Capítulo 12.

5.3K 144 12
                                    

-Chels, tengo que estudiar Historia. No te demores mucho. –Dije en la puerta de la tienda.

Chels había ido a mi casa, a recogerme bien temprano. Era domingo y según ella, era día de compras. Quería aprovechar también y enseñarme un poco la ciudad.

-Entra conmigo –Dijo intentando poner su mejor cara de cachorrillo.

Yo entré con desgana a la tienda. Habíamos estado ya en bastantes tiendas, y Chels sólo quería que entrara para probarme ropa, ropa y más ropa.

Iba detrás de ella, cual perrillo perdido. Ella miraba todos los estantes, toda la ropa, donde estaba colgada, lo sacaba y lo volvía a colocar en su sitio.

-Pronto tendremos una fiesta –Dijo pensativa, mientras seguía rebuscando entre la ropa.– Tenemos que buscarte algo. –Concluyó, arrodeándome y yéndose a la otra punta de la tienda a mirar más ropa.

De repente, Chels paró en seco, y claro como yo iba detrás de ella, la pisé.

-Auch –Dijimos a la vez.

-Prefieres, ¿vestido o pantalón? –Dijo mirándome. Después me recorrió con la mirada de arriba a bajo. – Vestido –Dijo convencida, contestando antes de darme tiempo para pensar lo que quería.

-Pero si no te he dicho lo que quiero –Protesté

-Vestido –Volvió a decir.

-No me quedan bien los vestidos. –Dije detrás de Chels, habíamos salido ya de la tienda, no había nada que a ella le interesase.

-¿Qué no? ¿Tú estás segura? Seguro que te quedan genial, tienes que enseñar piernas. Ojala tuviera yo esas piernas.

-No son bonitas

-Chs. –Me mandó a callar- Yo mando aquí

Bufé en respuesta.

No íbamos a encontrar un vestido, que primero, me quedara bien, y segundo, que me gustara.

Es imposible. Para que a mí me guste una prenda de vestir.. Tiene que tener todo lo que a mí me gusta, y en estos tiempos no es que haya mucho la verdad. Algo discreto, sencillo pero a la vez elegante. Que no llame la atención, pero que tampoco sea muy soso. Que tenga un color dulce, pero ni muy llamativo, ni muy apagado.

Lo sé, tengo gustos difíciles.

-Ven, entremos a esta tienda. –Dijo Chels cogiéndome repentinamente de la mano, y tirando en su dirección.

Una vez dentro, Chels se paró y me miró.

-Tú ve por la derecha, yo iré por la izquierda. Coge todo aquello que te guste.

Esto me hizo gracia porque parecía una misión suicida.

No es demasiado tarde.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora