13. Decisión

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Me despertó una punzada en el pecho, cuando miré se trataba del collar que me había dado la bruja Geneva, pero ocurría algo extraño, la piedra producía otro color, había pasado del ámbar al azul marino. La señora había dicho que el remolino que poseía el relicario se extinguiría, no que cambiaría. Si se había equivocado en eso, ¿En que más habría fallado?

De pronto un estruendo me sacó de los airados pensamientos, guardé como pude el colgante dentro de mi camisa y esperé, hasta que la figura de la dama verde se fue haciendo más nítida.

-He decidido adelantar tu juicio, espero que hayas tenido tiempo de reflexionar sobre tus crímenes.- con un gesto de la mano, el aire dejó de sentirse pesado y pude moverme con normalidad.-Sigueme-ordenó.

Había una puerta en el fondo del foso, tras esta, una larga escalera de caracol que llevaba hasta el exterior, una vez ahí pude respirar con más facilidad.
Estabamos en el mismo lugar era bien avanzada la tarde y se oían grillos por todos lados.

Primero busqué a Willy y no lo encontré, luego llevé mi vista a donde recordaba haber sido arrastrada pero no había rastro del chal. No podía decir nada, no al menos hasta que decidieran escucharme o incluso con suerte responderme.

-¿Eres consciente de tu situación?

-Si.

-¿Crees tener alguna posibilidad de escapar?

-No.-esto provocó una pequeña sonrisa en la mujer.

-¿Qué te ha parecido tu habitación? Tal vez un poco lúgubre, y solitaria. Seguramente te sintieras impotente, y desearas desaparecer, pero lo peor de todo es que no has estado ahí ni un día. Nosotros hemos permanecido años en esas circunstancias y puedo hacer que tu también las padezcas.

-Si así debe de ser...

-¿Qué ha pasado con esa determinación que tenías?-decía cargada de falsa preocupación -¿Tan rápido has olvidado al espíritu?

-Si no hay posibilidades de que me ayudéis o me dejéis ir, es una batalla perdida.

-Batalla perdida es la que no se intenta ganar. Puedo sugerirte un pacto más satisfactorio para ambas. Obviamente si aceptas, es con el fin de recuperar a tu amigo, independientemente de lo que pueda suceder contigo.

-¿No sabré las condiciones?-Me estaba tendiendo una trampa, era un suicidio aceptar, pero si con ello salvaba a Willy, merecía la pena arriesgarme ¿no?

-Un hado será voluntario para proteger al espíritu, y llevarlo hasta la cabaña a la que habías decidido ir.

-¡¿Como sabes eso?!-Por más que intentase leer la mente de la ninfa no encontraba el modo, es como si estuviera bloqueada, "seguramente por que estoy debil" pensé.

-Tengo exploradores en todos los rincones de este bosque, él que os ha vigilado desde hace dos días se ofreció, ayudará al alma a recuperar su cuerpo y una vez que su misión acabe regresarán aquí. Has admitido no tener posibilidades y hasta darte por vencida. Estoy concediendote tu deseo, deberías estar agradecida.

-¿Por qué lo haces?¿Qué quieres de mi a cambio?

-Eso te lo explicaré cuando llegue el momento, lo importante es si aceptas o no.

No sabía que responder demasiado tentador, la reina había cambiado muy rápido su opinión sobre ellos, podían matarla y vender a Willy o dejarle en la fosa sin que ella se diera cuenta y morir siendo una prisionera sin saber si había servido de algo.
Pero era cierto, debía hacer algo, si todo salía mal la culpa seguiría recayendo sobre ella.

-Acepto- dije seriamente alzando la barbilla.

-Buena chica. Pero la palabra de una humana no es suficiente, necesito de ti total lealtad, confiar que cumplas tu palabra así como yo cumpliré la mía.- Con un gesto suyo un par de seres grises con aspecto de enanos arrugados embutidos en ropa vieja se acercaron transportando un recipiente y un cuchillo.- El trato debe firmarse con sangre, solo así se comprueba la veracidad de su compromiso.-La dama se acercó hasta quedar a medio metro de mi, tomó el cuchillo y continuó.- Para que un pacto se lleve acabo hay que saber con quien se realiza y dado que ninguna confiamos en la otra solo nos queda esta solución.

Sin que me diera tiempo a reaccionar un enano sostuvo la palangana entre nosotras y el otro agarro mi brazo, extendiéndolo hacia la mujer, que sin mas demora rasgó el antebrazo con el cuchillo, una fina linea de sangre manó y rodó hasta caer en el fondo del cuenco tiñéndolo de carmín.
Estaba tan absorta que no ví cuando ella hizo lo mismo, reaccioné al sentir nuestros brazos pegados mientras pronunciaba una especie de rezo en una lengua que no entendía, pero se oía como algo muy antiguo y majestuoso, todos los seres del bosque estaban arrodillados con la cabeza baja mostrando absoluto respeto.
La luz que envolvía a su reina se concentró en nuestros brazos, la sangre del cuenco se había mezclado y misteriosamente tomó la forma de una piedra.

Cuando el rezo hubo terminado los dos enanos retiraron el cuchillo y el cuenco que aún contenía la pequeña piedra, no sin antes envolverme el brazo en hojas para tapar la herida, formando una cataplasma, ya no me quedaban fuerzas para encararla así que me senté en el suelo esperando que la dama verde continuara con mi destino, ésta retrocedió ocultando su herida con un trozo de seda de su vestido y continuó hablando como si no hubiese pasado nada.

-O'tyko llevará al espíritu hasta dicho lugar, como su forma actual es inestable irá transportado en un recipiente.

Un hado del color del bronce, que al contrario que el resto, no tenía ningún mechón verde en el pelo, se acercó portando un cilindro de cristal asegurado con placas de metal decorado con minuciosos relieves de volutas y flores.

-He impregnado el objeto con magia para que pueda resistir más tiempo, y que a su vez le sirva para recargar sus energías.-
Me quede observando fijamente el remolino negro dentro del cristal. -Podrás despedirte de el si despierta a tiempo, necesita recargar las fuerzas que perdió bajo tu custodia. Tienes poco tiempo, hasta el ocaso para ser exactos, entonces se marcharán.

El hado se acercó lentamente, con la cabeza baja depositó el frasco en mis manos y se quedo cerca, ya que ahora Willy estaba bajo su responsabilidad no podía quitarle los ojos de encima.
Todos los seres del bosque se alejaron, la dama verde también se distanció pero me vigilaba de reojo mientras frotaba distraída su brazo, allí donde se encontraba la herida.

Sentí el escozor de la piel bajo las hojas del mio y me concentré en observar el pequeño frasco que contenía el preciado humo negro por el que me había vendido.

-¿Podrías responderme a unas cosas?-solté tras un largo silencio.

-Dependerá de qué. -respondió O'tyko sobresaltado.

-¿Harás el viaje de verdad? ¿Le ayudarás a volver o es solo una actuación para convertirme en esclava?

-Mi señora piensa en la seguridad de su pueblo. Nuestras intenciones para con vosotros son claras, ayudar si con ello impedimos que nos ataqueis o acabeis con nuestra paz.

La duda en mis ojos le hizo continuar- Prometo cuidar del señor William, escoltarlo y protegerlo hasta que nuestra misión finalice y el haya recuperado su cuerpo y sus recuerdos. -dijo alzando una palma y poniendo la otra mano sobre la flor de su pecho.

-¿En serio nos vigilaste desde el principio?

-Si tengo que ser sincero, mucho antes. -comentó con un sonrojo de vergüenza- Era extraño ver a una joven sola por los bosques y sin equipaje, así que os seguí porque me preocupaba vuestra seguridad.

-Gracias. -tras otros minutos de silencio asentí pesadamente- En ese caso William a caído en buenas manos- besé el remache de metal y se lo devolví al pequeño ser.

-Volveremos.- me aseguró.

-Os esperaré.

El sol terminó de ocultarse al otro lado de la cascada, volvía a estar atada a lo que creía una pesadilla, mientras mi mundo volvía a oscurecerse, la pequeña figura se alejaba portando lo que me quedaba de corazón y así observé hasta que el brillo de O'tyko desapareció entre la maleza.

Alma ErranteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora