Alma Errante

6. Primera parada

Al despertarse se había topado con Willy sentado a su lado y mirándola fijamente.

-¿Se puede saber qué quieres?¿Darme un infarto?

-Solo esperaba por si te salían verrugas u otras cosas, si bajabas la guardia mientras dormias.

-JA JA muy gracioso. Quita que tengo que desayunar, tenemos un duro día por delante.-se sentó buscando dentro del chal.
Esperé por si decía algo más pero al parecer yo solo era un paquete indispensable en sea lo que fuere que tenía que hacer.Y no merecía más información bastante con que conseguí su nombre y suspire exasperado.

-Vamos a una casa cerca de los acantilados, esta a la salida del bosque, llegariamos antes de que cayese la noche.

-Dijiste que no me leerías la mente.

-Y no lo hago. Es lógico que te cuente a donde vamos, pero a mi ritmo. No tienes por qué saber todo aún.-y siguió comiendo unas gachas con chorizo y pan los cuales estaban incomprensiblemente recién hechos, tan incomprensible como la forma en que habían aparecido.-No aun-murmuró más para si misma.

El día anterior parecía que se avecinaba tormenta pero después de todo, solo quedó en un inquietante ambiente de acecho, nubes oscuras y brisa fria, aunque a través del sonido de los árboles, le había parecido oir de vez en cuando el lejano estrépito de un relámpago.

Y así, tras el desayuno de Erika, seguimos un camino inexistente entre los sauces, el día aclaraba y el sol comenzaba a traspasar las ramas de los árboles. Al poco tiempo noté que cada vez ibamos mas lentos. Y ella se peleaba con la larga falda refunfuñando, con la cara roja del esfuerzo.

-Estas cansada y tienes calor- apunté

-Métete en tus asustos-

-Tú eres mi asunto- eso la sorprendió y un rubor se sobrepuso al del calor.-Estoy muerto y eres lo único que me obliga a seguir aqui, y no precisamente por voluntad propia.-intenté corregirme

-Es innecesario que repitas que estas muerto, ya está muy claro.

Suspiramos de irritación a la vez y eso nos hizo irritarnos el triple dandole mas energía para seguir. Yo iba a su ritmo, mi "cuerpo" no se cansaba para nada, y además no tenía prisa en ir a ningún sitio en realidad, ella tenía razón en eso, no perdía nada, seguía sin importarme realmente lo que hubiera perdido pero todo eso del viaje y la bruja misteriosa hacía que me lo tomara más como un juego y al fin y al cabo no es malo querer diversión, una distracción después del tiempo en el Limbo. Habíamos caminado por horas el sol estaba en lo alto y Erika estaba al borde de la insolación. Cuando pensé que se desmayaría escuchamos mucho ruido y nos acercamos a duras penas, apareció en un claro del bosque una taberna más o menos grande de donde se veía un espeso humo saliendo de la chimenea y el olor hizo que le sonarán las tripas a la chica que estaba a mi lado.

-Vamos- dijo tendiendome una capa con capucha, obviamente sacada del milagroso chal.-Es mejor que te tapes bien, que no te vean nada más que los ojos.

-¿No es peligroso?¿Y para qué quieres entrar si puedes crear tu propia comida?

-Aún no domino del todo lo del sabor asi que llevo bastante deseando volver a probar comida de verdad-eso era una herida en su orgullo estaba claro,e intenté ocultar una risilla.-No te rias y pon atención a como vas, no puedes flotar ni deslizarte como llevas haciendo todo este tiempo. Intenta actuar como si hubiera una persona ahí abajo, ¿de acuerdo?

-Si general.-ignoró mi broma y se adelanto al claro.-¡Espera!-intenté disuadirla...otra vez.-Si insinuaste que podrían atacarte en el bosque, ¿quién te dice que ahora sería diferente?, pueden ser mala gente y bien sabes que no puedo protegerte.-lo que no entendía era por qué sentía la necesidad de hacerlo.

-He oido la risa de muchas chicas ahí adentro. Si fueran camareras o putas aun siendo mala gente se notaria una risa forzada o hasta gritos de fastidio. Y no es asi. No habrá problemas mientras no te vean.

Aún me sentía inquieto, pero ella lo necesitaba, un lugar resguardado del sol con comida y agua. Asi que en contra del nerviosismo de mi gusano, nos acercamos.
Al entrar comprobé que ella estaba en lo cierto. Dentro rebosaba un ambiente de alegría y festejo, tan grande y tan extraño para lo que estaba acostumbrado, silencios y tristeza en cantidades aplastantes, que me sentí abrumado y hasta un poco mareado. Intenté andar como me habia dicho Erika, a lo que había que añadirle esquivar a la gente,evitar que me tocaran,(una capa donde solo había aire)y entre unas más de 100 personas en ese espacio bailando, chocandose y corriendo de un lado a otro a por más cerveza y carne asada, supe que por mucho que lo intentara me descubririan tarde o temprano y habría problemas,muchos problemas. Ir allí no había sido una buena idea.

Milagrosamente llegue a la barra, que se encontraba al fondo de la sala, en el lado opuesto de la puerta, me deslicé un poco más hasta casi pegarme a la falda de Erika intentando evitar a un gordo medio borracho que apestaba a vino mal destilado. Al que encima se le había caido un sombrero de vaquero muy raido, el cual, su única utilidad, tapar la calvicie de su propietario, era del todo dudosa.

-¿Pero que tenemos aquí?-Dijo una voz grave al otro lado de la barra.-¿Qué puede ofrecerle este tuburio my lady?

Un señor con boina, una barba de espirales y una camisa manchada de grasa, remangada y de unas tallas más pequeñas, dejaban al descubierto unos brazos fornidos y llenos de pelo.
Le hablaba con evidente galantería a Erika, quien aún con cara de zombie y una desesperación por comida, intentaba ser cortés y responder con un intento fallido de la belleza que en verdad rebosaba.

Aunque para mi era evidente que no lo hubo logrado, al señor pareció iluminarsele la cara frente a su sonrisa, el continuo pestañeo y la combinación que en resumen yo había visto la noche anterior.

-Si pudiera ser, algo que me alivie del calor, con agua me basta.-dijo con voz suave e inocente.-Para dos.-concluyó más seriamente al ver la curiosa mirada que me lanzaba el hombre.

-Claro, para servirla my lady,¿y puedo saber quién os acompaña?-preguntó ahora más ostil que galán.

Los dos nos tensamos. No habíamos inventado nada.