CAPITULO 63

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CAPITULO 63
|LANA|

Todo paso tan rápido, el hombre que tenía sujeto a Frederick fue noqueado por este último, mire hacia donde se escuchó el grito ahogado al recibir el golpe que lo dejo tirado en el suelo
Frederick tenía el arma de nuestro hombre, nadie tuvo tiempo de reaccionar, vi cómo me apuntaba a mí, después de todo lo había pasado aquí estaba otra vez, cometiendo error tras error y el ultimo seria este, el que me llevaría a mi muerte, el disparo fue más rápido que todos, aun así un hombre se le arrojo encima para neutralizarlo
Esperaba ese ardor en mi cuerpo que ahora me era familiar pero nunca llego, algunos hombres se agacharon al estar desprevenidos, no supe a donde había ido esa bala hasta que vi a Ángela
— ¡Ángela! Espera por favor — Grite  — ¡espera! — tenía los ojos abiertos, casi saliendo de sus orbitas, pude ver como tenía sangre en sus manos, en su pecho, ahora sabia a donde había ido ese tiro, sus manos estaban inútilmente intentando detener ese flujo de sangre, cayó de rodillas y la sostuve en mis brazos, me aferro con fuerza, la realidad me cayó como un balde de agua fría
Ahí estaba ella, todas mis pesadillas se habían vuelto realidad, estábamos tiradas en el suelo, sujetando su pecho mientras más sangre de la que podía imaginar salía de su cuerpo
La aferre en mis brazos e hice que me viera, respiraba con dificultad y dio un pequeño grito cuando intente frenar el sangrado
— Ángela, aquí estoy cariño, aquí me tienes — me miraba algo aturdida y distante — vas a estar bien ¿me escuchas? —
Alexander detono su arma y Frederick cayó sin vida al suelo, todos estaban algo conmocionados por el repentino caos que se había armado en esta habitación
— Lana… —
— Tranquila, vas a estar bien, de acuerdo — seguía viendo como más y más sangre brotaba de su pecho
— Demian… cuida a Demian —
— tú lo vas a cuidar ¿sí? Tienes que verlo crecer a mi lado — tomo mi rostro y acaricio mis labios, le costaba respirar y pude ver como un pequeño hilo de sangre salía de su boca
— Gracias por… encontrarme — la hice que me mirase pues comenzaba a perderme de vista, estábamos ambas llenas de su sangre que no dejaba de salir aunque ahora con menos intensidad
— te buscaría por cielo mar y tierra ¿lo olvidas? — Sentía un fuerte dolor en el pecho, un nudo en la garganta y lágrimas rodar por mis mejillas — no me dejes — suplique
— quiero… ver a mi hijo —
— Resiste Ángela — dije pero era inútil muy en el fondo sabía que no tenía modo de ayudarle — no te vayas… mírame Ángela, no puedes dejarme ahora… no otra vez ¿qué voy a hacer sin ti? —
— No me sueltes…  —
— nunca mi amor… —
— dile a… que… lo a…— Ángela tomo mi mano y la aferro con fuerza
— tú se lo dirás, saldremos de aquí eres fuerte te vas a salvar… no es nada —
— La… Lana, no… debiste — su mano fue a mi cara, sentí como dejaba sangre en mi mejilla, estaba caliente y tenía un aroma a metal, no me importaba, estaba sola, no había nadie a quien pedir ayuda y aunque hubiese creo que todos en el fondo sabíamos que no había mucho por hacer
— tranquila cariño, todo estará bien, tú vas a estar bien… te lo prometo — susurre besando su frente
— Lana… te…a…te…a — un último aliento salió de ella, su vida se había desvanecido entre mis manos, nadie pudo hacer nada para detener lo inevitable,  sus ojos vacíos de expresión alguna me dijeron que el amor de mi vida ya no estaba dentro del cuerpo que yo tenía frente a mi
Bese su frente y deje caer más y más lágrimas, se me nublo la vista, di un grito, el más desgarrador que había dado en toda mi existencia
— ¿Lana? — me llamo Alexander tomando su debida distancia, después de todo yo tenía el arma que me había dado aún cerca de mi
No quería mirarlo, no podía hacerlo, verla tirada en el piso cubierta de sangre me hizo enloquecer
Como si se lo hubiese llamado con la mente Gerard comenzó a reír, era una risa que me lastimaba pues sabía que era por el final que había tenido Ángela, le dispare sin saber bien a donde llegaría el tiro o si acertaría en su regordete cuerpo
Asombrosamente dio en el hombro izquierdo, el hombre maldijo al sentir ese ardor que para mí era ahora familiar
Me puse de pie dejando lentamente a Ángela en el suelo, me acerque al hombre que seguía sin quitar su sonrisa hasta que toque su herida nueva en el hombro a lo cual gruño debido al dolor, le apunte directo en la frente, nadie intento detenerme

Ella tirada…
Ella sangrando…
No logre salvarla…
Ella estaba…
La había perdido…
Había fracasado…
Un último error de mi parte había sido el causante de que ella estuviese…

Gerard me veía y pude ver nuevamente su sonrisa burlesca frente a mí, di un grito fuerte frente a él, me temblaba la mano pero no dudaría en cumplir mi objetivo
— creo que todo fue en vano ¿no? — Sonrió y siguió hablando — negociaste por ella, me dejaste estar con ustedes a cambio de que gente como tú o Frederick no la dañaran y ¿para qué? — aparto sus ojos de los míos para verla a ella
— ¡no la mires! — grite apretando más el arma a su frente, quería matarlo con mis propias manos, quería que sintiera un poco de lo que yo estaba sintiendo en estos momentos
— para que al final viniera a caer aquí por tu culpa… no entiendes que yo gane —
— cierra la boca maldita sea — cargue el arma
— No lo entiendes verdad — se quejaba por la herida en su entre pierna pero aun así se regodeaba de lo que acababa de pasar
— cállate de una maldita vez —
— yo gane Lana, aunque me mates sabrás que el ultimo que tomo a tu mujer… la última persona que se la cogió, el ultimo que estuvo dentro de ella y la reclamo como suya fui yo y a decir verdad extrañare su boca chupándome las bolas y lo estrecha que estaba antes de que todos los hombres de Frederick se la cogieran… — Sonrió con suficiencia lo cual me hizo enojar aún más, no lo tolere ni un momento más, di el primer tiro y cayó al suelo, seguramente ya no estaba vivo, nadie pudiese estarlo después de un tiro en la frente
tenía los ojos abiertos y sangre en su frente, aun así podía escucharlo jactarse de que Ángela no estaba por mi culpa, dispare una vez más a su cuerpo, ya no le apuntaba a una zona en específico solo deje que mi dedo siguiera disparando hasta que vacié el cargador
En el  hombre que había terminado por arruinar toda mi vida, inclusive aquello que intente proteger a toda costa y que ya hacia sin aliento en esta misma habitación
— ¿Lana? — mire a Alexander, tenía las manos extendidas a mí — todo termino, debemos irnos — me abrazo como lo haría un hermano y no pare de llorar hasta no saber más de mi

Un Último Error / TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora