Maratón 1/2
— "La vida es solo un acontecimiento al igual que la muerte. Lo que es valioso e importante es que hacemos con ambas" —terminó de leer el pequeño libro de frases que me trajo el doctor Beaton. Y me atrevo a decir que este pequeño libro es bastante interesante.
Estos días en el hospital se han hecho más llevaderos, teniendo en cuenta que he podido hablar más seguido con mis amigos, puedo leer y por supuesto escribir. Lo que es raro es que este cambio de reglas fue bastante repentino, teniendo en cuenta que antes se me prohibía todo.
Todo comenzó el día después de la visita de Ashley, el doctor Beaton decidió hacerme unos nuevos exámenes, se podría decir que dure 24 horas seguidas en una maquina bastante extraña que giraba y emitía luces. Al día siguiente después de los exámenes el doctor vino con su cuaderno en mano y su posición imponente dándome una noticia.
— "Buenos Días señorita Jones, tengo los resultados de los exámenes y unas noticias—sonreí al escuchar la palabra "Noticias" — .Deberías estar feliz ya que volverás a ver a tus amigos e incluso podrás volver a tu lectura y escritura—dijo con una sonrisa y se retiró del cuarto"
Lo que aún me desconcierta es que nunca me dijo los resultados de los exámenes. Pero como todo relato, tiene un lado positivo y uno negativo. Lo negativo de esta situación es que no me dejan levantarme y tampoco poner los pies en el piso. La enfermera me alza todo el tiempo y sino no lo puede hacer me mantienen postrada en una silla de ruedas. Ayer me atreví a preguntar por qué tantas precauciones conmigo y solo me respondieron.
"—Es por su bien señorita"
Y esa fue su gran respuesta, enserio odio que me respondan así con misterio o peor que ni siquiera me respondan. Algo en mi me dice que me están ocultando algo importante, pero prefiero no pensar en eso por mi propio bien y el de "mi salud mental" según mis amigos, les he contado sobre mis sospechas, pero no le dan importancia.
No he intentado levantarme para evitar problemas, pero de solo pensarlo me da unas ganas de romper las reglas. Así que levanto la sabana que cubre la mitad de mi cuerpo y con mis manos muevo cuidadosamente mis piernas hasta la esquina de la camilla para dejarlas suspendidas, se preguntaran porque utilizo mis manos para mover mis piernas, pues el doctor me dijo que por estar en el hospital tanto tiempo mis músculos se debilitaron, pero esto me da aún más razones para caminar, así las ejercito, pero bueno volvamos a la realidad. Me muevo un poco más hacia la esquina de la camilla para que mis pies toquen el piso frió. Pero lamentablemente el mundo quiere que sea una niña buena así que escucho las voces de Connor y Lore a lo lejos, rápidamente me ayudo con mis manos para devolver las piernas a la posición en que estaban y en ese preciso instante entran Connor y Lore.
— ¡Hey pequeña! —dice alegremente Connor y se sienta al final de la camilla.
—Hola caspita—dice Lore y se sienta en la silla que se encuentra al lado de la camilla.
—Buenas—digo un poco seria ya que arruinaron mi plan.
—¿Qué te pasa? —pregunta Connor con una mirada triste.
—Nada.
—Eso no es verdad, yo te conozco y se cuándo mientes.
Pues eso es mentira si tenemos en cuenta que le he mentido la mayor parte de nuestra amistad.
Connor saca una cesta con libros de quien sabe dónde. Les juro que este chico es mago.
—Si quieres estos amigos, debes sonreír o pagaras las consecuencias—balancea la cesta en mi cara y lo miro fulminante.... Esta vez no iba a ceder
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DUDA PERFECTA.
Teen FictionEmma es otra chica invisible, tal vez el mismo cliché de siempre. La diferencia es que hay algo que la ha atormentado durante mucho tiempo. Algo oscuro que ha decidido ocultar, la perfección es la mejor de sus mentiras, pero tambien su mayor debilid...