CAPITULO 33
|LANA|Había recibido una llamada de camino a mi casa, era de un teléfono desconocido, por lo que después de dudar un poco en si contestar o no, tome la llamada
- ¿Quién habla? - pregunte sin decir mas
"Lana... soy Maya"
Es que esa mujer no se cansaba de fastidiar, seguramente estaba molesta por que Alexander había ido a mi oficina
- Señorita Foster no estoy de ánimos de lidiar con sus celos enfermizos para con Alexa... - fui interrumpida por unos gritos de Alexander que se escuchaba al fondo
"abre la maldita puerta Maya... abre ahora mismo"
Sabía quién era ese, era el Alexander enfermo, era el Alexander que se perdía en su locura, no podía creer que había vuelto, tenía más de dos años que no había tenido una crisis y parecía que esta era bastante mala
- tranquila Maya, voy para haya -
"no sabía a quién más acudir, por favor, está completamente loco, me da miedo verlo así"
- Lo entiendo, iré lo más rápido posible - colgué la llamada pensando cual era el camino más rápido para la casa de Alexander, llegue en menos de lo que comúnmente hacia
- ¡Alexander! - llame tocando la puerta, pues estaba cerrada, al no tener respuesta intente volver a tocar cuando escuche muchos gritos y el llanto de la pequeña Evangeline, fue suficiente para hacerme romper el cristal a un lado de la puerta con una gran roca que decoraba el pequeño jardín, ya después me encargaría de reponerlo
Al meter la mano el ardor de un corte en mi brazo me hizo retroceder un poco, no era una herida de gravedad pero si requeriría unos cuantos puntos seguramente, abrí la casa y sin pensarlo me dirigí a donde provenían los gritos
- maldita sea Maya, es que no entiendes que quiero parar esto y tú sigues haciendo tonterías -
Me acerque a la habitación sin entrar y mire como las maletas estaban en el suelo, seguramente las había estrellado contra la pared y se abrieron regando la ropa
- Alexander por favor... -
- Y tú me vas a entender por las buenas o por las malas que... -
Entre a la habitación, Alexander tenia a Maya sujeta del cabello, esta lloraba intentando soltar su fuerte agarre, mi amigo se metería en muchos problemas por esto, no podríamos hacer mucho esta vez
- Alexander Daswood vas a dejar a Maya irse de aquí ahora mismo, esto lo tienes que arreglar tú, ella no tiene la culpa de nuestras mierdas y mucho menos tus hijos -
- pero si es la zorra que dice ser mi mejor amiga - su tono sarcástico era irritante
- salgamos de aquí antes de que jodas todo -
- no te das cuenta que quien jode mi vida son ustedes - estaba a la defensiva y lo entendía, siempre se ponía así, para el todos estábamos en su contra
- fingiré que no escuche eso porque sé que este no eres tu Alexander, ahora vámonos de aquí -
- Quiero separarme Alexander - eso me cayó por sorpresa, Maya no había dicho nada desde que había llegado pero esto había sonado muy decidida
El salió de la habitación hecho una furia y no supe si ir tras él o ver que Maya se encontrara bien, opte por lo segundo, estaba algo despeinada, tenía su maquillaje corrido y por lo visto la había maltratado más que a mi
- hiciste bien en llamarme... el estará bien y tú también, solo aléjate por un tiempo... no porque no te quiera cerca de su vida, sino porque sé que te ama tanto y tú a el que todo lo que pueda decir en estos momentos te dolerá y te dejara tan marcada, que aunque muy en el fondo sepas que quien te lo dice no es el, te seguirá doliendo -...
Me encargue de meterlo a una clínica psiquiátrica, estaría en buenas manos, era su único familiar cercano por así decirlo, pedí que fuesen avisando de su evolución
- carajo Lana, yo no debo estar aquí, estoy bien -
- Más te vale que pongas todo de tu parte para que vuelva el patético amigo que tengo y no este pedazo de basura que tengo frente a mi - advertí antes de irme de la clínica
Llegue a casa sin mucho entusiasmo, después de recibir dos pequeñas puntadas en el brazo, estaba agotada, quería darme un buen baño con agua caliente y buscar el afecto de mi novia, la necesitaba, no había tenido unas buenas semanas desde que supe que estaba esperando un hijo y hasta el momento no habíamos tenido mucha acción
Para mi sorpresa entrando pude ver a una Ángela vestida bastante provocativa, si es que a eso se le pudiese llamar vestida pues solo llevaba un coordinado a juego color negro de encaje, permitiéndome ver su cuerpo casi desnudo, tenía las manos escondidas en su espalda
- ¿y esto a que se debe? - pregunte a lo que me hizo una seña para que guardara silencio, era extraño que tomase la iniciativa, o realmente no lo había hecho desde aquella vez que me pidió le enseñara
- Quítate la ropa Lana - ordeno sacando un látigo de tiras de su espalda, debía admitir que era algo intimidante, aun así lo hice, necesitaba que me distrajese de todo lo que había pasado con Alexander
- Listo - dije saliendo de mi ropa interior dando un leve pasito al frente, ella estaba bastante atractiva pon lo que llevaba puesto y mi mente comenzaba a fantasear con lo que podría hacerle
- ¿qué te paso? - pregunto viendo el vendaje que tenía en el brazo, no era muy exagerado pero resaltaba con mi desnudes
- no importa ahora ¿Qué planeas hacerme?... decide rápido porque yo ya tengo un par de ideas en mente - en verdad las tenía, quería ponerme mi arnés, quería tomarla hasta hacerla gemir, hacerla gritar mi nombre y que suplicara por que le diera más hasta poder correrse
- No comas ansias Lana, todo a su tiempo - estaba tan tranquila, yo quería arrojarme sobre ella y comenzar a devorar su cuerpo completo, comenzando por sus senos que se veían mas que fascinantes dentro de ese sostén de encaje que no le cubría nada
- ¿entonces qué hago? - pregunte curiosa sobre cuál sería su siguiente movimiento, no tenía mucho conocimiento al respecto por lo que podía sospechar que estaba dudando sobre qué era lo que debía hacer a continuación, como una pequeña pausa añadí - haz lo que desees con mi cuerpo... piensa en tus deseos y fantasías -
- no se me ocurre muy bien que es lo que debo hacer... creo que arruine el momento ¿cierto? -
- Para nada, solo deja de pensar, deja de sentir vergüenza y pídeme lo que desees - para incentivarla me coloque de rodillas, con ambas manos detrás de la nuca, esperando alguna otra orden, comencé a desconectar mi mente, quería que me dominara, dejar el control aunque fuese por un momento en sus manos
- estas segura Lana? - pregunto, creía que me estaba mirando pues había bajado la vista, no respondería hasta que no preguntase como debía hacerlo, quizá lo noto pues su siguiente pregunta fue mejor aplicada - mírame y te ordeno que respondas ¿estas segura de ceder el control? - pregunto viéndome directamente a los ojos
- confió en mi ama, quiero que utilice mi cuerpo para su placer, cualquier idea que tenga, por muy descabellada quiero que lo haga... esa es la respuesta que quería escuchar mi ama -
- si... su... sumisa, vamos a nuestra habitación... en cuatro -
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Un Último Error / Terminada
Novela Juvenil¿Cuál es el destino que le depara a dos personas que a pesar de su amor no pueden estar juntas? Tras amarse y perderse la una a la otra, el destino les da una última oportunidad. Y tu ¿Qué serias capaz de hacer por amor?