CAPITULO 1

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CAPITULO 1
|LANA|

Me encontraba dentro de mi auto mirando a mí alrededor hasta donde la nieve lo permitía, miraba los mensajes que nos habíamos mandado durante toda la tarde antes de poner en marcha nuestro plan de escaparnos juntas
Miraba mi cartera con el poco dinero que había podido juntar y esperaba que fuese suficiente para un par de meses

Pude verla aproximarse a donde me encontraba, no traía nada de equipaje aunque por eso no había problema, el plan era irnos, muy lejos de mi madre y los problemas de tomar la empresa de mi padre

- Comenzaba a pensar que no vendrías - dije sonriéndole - entra al auto, está helando aquí afuera -

- Solo vine a decirte que no iré contigo, esto se acabó Lana - Sonreí pensando que se trataba de una broma, una de muy mal gusto a decir verdad

- Déjate de juegos y vámonos - dije señalando el auto con una pequeña sonrisa esperando una que mostrara que estaba bromeando

- no pienso ir contigo a ningún lado Lana, entiéndelo, regresa a la realidad y date cuenta que no tenemos futuro alguno -

- sabes que si lo tenemos y lo único que debemos hacer es subir al auto y alejarnos de esto, de mi madre y de la empresa -

- ya no somos unas niñas y debiste darte cuenta que... - la vi dudar un segundo antes de soltar con desprecio aquello que me hizo tanto daño y que creí que nunca escucharía salir de su boca- ya no te amo - fue lo último que me dijo con mientras se alejaba de mí.

Intente alcanzarla pero fue inútil, la perdí de vista cuando doblo en una esquina, se había marchado, volví al auto bastante dolida, me había engañado, nos íbamos a ir lejos de todo, como lo habíamos planeado desde hacía un tiempo, para poder ser felices, pero algo en ella había cambiado, vi como la nieve se juntaba sobre el cristal, seguí ahí sin poder moverme durante un buen rato, esperando quizá que volviese pero no fue asi

Las lágrimas comenzaron lentamente a rodar por mis mejillas, las limpie con el dorso de la mano mientras arrancaba el automóvil.

Quería gritar, pero sabía que si lo intentaba no saldría ruido alguno, conduje por unas horas prestándole atención al mar de pensamientos que llegaban a mi mente, hasta que de la nada vi a dos personas cruzar la calle, sujete el volante con fuerza y lo gire para esquivar a esas dos sombras.

Todo fue tan rápido y lento a la vez, pude ver girar todo a mí alrededor, no supe cuánto tiempo fue, pero al abrir los ojos mire unos pies que andaban hacia donde me encontraba.

-Ayuda - susurre

- Llama al novecientos once - fue lo que escuche antes de perderme en la oscuridad

...
Abrí los ojos, solo un poco, pude ver su rostro, ella estaba ahí tomándome la mano y pidiéndome disculpas por lo que había sucedido, no supe más de mi pues volví a caer en la inconciencia

...
Sentía los ojos muy pesados, por más que intentaba abrirlos la pesadez me lo impedía

- Esa chica sigue preguntando por ti jovencita, no puede pasar, pero estoy segura de que ella desearía estar aquí contigo - no sabía quién era la persona que hablaba pero su voz me generaba cierto grado de confianza y afecto

Podía sentir como peinaban mi cabello antes de perderme otra vez

...
Desperté en una habitación de hospital, tenía un aroma a limpiador de piso y quizá un poco de legía, la luz blanca me cegó, mire a un lado para que no me diera de lleno en el rostro, cuando me percate que mi madre se encontraba a un lado mío, vi su rostro fingiendo preocupación aunque yo sabía que se regodeaba de todo esto, siempre lo hacía.

Un Último Error / TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora