Capítulo 20.

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-Aún estoy esperando a que me des las gracias por sacarte sana y salva entre todo aquel montón de gente que había en la puerta del comedor.

-Y yo sigo esperando a que me des mi móvil y mira, aquí seguimos. –Dije despegando la vista del cristal, para girarme y mirar a Harry, éste me devolvió la mirada y me sonrió divertido. Un segundo después, volvió la vista a la carretera.

-Borde.

-Secuestrador de chicas. –Contraataqué.

-¡No te estoy secuestrando!

-¿Me estás cogiendo prestada, no? –Dije irónicamente.

Harry frunció el ceño.

-Eso suena como si te estuviera utilizando. –Observé a Harry, esperando algún atisbo de broma. Pero nada, él se puso serio. Y esta vez parecía de verdad.

Centré mi mirada en la carretera. Todo el coche estaba en silencio, sólo se escuchaba el motor.

-¿Irás a la fiesta? –Susurró él sin apartar la mirada de la carretera, cambiando drásticamente de tema.

-Sí.

-Vale… -Vi la duda en su rostro, y noté que él tenía intención de decir algo. Abrió la boca, indeciso en formular alguna palabra y la volvió a cerrar. Hizo una mueca, y aún indeciso, volvió a abrir la boca para emitir sus palabras. – La fiesta se adelanta una semana.

-¿Cómo?

-La fiesta se adelanta una semana.

-No, sí, eso ya lo entendí. Digo que cómo lo sabes. –Harry se rascó la cabeza, moviendo sus rizos.

-Me.. me he enterado. –Esperé alguna respuesta más, pero Harry no parecía que fuera a dármela.

-¿Y cómo?

-Me lo han dicho. –Se movió nervioso en el asiento. ¿Qué le ocurría? – Yo no puedo decirte nada Kate. Deja de hacer preguntas. Todo en su debido momento. –Asentí, lo seguí mirando, y Harry ya empezó a tranquilizarse.

-¿Entonces es el viernes? –conté con los dedos. - ¡Eso es en dos días! –Grité sorprendida.

-Exacto. –Sonrió Harry, mientras le daba la vuelta a una rotonda, para ir por la calle dónde yo vivía.  

Harry aparcó justo en frente de mi casa, y ya tenía un plan para escapar. El coche de mi padre, también tenía un mando, para abrir y cerrar el coche desde la distancia. Un día, me encerré en el coche de mi padre, y descubrí, que cuando cierro el coche, si intento abrir la puerta, dándole al manillar dos veces, conseguía abrir el coche desde dentro. Podría probar si funciona en el coche de Harry.

Me quité el cinturón de seguridad, y Harry hizo igual. Deposité mi mano en el manillar. “Vale, no pasará nada. Respira, y tranquila.”

Estaba nerviosa, porque sabía que Harry podría alcanzarme en poco. Y quién sabe lo que me haría. Conté hasta tres, y le dí al manillar dos veces, consiguiendo abrir la puerta. Salí con mi bolso corriendo, cerrando la puerta del coche tras de mí.

-¡Kate! –Gritó Harry. Escuché un portazo. Harry había salido del coche. Esta situación me parecía tan estúpida.

Por suerte, ya tenía las llaves de la puerta en la mano. Mi mano estaba temblando, y no atinaba a meter la llave en la cerradura. Una mano grande envolvió a la mía, ayudando a meter la llave en la cerradura consiguiendo que sonara un leve ‘clic’

No es demasiado tarde.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora