#17

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No terminaba de creer lo que escuchó segundos atrás, la declaración del Príncipe Ryosuke la tomo por sorpresa. ¿Quería casarse con ella?

-Y-yo-Le costaba articular palabra por la sorpresa. Ryosuke le agradaba, pero ¿casarse con él? Se conocían hace poco, no era suficiente para casarse, al menos no para ella-. Me siento alagada por tu petición-Inicio lo mejor que pudo y buscó las palabras correctas-. Pero siento que es muy precipitado-. Finalizo poniendo especial atención a la reacción del pelirrojo.

El príncipe suspiro como si se esperara esa respuesta-. Lo sé-Le dio la razón. Hasta el sabía que era muy pronto, pero no le importaba-Pero lo que siento es muy real, así que por favor, ¿podrías pensarlo? -Solicito sin darse por vencido.

-Esta bien-. Accedió la azabache al fin después de pensárselo unos minutos. El pelirrojo le regalo una sonrisa.

-Y por favor, acepta esto-La bella cadena de oro quedó de nuevo a plena vista-Después de todo, es tu regalo de cumpleaños-Kagome no se sentía muy segura de aceptarlo, pero no quería ofenderlo, así que asintió.

Se acercó a ella y paso el collar por su cuello ayudado por la chica que alzaba su cabello para darle más acceso, abrocho la cadena y la observó. Le quedaba magnifica.

• • •

En la rama de un árbol, ocultando su presencia para no ser detectado, un youkai albino observaba la escena. Gracias a su desarrollado oído, pudo escuchar a la perfección lo que se atrevió a pedirle. Sentía como su sangre hervía, tenía deseos de ir por el y romperle el cuello, su sed de sangre era alimentada por Yako, que se sentía furioso al ver como otro macho trataba de quedarse con la que el consideraba su hembra.

"No dejes que se la lleve" Ordenó su bestia sin con tener su furia.

Apretó los puños para controlarse y los miro. No quería imaginar que pasaría si Kagome aceptaba casarse con él.

"Se irá, se alejara de nosotros"

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La fiesta terminó después de unas horas, todo estuvo maravilloso. A pesar de que se ofreció a ayudar con la limpieza, Akemi se negó rotundamente, y en vez de eso la mando a descansar. Sin ganas de discutir con ella, se fue a su cuarto. Al entrar, se topó con una silueta alta refugiada por la oscuridad de la habitación.

-Sesshomaru-Sama, ¿qué hace aquí? -Lo reconocería donde fuera. El demonio no respondió su pregunta, solo se limito a acercarse a ella en silencio.

Cuando estuvieron frente a frente, estiro su mano y tomo el dije en forma de sol del collar que le obsequio Ryosuke entre sus garras.

-¿Lo aceptaras? -Le pregunta seriamente sin soltar el dije. Kagome se sorprende al saber que los había escuchado.

-No lo sé-Inclino un poco la mirada.

Suelta el dije de una vez, toma la muñeca de la azabache y la mira.

-No puedes aceptarlo-. Le dice con voz acartonada. Un sentimiento de enojo invadió a Kagome, no comprendía su actitud, ¿por qué se lo pedía? El no era nadie para decírselo cuando se iba a casar con Shizuka.

-No eres nadie para decirme eso-Pronuncia con enojo. El Daiyoukai no se limita y muestra su sorpresa al escuchar el comentario. Ella jamás le había contestado.

-No puedes ser su esposa- Dijo con su usual tono serio.

-¿Por qué razón? -Desea saber ella. -Debería darte igual, estas apunto de casarte-. replica.

El albino se queda callado.

"Todo esto es tu culpa" lo reprocha su bestia.

El silencio inundo la habitación, Kagome se sentía molesta e incomoda, no deseaba segur hablando con él.

-Ahora, si no te molesta, tengo sueño. -Se excuso acercándose a su cama sin esperar su respuesta. Al cabo de pocos segundos, Sesshomaru ya había salido de su habitación.

• • •

El peli plata entró a su propia habitación, se quitó la ropa que llevaba y la cambio por algo más adecuado para dormir. Se sentó en su enorme cama y comenzó a pensar en lo que había pasado en la habitación de la azabache.

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Se veía tan hermosa como de costumbre, sentada en medio de las flores contemplando la belleza de la naturaleza. Su cabello azabache se movía con el viento exparsiendo su exquisito olor por doquier. Quería acercarse a ella, iba a acercarse, pero algo lo detuvo.

Era Ryosuke, se acercó a la azabache, la envolvió entre sus brazos y la besó. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué ese idiota la estaba besando? Eso era el colmo, estaba dispuesto a ir y asesinarlo por tal osadía, ya tenía preparadas sus garras venenosas, caminó con paso decidido hacía ellos, pero algo andaba mal.

Por más que caminara, no lograba llegar a ellos. Vio como separaba sus labios, Kagome miro a ese príncipe de pacotilla con una mirada que se le hacía familiar, y eso era por que de esa misma forma lo miraba a él. ¡No! No le gustaba que mirara a otro hombre de esa forma.

Toda la escena se volvió negra, pero poco a poco comenzó a pintarse una nueva. Era la habitación de un lujoso castillo, recorrió con su mirada el lugar hasta toparse con algo que lo enfureció.

Kagome, su Kagome estaba en los brazos de ese. La esta haciendo suya, la besaba con pasión, mientras recorría su cuerpo con las manos y se enterraba en su ser brindándole placer. Sintió como Yako se apodero de él estallando en ira, eso era lo peor que pudo haber visto, a ella en los brazos de otro.

Abrió los ojos de golpe y se encontró en su propia habitación. Nada de eso había sido real, solo era un sueño. No lo entendía, el nunca soñaba, ¿por qué en ese momento? ¿por qué eso? No lo sabía, pero había algo que sí sabía, y lo acababa de descubrir.

No quería perderla, no dejaría que se la llevara.

"Ya era hora"

No le llevó la contra a Yako, estaba de acuerdo con el. Se había tardado demasiado, pero no era tarde aun. No le dejaría el camino libre.

¿Qué les pareció el capítulo? Sesshomaru ha dejado de lado su terquedad.

Aviso que a partir del siguiente, ya son los capítulos finales. :) comenten y voten si les gusto.

Siempre tú. *Sesshome*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora