No es demasiado tarde.

Capítulo 16.

-Chels, ella es  Elena –Dije moviendo las manos entre ellas, presentándolas- Elena, ella es Chels.

-Hola, ¿qué tal? –Sonrió Elena amablemente.

-Muy bien gracias, ¿y tú? –Contestó Chels amigable, y con una amplia sonrisa en la cara. Eso significaba, que la chica le caía bien.

-Igual –Sonrió tímidamente.

-¿De dónde eres? –Dijo Chels, observando el rostro de la chica.

-Perdonad… -Interrumpí- ¿no tenéis hambre?

Elena negó con la cabeza, y Chels sacó una bolsa con una manzana dentro.

-Yo ya estoy servida –Dijo ella encogiéndose de hombros.

-Pues yo voy a por algo, seguid charlando –Dije levantándome de la silla, y fui directa a dónde estaban las bandejas.

Estábamos en el recreo, o descanso. Aquí ellos no saben lo que es el ‘recreo’ así que me acostumbro a llamarle ‘descanso’ El comedor estaba muy lleno de gente, me pregunté cuánta gente cabría en el lugar. Intenté calcular, pero me pareció algo imposible. Así que lo dí por perdido, mientras esperaba en la cola con mi bandeja en la mano, unos cubiertos, y un plato.

-Hola linda –Me saludó amable la cocinera. - ¿Qué te apetece? –Dijo señalando lo que había.

-Hola –Sonreí- una tostada. ¿Tenéis aceite?

La cocinera asintió, poniéndome la tostada en el plato.

-Pídeselo a mi compañera. –Sonrió, y dí unos pasos hacia delante.

Miré a la mujer que había al lado de la cocinera, sería su ayudante o qué se yo… Fui a abrir la boca, pero me interrumpió.

-Aquí tienes el aceite –Dijo poniéndomelo en una parte de la bandeja. Me miró amable- ¿Algo de beber?

Asentí.

-¿Tenéis batido de chocolate?

-Claro, toma. -Dijo dándomelo en la mano.

-Gracias. –Susurré.

Me daba vergüenza preguntarle que dónde tenía la fruta, parecería que soy una comilona… Pero manías mías, que yo no comía en condiciones, si por último no me tomaba una fruta.

-Perdone… -Susurré.

La mujer me miró sonriendo, y prestándome atención.

-¿La fruta…? –Ella sonrió, y me señaló detrás de mí. Yo seguí con la mirada la dirección que señalaba su dedo.