-Ni que tuviera tu nombre grabado en algún sitio. –Reí, los ojos de Harry brillaron.
-¿Te gustaría? –Me susurró.
-Cállate –Le di un leve manotazo en el estómago y él soltó una risa pesada.
-Venga, prepárate que ya vamos a llegar.
Bajamos del tren y observamos la ciudad, había mucho bullicio.
-¿A dónde te apetece ir?
-No sé –Dije mirando las calles abarrotadas de gente, y nosotros allí parados, como unas estatuas.- Tú eres el inglés, así que por hoy tú serás mi guía.
-De acuerdo –Dijo Harry riendo.- Ven.
Harry puso levemente su mano en mi cadera, empujándome hacia delante.
-¿No tienes hambre? Ya es un poco tarde. Deberíamos comer algo.
-Bueno… -Puse mi mano sobre mi tripa, y sí, sonaba.
-Por la cara que tienes, podrías comerte una vaca entera.
-Hombre, tanto como una vaca…
-¿Un toro?
-¡No! –Reí. Íbamos andando hacia donde fuera que Harry me estuviera guiando. Veía a lo lejos el gran ojo de Londres. Harry se percató de que lo observaba.
-¿Te gustaría ir?
-No –Dije automáticamente.- Las alturas y yo, no. Polos iguales, osea, que se repelen. –Gesticulé con las manos.
Harry rió.
-No te rías, si tú sufrieras lo que yo con las alturas, te ibas a enterar.
-Exagerada… -Me revolvió el pelo un poco, pero después me lo volvió a poner bien.- Ya queda poco para llegar.
-De acuerdo.
Llegamos a un pequeño restaurante, dónde servían comida, lógicamente, pero era más para jóvenes, que un restaurante de lujo. Era tipo McDonald’s, pero no servían hamburguesas, ¿me explico?
-¿Qué te apetece? –Dijo Harry en frente mío cuando nos sentamos, mirando el menú.
-Lo que tú vayas a comer. –Dije mirando por encima el menú. No sabía qué era cada cosa.
-¿Ensalada? –Alcé la vista por encima del menú, y Harry me miraba. Asentí. - ¿Y de beber?
-Agua
-De acuerdo.
Harry subió la mano y le hizo un gesto al camarero. Este se acercó y Harry le dijo lo que queríamos, el camarero después de haber apuntado lo que queríamos se fue.
-Te agradecería que dejaras de hacerle ojitos al camarero. –Dijo Harry causal, cogiendo una servilleta y haciendo una figura con ella. Yo no tuve más remedio que reírme.
-¿Por qué no?
-Porque no. –Harry estaba concentrado en el trozo de papel. Después lo alzó y miró su forma y me lo entregó. Lo tomé entre mis dedos.
-¿Es una rosa? –La acerqué a mis ojos. Le había salido genial.- ¿Cómo la hiciste? –Dije mirando a Harry sorprendida.
-Cosas que alguien tan fabuloso y genial como yo sabe hacer. –Harry puso las manos detrás de su cabeza sonriéndome, yo no tuve más remedio que sonreírle y observar la flor de papel. Ya buscaría tutoriales en YouTube y aprendería a hacerlas.
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No es demasiado tarde.
FanficKate, una chica de 16 años, normal, como otra chica cualquiera, eso sí, con mucho genio y bastante cabezota. Ella está obligada a cambiar su vida, aunque ella no quiera. Sus padres, apenados, tienen que viajar, por motivos de trabajo, a Inglaterra...