-Cada vez te removías más, por eso pensé que ya estabas recuperado -se disculpó.Mi silencio tras contarme lo ocurrido en el reino de las hadas le preocupaba, intente sonreír para tranquilizarle, y caí en la cuenta que no se veía nada de mí aparte de mis ojos.
-Estoy bien, es solo que no esperaba librarme de ella tan rápido- eso lo desconcertó- si es cierto que nos vigilaste debes saber que yo no quería nada de esto, y solo fui objeto de un secuestro... ¡Y ahora soy la moneda de cambio de su libertad!- Reí tristemente.
O'tyko abría y cerraba la boca queriendo replicar al respecto pero sin saber bien cómo.
-Parece que no sirvo para otra cosa que no sea ser utilizado sin poder quejarme.- proseguí, me levante de entre las raíces donde nos encontrábamos y miré hacia el cielo intentando orientarme.
-¿Nos dirigimos hacia el sur?
El hado asintió.-¿Quieres entrar en el frasco de nuevo o prefieres hacerme compañia?-Preguntó.
-Quiero disfrutar de toda la libertad que pueda, gracias- en verdad empezaba a marearme un poco, pero ver el cilindro de cristal que medía casi lo mismo que O'tyko me resultaba un tanto claustrofóbico.
Caminamos hacia el sur durante una hora, cuando de pronto el pequeño ser paró y me arrastró detrás de unos arbustos. Se asomó para comprobar que no nos hubiera visto lo que fuera que lo asustó, entonces aproveché para mirar también.
Entre un montón de hojas secas y ramitas se encontraba un jabalí durmiendo profundamente, pero al igual que O'tyko, me percaté de que eso no era lo importante. Debajo del jabalí sobresalía un viejo trozo de tela sucio el cual reconocí como el chal de Erika, había tenido mejor aspecto pero el viento y los animales debieron hacer todo el trabajo hasta dejarlo ahí y en esas condiciones.
Un pájaro revoloteó escandalosamente, despertando al jabalí, cuyos ojos, al abrirse, se encontraron directamente con los nuestros. Se levantó veloz y se dirigió directo a nuestro arbusto para embestirnos pero conseguimos esquivarlo separándonos a cada lado.
-¡Coge el chal!-me gritó O'tyko.
-¿Estas loco? Esto no es una corrida de toros, y la tela no es roja precisamente.
Al parecer el jabalí decidió que le daba igual lo que hicieramos, la curiosidad le podía y vino directo hacia mi. Siendo solo una especie de humo dudaba que realmente me hiciera algo pero aun así por acto reflejo cogí el chal y lo puse entre el jabalí y yo.
Esperé un choque que no llegó.
-Ostia puta!-oí al otro lado del chal.
-¡Joder con el mierda bicho este!- refunfuño la voz- ¡Killo dame un respiro leches!
Me asomé por el borde de la tela y ví a una mujer de melena revuelta, con dos dagas, en guardia frente al jabalí.
-Grandullón este no es tu día, veras, me pillas con un humor de perros y no tengo ganas de jugar.- los dos, bestia y chica, corrieron hacia su oponente con los ojos llenos de sed de sangre.
La mujer saltó por encima e intentó clavarle una de las dagas en el lomo, pero no lo hizo a tiempo, el jabalí rozó su pierna con uno de los cuernos, desestabilizandola consiguió que la daga solo le produjera un rasguño.
Cayó al suelo de lado, perdiendo la otra daga en el camino, rodó para alejarse del jabalí y con una voltereta volvió a ponerse de pie. Si el choque con el animal le hizo alguna herida no se veía. Aún sostenía una de las dagas, así que siguió atacando y esquivando.-Sabía que sentía una extraña presencia cerca.-murmuró O'tyko, que se había colocado a mi lado.
El espectáculo continuó con violencia, chica y bestia rodaban por el suelo en una batalla de vida o muerte, levantando hojas aquí y allá y haciendo crujir las pequeñas ramas caídas. Cuando la pelea cesó todo quedo en calma.
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Alma Errante
Random¿Qué ocurre después de la muerte? ¿Y si te obligaran a resucitar? Nuestros protagonistas tienen un camino intrincado que recorrer, acompañalos por un mundo de traiciones y mágia. Entra y descubrelo, aunque el titulo ya dice mucho. Gracias por leer