Por cada problema que sufrimos, más fuertes nos hacemos, o más débiles nos mostramos. Más duros intentamos parecer o más frágiles queremos ser.
Que filosófico todo, ¿no? Pero joder, sabemos que es verdad, que es con lo que tenemos que vivir y con lo que tenemos que sufrir día a día.
Que si chonis, que si pijos, que si góticos, que si canis... Cada día un adjetivo nuevo para ponerle a alguien cuando no sabemos absolutamente nada de ellos, por mucho que pueda parecer lo contrario.
Y es que las personas a lo largo de los años hemos ido llendo de mal en peor. Nos desgastamos voluntariamente, nos criticamos a propósito, nos decimos palabras que ni si quiera sabemos que significan... Hasta que las aprendes.
Y entonces te jode. Te jode saber lo que le has hecho a esa persona, por muy mínimo que haya sido, aunque finjas que te da igual.
¿Y qué me dices de los presentimientos que tienes así de repente, de ver cosas sin motivo y sin venir a cuento? De esos en los que piensas que algo o alguien te vigila, o simplemente crees ver algo que luego parece no existir. "Vaya tontería", pensarán algunos. "Qué intriga", pensarán otros.
Eso es la vida; no solo niñez, juventud, madurez y vejez.
Y también según tus sentimientos, "eres más débil o más fuerte". Venga ya; menuda gilipollez.
