Maratón 2/2
Esto es imposible, no puedo creerlo estoy paralítica para toda mi vida... bueno no toda, pero posiblemente la mayoría. Ya no caminaré, ni correré, ni jugaré, ni siquiera podré dar una reverencia ante la ovación cuando sea una gran violinista y una gran escritora.
—Emma, escúchame, todo estará bien... —me dice Connor.
No es cierto nada estará bien, seré una carga no podré vivir mi vida al cien, esto me duele más que cualquier cosa.
—Estaremos aquí para ti, te cuidaremos —dice Lore con una mirada de amabilidad.
—Todo estará bien —repite Connor.
— ¡No, nada estará bien! —terminó gritando.
Connor posa su mano en mi hombro y la apartó de golpe.
— ¡No me toques! —digo fuerte y entre sollozos —. ¡Váyanse! —gritó.
—Pero Em... —dice Connor, pero Lore lo interrumpe —. Deja así —lo coge de los hombros y se lo lleva de la habitación.
Estoy sola y no me importa, solo lloró es como si mi vida se desmoronara cada vez más. Lloró sin control, como si me hubieran matado y creo que es así, mataron mi ser. Intento respirar, pero cada vez que lo intento siento que me ahogo, es como si mi cuerpo no quisiera dejar de llorar.
Quisiera retraer mis piernas para hacerme bolita, pero no puedo, ya no puedo. Recuesto mi cabeza en la almohada y cierro los ojos intentando calmarme y entró en un profundo sueño.
(...)
Me despierto de golpe bastante agitada, como si hubiera tenido una pesadilla, pero no la tuve ni siquiera tuve un sueño. Parpadeo varias veces intentando volver a la realidad y en eso diviso una sombra.
—Hola Emma, ¿te encuentras mejor? —efectivamente reconozco esa voz: es Lore.
—No creo —digo adormilada y ella se sienta a mi lado en la camilla.
—Estoy aquí si me necesitas —me da un ligero apretón de manos y dejó caer una lágrima.
—Dime por favor, que es un sueño —le ruego esperando una respuesta afirmativa.
—Siento decepcionarte, pero no lo es. Todo es real —dejó caer mi cabeza en su hombro y comienzo a llorar, como si todavía no fuera suficiente.
Ninguna de las dos dice nada por un buen tiempo, lo único que se escucha en la habitación son sollozos de mi parte y ella solo me acaricia la espalda. Quisiera que el reloj se detuviera o anduviera más lento para no tener que vivir lo que me espera. Una vida como discapacitada.
—Oye, ¿quieres salir? —me pregunta con una sonrisa.
—No nos van a dejar.
—Quien dijo que pediríamos permiso. —sonríe maliciosamente.
—Cuéntame tu plan entonces.
—Simple, la enfermera tiene que ir a revisar a un paciente en cinco minutos y de ahí salimos corriendo a la terraza del hospital —me sonríe y mueve sus dedos nerviosamente.
—Sabes que no vamos a robar un banco, ¿cierto?
—Obvio que lo sé, además yo soy la malvada acá. Yo siempre te hago bromas y le enseñó al diablo a ser malvado —sonríe victoriosamente.
—Bueno pero que no se te suban los humos muchacha —le sonrió amablemente.
—Acá a la que se te suben los humos es a ti, recuerda que yo te los baje de un tirón un día —ruedo los ojos al recordar ese hecho.

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DUDA PERFECTA.
Genç KurguEmma es otra chica invisible, tal vez el mismo cliché de siempre. La diferencia es que hay algo que la ha atormentado durante mucho tiempo. Algo oscuro que ha decidido ocultar, la perfección es la mejor de sus mentiras, pero tambien su mayor debilid...