Capítulo 17.

4.5K 166 31
                                    

Entré a casa, y estaba todo oscuro. No había nadie, seguro que mi madre tenía turno de noche. A veces me daba pena, porque llegaba realmente cansada. Ella y mi padre estaban encabezonados en que yo no hiciera ningún trabajo extra, que no necesitaban ayuda. Así, que me encargaba de las cosas de la casa. Limpiaba, fregaba, barría. Todo. No es algo que me agrade, pero bueno, lo hago para ayudar.

Mi padre desde que llegamos, a penas está en casa, sólo los días que no tiene mucho trabajo. Los demás días, anda de ciudades en ciudades. De hotel en hotel. Y así. Al final me he acabado acostumbrando

Subí a mi cuarto, para meter en el bolso que llevaba al colegio, un par de libros que mañana necesitaría. Puse el bolso sobre la cama, y lo puse bocabajo, haciendo que todo lo que había dentro, cayera encima de la cama.

Un folio blanco, doblado cuidadosamente, fue lo último que cayó encima de los libros.

Lo cogí, y lo acerqué a mi nariz, oliéndolo. Lo sé es un tanto idiota, pero quería saber si tenía el olor de Harry impregnado.

Reí ante mi acción. Me mostraba tan estúpida.

Sonreí recordando esta mañana, en el almuerzo, cuando fui a coger fruta y se acercó a mí. Cuando su nariz rozó mi cuello y…

Recordando lo ocurrido, la piel se me erizó, haciendo que corriera por todo mi cuerpo un escalofrío.

Miré el papel que tenía en mi mano, y lo abrí. Observé lo que había hecho, rayas, y un ojo un poco más abajo, poco perfeccionado.

Miré al final de la hoja, había un número apuntado. Bien grande, no sé cómo no lo vi antes.

Debajo de este número, ponía en letra pequeña, legible y elegante: Harry x

Que alguien me explique el porqué sonreí de esa manera a ver su nombre apuntado justamente debajo de ese número. Por qué de repente me puse nerviosa.

En ese mismo momento mi sonrisa se borró.

Mi mente fue bombardeada por los besos de Harry y Sara. Doblé el papel, y lo tiré hacia el otro lado de la cama. Intentando con todas mis fuerzas, borrar todas las imágenes que se proyectaban, una y otra, y otra vez.

“No debes confiar Kate” Susurró aquella voz, que para mí, ya se volvió algo normal.

-No pienso hacerlo.. –Susurré mientras negaba con la cabeza y apilaba los libros que habían caído en la cama. Cogí el folio que hace apenas unos minutos había “ignorado” y lo tiré al suelo. Encendí mi ordenador, y puse la música baja, tumbándome en la cama y cerrando los ojos.

Todo estaba pasando demasiado rápido, y necesitaba aclarar unas cuantas ideas. Y qué mejor que una buena medicina de canciones. Puse mis brazos por encima de mis ojos.

Al cabo de unos minutos, dejé de escuchar la música, y caí en un sueño profundo.

***

Dios, diez malditos minutos en la puerta de mi casa, esperando a que apareciera Chels, y menos ocho minutos para que comenzaran las clases. Le había dejado no se cuantas llamadas, pero las suficientes como para que se hubiera enterado de que alguien la necesitaba. Lo intentaba, una y otra vez más. Nada, que no me contestaba.

-La última… -Susurré. A los segundos Chels contestó. - ¡Por fin!

-¿Ehmm? –Contestó ella, su voz sonaba adormilada.

-Chels, llevo diez malditos minutos esperándote en la puerta de mi casa. Tenemos que ir al colegio. ¡ESPABILA! –Dije cabreada

-Kate…

No es demasiado tarde.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora