Capítulo 4.

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Estaban ya preparándose, faltaba nada más que media hora para que todas las luces del internado se apagasen y pudiesen ir al botellón. El que consiguiera salir sin ser pillado, tendría suerte. Era la primera vez que Ana y Amaya salían, pero personas como Celia, Denis, Ry, Seb o Eider, ya estaban acostumbrados a hacerlo.

-Joder, al final no me da tiempo. -Amaya se estaba aplicando una fina línea de eyerline en los ojos, ya que era para salir un rato, porque no la gustaba pintarse demasiado. Igualita que Ana.

-Pues venga, que tenemos que darnos prisa. -La morena estaba terminando de ponerse sus pantalones vaqueros y un jersey; no iba a complicarse la vida.

-¿Y si nos cogen? -Preguntó inesperadamente Amaya, cuando ya terminaba de pintarse.

-No lo harán. -Ana la calmó con una pequeña mirada acompañada de un movimiento de cabeza, negando.

Ya estaban listas y preparadas cuando apagaron todas las luces. No había mucha altura de la ventana al suelo, así que decidieron salir por ahí. Con agilidad y valentía, ambas saltaron por ella y para su sorpresa, calleron bien, sin hacerse ningún tipo de daño.

-Vamos, corre. -Susurró la rubia a su amiga, y ambas se fueron en dirección a la verja.

Tenían un buen cuerpo, es más, un cuerpazo. Así que pasaron perfectamente entre los barrotes. Ya estaban fuera. Genial, ahora tenían que ir hacia donde estuviesen todos y no tenían ni idea de por donde empezar.

Para su suerte, Ry apareció de repente dándolas un pequeño susto. Se acercó a Ana y la pasó el brazo por la nuca.

-Te has asustado, eh. -Decía riendo.

-Quítate, gilipollas. -Apartó su brazo a duras penas; la encantaba estar tan cerca de Ry.

-Vamos, es por aquí. -El rubio las guió a través del bosque

Ya cuando llegaron había un ambiente bastante bueno; alcohol, tabaco y gente. No hacía falta más. Amaya y Ana seguían sin entender de dónde habían sacado tales cosas, pero lo dejaban pasar.

-Venga, integraros. Olvidaros esta noche del internado de mierda.

Ry se marchó con su grupo de colegas y ellas dos se quedaron allí, solas y sin saber qué hacer.

-Pues yo me voy a por bebida. ¿Quieres algo? -Le preguntó Amaya a la morena.

-Cógeme lo que quieras.

La rubia se marchó a por lo dicho y Ana se quedó cerca de la fogata, cuando Celia se acercó a ella.

-Hey, al final habéis venido. -Dijo con una pequeña sonrisa, cruzándose de brazos debido al pequeño frío que hacía.

-Si, lo necesitábamos. Además, no había otra cosa que hacer. -Rieron muy levemente las dos, mientras conversaban un poco sobre lo pasado con Dimitri.

Pero de repente a la pelirroja le cambió por completo la cara. Se puso seria aunque con una pequeña sonrisa. Se la notaba intimidada, pero Ana no sabía por qué.

-¿Qué te pasa? -Le preguntó la morena a la chica.

-Nada, solo que... -La miró de nuevo. -Denis está mirando para acá.

Ana frunció el ceño y negó con la cabeza. ¿Había venido?

-¿Qué? -Intentó ser disimulada, pero no pudo.

Se dió la vuelta y ahí estaba, como mucho a seis metros de ellas, apoyado en el tronco de un árbol. Estaba mirando a Ana con profundidad y seriedad; la chica no pudo evitar apartar la vista.

-Lleva mirándote desde que has venido con Amaya, y a ella igual. -Dijo la pelirroja sin dejar de mirar al moreno por encima del hombro de Ana.

-No creo. -La contestó sin darle mucha importancia.

¿Sería eso cierto? ¿Estaba el tío más temido del internado mirándola? En ese mismo momento sintió cierta intriga, pero decidió hacer como si nada estuviese pasando.

-Toma. -Amaya le dió su bebida a la morena y ambas se quedaron mirando a la chica que acababa de venir.

Eider. Estaba simple, pero preciosa, como siempre. Llevaba el pelo negro suelto, y vaya pelazo. Una chaqueta negra de adidas y sus pitilleros ajustados; eran los más normales que tenía pero a pesar de ellos, todos los tíos iban detrás suya. Lo bueno de ella, era que tenía carácter y no era una guarra, como otras que había en el internado.

Denis se la quedó mirando de arriba a abajo como si fuese una tentación para él, y en efecto, lo era. Ella tan solo le saludó con una sonrisa y se dió la vuelta, esperando al chico con el que había venido.

Seb era el afortunado de haber podido acompañar a tal chica. El grupo de amigos de Ry se la quedaron mirando, pero apartaron la vista atemorizados cuando Seb les fulminó con la mirada.

Ambos se acercaron a Denis. Siempre solían estar los tres juntos, no solían juntarse con nadie más. Bueno, con Amaya, pero solo Eider y su acompañante.

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