Capitulo 23

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Esta fiesta es un caos, hay condones, tragos y parejas por todos lados, los últimos están comiéndose, literalmente, comiéndose. Y yo acá postrada en una silla de ruedas que no me deja disfrutar del caos, la música retumba por mis oídos y el olor a alcohol inunda mis fosas nasales, y si 'por mi fuera, me convertiría en una de esas parejas que se están "comiendo", solo para poder disfrutar de la fiesta y de mis piernas.

Ese dicho que dice: "Nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes"; es cierto, no solo se aplica para personas, sino en este caso para mis piernas, creo que las personas pueden pensar que se sentiría perder una extremidad, pero sentirlo en persona es diferente y saber que posiblemente las perdiste para siempre es un sentimiento horrible.

Aunque yo no este pendiente de la fiesta, ella sigue sus riendas con o sin mi, y en este caso quiero que sea conmigo porque ya me he deprimido bastante, como para poder rechazar una fiesta "en mi honor" según Jackson, intento moverme entre la gente, para así aprender como utilizar mi silla de ruedas o tal vez para encontrar un poco de diversión, volteo a ver hacia la piscina y me encuentro con la mirada de Lucas, el cual hace poco me acompañaba solo porque creía que me iba a morir sin su compañía; ilógico, ¿no?

*Para nada es ilógico, si por ti fuera enserio te morirías sin el*

*Eso no es cierto, cállate*

*Nunca me callare, soy tu conciencia*

Odio, estas conversaciones conmigo misma, y lo peor de todo es que al final tengo la razón, o tal vez mi conciencia, ya no se. En fin, pretendo acercarme a Lucas después de ignorarlo por casi un mes, cuando con mi gran suerte un chico derrama su bebida encima mio y sale riéndose como chiflado. Luke viene corriendo y al llegar a mi lado comienza a tocarme por todos lados, como si me hubiera roto un hueso.

— ¡Hey, estoy bien solo me regaron una bebida! —digo un poco alto, y el se aparta inmediatamente.

—Lo siento, no fue mi intención, solo...— sonrió y termino la frase — ...me preocupas. Pero estaré bien, solo tengo que cambiarme—giro mi silla y comienzo a andar hasta la escalera, al llegar me apoyo en la barandilla para poder levantarme.

—No vas a poder sola, déjame ayudarte—me dice Lucas, para después levantarme como princesa y subirme al final de las escaleras.

—Gracias no era necesario. Mi cuarto esta...

—Yo se donde esta, no te preocupes por nada.

Solo esa frase, me hizo recordar todos los momentos en los cuales ha estado en mi casa, incluso en los que estaba borracha, pero que el no sabe que aunque lo estuviera, seguía consciente. Estar en sus brazos, es muy confortable, no podría asegurar que tiene unos brazos musculosos, aunque los tiene, ni que su olor es embriagante, aunque si lo es. Sino es la forma que me hace sentir, no el cliché de siempre de "me siento protegida en sus brazos", sino una sensación inexplicable de felicidad y a veces de miedo.

Al llegar a la puerta de mi cuarto, el la abre, aun teniéndome en brazos y lo único que alcanzo a ver es una pareja, besuqueándose encima de mi cama y lo peor semi-desnudos, el instinto de Luke es taparme los ojos, como si fuera niña chiquita, y sacarme del cuarto para dejarme en el piso del pasillo.

—Ya vuelvo—dice un poco molesto.

Yo solo, me recuesto en la pared fría intentando calmarme, y la depresión vuelve a mi en ese instante, si tuviera piernas hubiera salido corriendo, o a lo mejor los hubiera echado de mi cuarto a gritos y hubiera sido chistoso, pero no lo es, ya que nunca pasara.

Ambos chicos, si ambos chicos, osea una pareja gay, salen corriendo del cuarto y alcanzo a ver la cara de furia de Lucas, que se encuentra parado con los brazos cruzados en la puerta.

DUDA PERFECTA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora