía, no tienes los cojones para hacerlo, solo hay que verte para saberlo- Y mientras se reía fríamente sacó un pequeño espejo del chal y me lo tendió.
Se veía una sombra negra, no era una sábana, ni tampoco humo, un extraño ser sin forma pero con dos ojos como posos negros, miraban el espejo con evidente asombro. Mire a la chica cuya expresión seguía rígida como una máscara de hielo.
Empecé a temblar, guardó el espejo de nuevo en el chal y por primera vez en quién sabe cuanto tiempo dirigí la mirada a lo que creía un cuerpo normal. Pero me equivocaba. No tenía pies, ni nada que pudiera considerar piernas. No muy lejos del estado de shock seguí inmerso en revisar cada parte. Moví mis dedos, mis manos, mis brazos... por mucho que mi cerebro captara los mensajes, no había nada que mover.
- El cerebro recuerda algo que ha perdido, lo anela, no puedes quedarte en ese lugar. Ven conmigo y lo recuperarás.-Su voz volvió a ser suave como si quisiera tranquilizarme
"¿Por qué le importa tanto lo que me ocurra? ¿Que mierda tiene que ver con ella?¿Qué demonios quería esa tía de mi? ¿Quién coño era?"- Mil preguntas inundaban mi mente, estaba claramente alterado y confuso.
-Todo eso lo sabrás a su debido tiempo.- Suspiro resignada.- Y soy tu guía, no aceptaré un no por respuesta- Sentenció cruzando los brazos.
-Pero...- "Eso ultimo...¿Me acababa de leer el pensamiento?".-Entonces en ningún momento pretendías que eligiera entre volver o quedarme en aquel sitio. Era una pregunta retórica ¿no? No te importaba mi opinión y viendo lo insistente que eres serías capaz de arrastrarme en contra de mi voluntad.
-Si era necesario, si.-Rió socarronamente sacando un saco y una cuerda del chal.
"¿Qué mierda lleva ahí dentro?¿Una bodega?"-Pensé irritado.
-Pero debía al menos dejarte la opción de ir por voluntad propia.
Definitivamente era mejor que volviera al limbo enseguida, dejar que esa chica me secuestrara no parecía para nada un buen plan. Giré desesperadamente para correr lejos de ella en dirección al cementerio, pero antes de poder reaccionar siquiera estaba atrapado en total oscuridad, no era el limbo, la sensación era obviamente distinta.
Esa maldita mujer me había atrapado y quién sabe a donde me llevaría.

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Alma Errante
Random¿Qué ocurre después de la muerte? ¿Y si te obligaran a resucitar? Nuestros protagonistas tienen un camino intrincado que recorrer, acompañalos por un mundo de traiciones y mágia. Entra y descubrelo, aunque el titulo ya dice mucho. Gracias por leer