Celia a una punta de la habitación y Ana a la otra, pero con los mismos pensamientos. No podía dejar de recordar el cuerpo ensangrentado de Cam, tirado en el suelo.
Seguían pensando y pensado; ¿Quién? ¿Quién había hecho tal cosa? No pudo suicidarse. No tenía ni los utensilios necesarios, ni razones para hacerlo. Y menos para dejarse tales marcas en el cuerpo.
Nadie excepto ellas dos sabía lo ocurrido. Decidieron mantener el secreto, pero Ana tenía que contárselo. Amaya tenía que saber lo que pasó, si o si. Pero ella no estaba en la habitación y no iba a ir a buscarla. No podía hacerlo porque Celia se enteraría, y entonces ella también sería mujer muerta.
Faltaban menos de veinte minutos para la reunión que la directora había convocado con todos sus alumnos, en el salón principal. La pelirroja y la morena estaban asustadas, todo había que decirlo. Pero decidieron hacer como si no hubiese pasado nada y seguir con sus formales y aburridas vidas, sin ningún contratiempo.
-¿Chicas? -La dulce voz de Tessa irrumpió los pensamientos de las chicas, haciendo que ambas se levantasen.
-¿Qué pasa? -Dijo Celia.
Eran como uña y carne, pero al mismo tiempo totalmente diferentes. La pelirroja no tenía muchas amistades allí, y no porque no se la acercaran, todo lo contrario. Si no porque ella misma desconfiaba de cualquier persona. Por eso apreciaba tanto a Tess, porque ella era la única "amiga" que tenía allí. Sabía que podía contarla cualquier cosa, que no diría nada. Y por eso mismo estaba pensando en contarle lo de Cam, pero no sabia del todo si hacerlo o no.
Tessa era muy sentimental, siempre encontraba algo bueno en una persona, aunque no tuviese nada que apreciarse. Incluso describió algo positivo en cuanto a Cam, una vez. También eran amigas, o eso era lo que decía la muchacha... Por eso mismo Celia no quería cargarla con ese peso. No todavía.
-Bueno, yo... -cerró las puertas a sus espaldas, apoyándose luego en estas. -Es que, no sé como deciros que...
No procedía. ¿Qué la pasaba? Ella siempre había sido bastante abierta en sus opiniones, y siempre solían ser bastante solidarias.
-¿Decirnos el qué? -La insistió Ana. Necesitaba saber qué quería decirlas.
-Ayer... Bueno, llevo sin ver a Cam desde ayer y tengo un mal presentimiento. -La dulce e ingenua Tessa resultó dar en el clavo.
Una de sus muchas habilidades era averiguar si algo iba bien o mal, y en ese mismo instante estaba descubriendo, o intentando descubrir algo que la causaría mucho dolor.
-Tess... -Empezó la pelirroja.
Las dos morenas la miraron con atención.
-Cam está muerta. -No pudo contenerlo más. No a ella.
A la pequeña morena se la quedó una cara de estupefacta, no podía creérselo. Mejor dicho, no quería creéselo. Tuvo que sentarse en una de las camas más cercanas a ella, y Celia se apresuró a su lado.
-¿Por qué? ¿Qué la ha pasado? -La morena no dejó a su amiga hablar. Tenía preguntas y quería obtener las respuestas cuanto antes.
-No lo sabemos, Tess... -Celia frunció levemente el ceño al recordar la escena. No la resultó muy agradable. -Solamente la vinos muerta, y ya está.
A Ana se la revolvieron las tripas al recordarlo. No la importaba lo más mínimo, ya que no la conocía en absoluto, pero no podía fingir que sentía cierta lástima por Cam.
-Pero es imposible... No, no, no. -Tess no pudo contener unas pequeñas lágrimas que amenazaron con salir de sus preciosos ojos marrones. -Ella estaba en perfecto estado.
Recordó el problema que tenía con el alcohol, pero no retiró lo que dijo. Sabía perfectamente que algo fallaba; Cam estuvo genial horas antes, hablando con ella en los baños, justamente antes de irse al botellón y que Tess se quedase leyendo uno de sus libros.
-Tessa, despierta. La borracha está muerta y punto. -Tuvo que ser más dura con ella.
<<Error, Celia, error.>> Pensó la pelirroja.
La morena la miró con cierto desagrado y, ¿desconfianza, tal vez? No quiso quedarse más en esa habitación, cerca de Celia.
Ana seguía callada y pensativa cuando la morena estaba apunto de salir del cuarto.
-Espera, Tessa. No quería decírtelo así, solamente... -Su pequeña amiga no la dejó terminar de hablar.
-Voy a encontrar a su asesino, me da igual lo que digas. -Y antes de salir por la puerta, se corrigió a ella misma. -O asesina.
Cerró con un leve portazo, para no llamar mucho la atención de los otros estudiantes. Mientras se dirigía al salón principal, se puso a pensar, llegando a una conclusión que de corazón deseaba que no fuese cierta.
¿Y si había sido Celia su asesina?