Se sentó frente a su tocador y comenzó a cepillar su cabello. Un suspiro se escapo de sus labios y le devolvió la mirada a su propio reflejo frente a ella. Diecinueve años, dentro de dos días cumpliría diecinueve.
El tiempo pasó tan rápido que le costaba creer que vivía en ese palacio desde hace cinco años, los sucesos vividos con anterioridad estaban tan frescos en su memoria que fácilmente podría jurar que ocurrió solo días atrás. Por su mente desfilaron recuerdos de sus cumpleaños pasados, Sesshomaru-Sama cada año sin falta le daba un obsequio y los sirvientes le preparaban una celebración. Su mirada se entristeció al caer en cuenta de que ya no sería así, dadas las circunstancias.
Terminó de arreglarse y salió de su habitación con la mejor sonrisa que tenía.
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Akemi hizo una reverencia al entrar al despacho del Lord que últimamente estaba con un humor del diablo (y ella creía saber porque)
-Amo, la princesa Shizuka desea que apruebe los platillos que eligió para el banquete de la boda. -Informó con voz clara y sin titubear. Años de servicio le habían enseñado a mostrarse segura frente él. Escuchó como soltaba un gruñido de fastidio.
-No me interesa en lo más mínimo, así que no moleste. -Espetó sin levantar la mirada del pergamino. La peli rosa se imaginaba una respuesta así, se lo advirtió a la malcriada princesa, pero como era de esperarse se encapricho.
-Mi Lord, debo informarle que la princesa insiste. -Observa como Sesshomaru levanta la mirada y con fastidio se levanta de su silla farfullando.
-Terminemos con esta tontería de una vez. -Mascullo saliendo de la habitación con Akemi detrás de él.
Durante unos minutos solo caminaron en silencio por los pasillos, sin embargo había algo que la youkai quería decir, pero no sabía como. Por fin, se armó de valor y dijo.
-Amo, el cumpleaños de Kagome es en dos días. ¿Tiene planeado algo? -Cuestionó al no oír respuesta a su comentario inicial.
El cumpleaños de Kagome, por supuesto que lo recordaba, era algo que no podría olvidar jamás ni aunque quisiera. Desde hace días se había cuestionado que hacer, ¿debía organizarle una celebración? Las circunstancias en las que estaban apuntaban a que no era lo mejor, pero algo en el no estaba tan convencido.
"Hazlo, es lo menos que puedes hacer" La voz de su bestia hizo eco en su mente. Por más que quería estar en desacuerdo con ella, no podía. Yako tenía razón.
-Akemi. -La llamó por primera vez. La aludida de inmediato se mostró atenta y en completa disposición. -Prepara una celebración. -Ordenó simplemente.
La youkai sonrió para sus adentros satisfecha de los resultados.
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El Lord del Oeste entró furioso a sus aposentos. Shizuka lo hizo perder casi todo el día con sus estúpidas peticiones. Creyó que después de aprobar los estúpidos platillos para el banquete lo dejaría en paz, pero no. Esa mujer siguió con un montón de idioteces más, si no era la comida, era el vestuario, las flores, el salón.
¡Maldición!
Al él le daba igual si las jodidas flores eran amarillas o blancas, es más, le daba igual todo el asunto del matrimonio, pero ella se lo estaba tomando muy en serio. Llamó a uno de los sirvientes y le ordenó que le preparará un baño, necesitaba relajarse.
Metió su cuerpo al agua y suspiro por el alivio que eso le daba. En definitiva esa mujer lo sacaba de quicio.
-Un regalo para Kagome.-Susurro para si mismo. Aun no tenía idea de que regalarle a su pequeña (no tan pequeña) protegida. El año anterior le regalo un bello cofre con incrustaciones de piedras preciosas lleno de maquillaje y esencias corporales.
"Aun tienes dos días para conseguir un regalo" dijo Yako más tranquilo de lo normal.
Buscaría un buen regalo para ella.
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Ryosuke observó embelesado a la delicada dama que alimentaba a los peces del estanque junto a él. Se imaginó como sería tenerla a su lado. Le daría todo lo que quisiera, no habría cosa que le negaría y la trataría como el bello tesoro que era.
-¿Por qué me miras así? -Preguntó algo sonrojada al percatarse de su mirada. De inmediato el principe apartó sus ojos de ella avergonzado.
-Escuche que en dos días es tu cumpleaños. -Comentó tratando de desviar la atención. Kagome lo miro sorprendida.
-¿Cómo lo sabes? -Preguntó curiosa. Ryosuke sonrió por el gesto que hacía.
-Las noticias vuelan. -Contestó simplemente. -¿Qué te gustaría de regalo? -Indagó. Tenía la intención de darle un buen regalo. No había querido preguntarle para que fuera sorpresa, sin embargo nada se lo ocurría, por lo que decidió preguntar.
-No es necesario. -Se apresuró a aclarar. -De verdad. -Afirmo con vehemencia. El principe del Este se imaginaba algo así, después de todo esa era su forma de ser.
-Por favor, permiteme obsequiarte algo. -Solicito tomando sus manos entre las suyas. Al principio la chica no parecía segura, pero el no se rindió.
-Esta bien. -Aceptó por fin. -Pero yo no te diré que quiero, eso deberás decidirlo tu. -Condicionó. El pelirrojo asintió afirmativamente, había quedado justo donde inició, sin idea de que darle, pero al menos tenía la certeza de que su regalo sería aceptado. Ya se le ocurriría algo.
Uh, tal parece que habrá guerra de regalos. ¿Quién creen que le de el mejor? ¿Qué creen que le vaya a dar cada quien a Kagome?
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Siempre tú. *Sesshome*
FanfictionDespués de haber salvado a una humana de morir en medio del bosque, Sesshomaru la adopta como su protegida permitiéndole vivir en su castillo. Enamorarse no era una posibilidad para el youkai, pero ¿qué pasaría si comienza a verla con otros ojos? ¿...