#19

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La dama Irasue caminaba con elegancia por los pasillos del enorme castillo, iba a su habitación deseando instalarse antes de ir a ver a su malcriado hijo. Cuando estuvo frente a la puerta que daba a su habitación, gracias a su agudo olfato detecto ese olor... Sin previó aviso entró a la habitación, y lo que encontró la sorprendió.

¡Una humana! En su habitación, en su cama. La mujer analizo a la intrusa de pues a cabeza por unos segundos. Estaba sentada en el borde de la cama mirándola con confusión, vestía un kimono color durazno, su cabello estaba húmedo, lo que indicaba que se había bañado. Separó su mirada de ella y observó detenidamente la habitación, estaba exactamente como la recordaba, lo único diferente eran los jarrones con flores que adornaban el espacio y ese olor a humano que inundaba el lugar.

-Humana, ¿Qué haces aquí? -Interrogó sin demostrar su molestia.

Kagome se sentía muy confundida, de la nada esa mujer apareció en su habitación. Le sorprendió bastante el enorme parecido que tenía con Sesshomaru, el mismo cabello plateado, los mismos ojos, las marcas y por lo visto el mismo carácter, era una versión femenina de él.

-Es mi habitación-. Contestó tratando de no parecer nerviosa.

Se molestó al oír semejante declaración, ¿le habían dado su habitación a una humana? Que insolencia, desde siempre esa siempre había sido suya, era la más grande y poseía una muy buena vista de los jardines. Fruncio el ceño permitiéndose demostrar su disgusto por primera vez, iba a hablar, pero fue interrumpida.

-¿Qué haces aquí? -Escuchó la estoica voz de su hijo.

Irasue se dio la vuelta y encaró a Sesshomaru.

-¿Así es como recibes a tu madre? -Preguntó ella con falsa indignación en su voz.

La azabache se sorprendió al saber de quien se trataba. ¿Cómo no lo había pensado? Esos dos eran iguales.

-Hmp-Musito el peli plata sin cambiar su expresión seria.

-Como siempre de pocas palabras, incluso con tu propia madre a la que no has visto en casi un siglo.

¿Había escuchado bien? Hace casi un siglo que no se veían. Kagome siempre pensó que la madre de Sesshomaru estaba muerta al igual que su padre, ya que él nunca hablaba de ella o la iba a visitar, varias veces había querido preguntar, pero por temor a molestarlo no lo hizo.

Vio como Sesshomaru le susurro algo a su madre para después darse la vuelta y ser seguido por ella. Encontrándose sola nuevamente, se acostó en su cama bastante sorprendida por los descubrimientos previos.

• • •

Maldita sea, era el peor momento para que su madre se apareciera, solo sería una molestia, más aun que ya había visto a Kagome, no quería tener que soportar sus preguntas. Para su mala suerte, por el pasillo venía Rin muy sonriente, la pequeña niña al verlo se detuvo aun sin notar a la youkai que lo acompañaba.

-Sesshomaru-Sama, estoy buscando a Kagome-Chan-. Informó percatándose al fin que no estaban solos.

-En su habitación-. Dijo él con simpleza.

Rin tardó un poco en reaccionar, ya que se había quedado observando a la extraña frente a ella.

-Gracias, nos vemos-. Se despidió y salió corriendo de ahí.

Al llegar a su despacho cerró la puerta y espero a que su madre hablara.

-Sesshomaru, creí que odiabas a los humanos, sin embargo tienes a dos viviendo aquí-. Sabía que iba a iniciar con eso, no podía aguantar para restregarselo en la cara-O es que acaso, ¿piensas devorarlas después?

-Ridículo.

-Tienes razón-Concedió. -Si así fuera no las tendrías tan cómodas-Dijo recordando como le había dado su habitación a Kagome. -Veo que tienes más de tu padre de lo que yo pensaba

-Basta de tonterías. Dime a que has venido.

-Ya te lo dije, ¿acaso no puedo ver a mi hijo? -Sesshomaru no se trago ese cuento barato. Conocía a su madre y ella jamás fue cariñosa, y jamás se preocupo por lo que pudiera pasarle.

Además, si así fuera, ¿por qué después de casi cien años jamás lo había ido a ver? ¿por qué en ese preciso momento? La conocía, tenía un motivo oculto.

-Bueno, admito que hay otro motivo-. Confesó al escuchar el gruñido de molestia de Sesshomaru.

-Habla-Ordenó.

-He oído rumores de que vas a casarte.

• • •

Shizuka vio una gran oportunidad cuando escuchó que la madre de su prometido estaba en el castillo. Sin duda alguna si se ganaba a la madre sería mejor para ella. Y tal vez la ayudaría con esa molesta humana.

Ordenó a las criadas que le prepararan un baño y le llevaran su ropa. Tenía que ponerse presentable para conocer a su futura suegra.

-Es mi oportunidad-. Le dijo a su reflejo para después retirar la cinta que sostenía su cabello.

~★~

Antes que nada, perdón por la espera, pero he estado muy ocupada.

que el capítulo es corto, pero el próximo no tanto, es más hagamos un trato, ¿si?

Si este capítulo llega a los 50 votos y 50 comentarios subo dos capítulos seguidos. :) no suelo hacer esto, pero me parece algo justo.


Siempre tú. *Sesshome*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora