Qué maravillosa ha sido mi semana, adoro la ciudad y a sus habitantes. No es como nada que haya visto en mi vida, y no mentiría al decir que tengo planes de quedarme...
Está de más decir que la ciudad sólo ha sido un atisbo de lo que he vivido esto días. Llegué un lunes al aeropuerto, era bastante grande, pero no tiene comparación a los de Dubai o Dallas. Ese día fue bastante ajetreado. De principio a fin, me dediqué a buscar el hotel donde me hospedaría para emprender mi búsqueda.
El martes dio un giro bastante particular. Todo el día me dediqué a ver los lugares y analizar esta ciudad, que era un cielo al lado de lo que acostumbro a ver. En verdad no es que no me guste mi ciudad o mi país, pero ciertamente podría estar mejor y eso es lo que me impulsa a salir y explorar el mundo. Las tiendas tenían tanta variedad de artículos que estaba en estado catatónico, dicho de la forma más exagerada posible, pero me recompuse al recordar cuál es mi verdadera razón para estar aquí.
Venía a buscar a alguien, era una relación a distancia. Muchos se ríen cuando hablo de ello, y los demás simplemente me dicen que estoy perdiendo mi tiempo, lo cual podría ser cierto. Pero no quería seguir lidiando con sus comentarios y decidí tomar las riendas del asunto.
Es miércoles, he quedado con "mi amor" en un restaurante no muy conocido en el centro. Es raro prepararte para ver por primera vez a una persona que conoces desde hace años, pero supongo que vale la pena. Cuatro de la tarde, estoy en el lugar acordado. Debo decir que el ambiente es bastante apagado. Unas cuantas luces ubicadas en las esquinas del lugar causan un efecto tenue, como en los cafés de los años cincuenta. Estoy impaciente por verla, es decir, a "mi amor", han sido 5 años desde que nos conocimos en un simple grupo y hoy estoy más cerca de ella que nunca, dicho en el sentido literal de la expresión. Han pasado 20 minutos. ¿Me plantó? ¿Le ha pasado algo? Estoy sudando frío viendo al reloj y cómo este avanza lentamente. El sudor emana de mi cuerpo de tal forma que puedo percibir el aroma de mi perfume cundiendo el lugar. Estoy nervioso y tiemblo, a pesar de que el clima está a 30 grados C°. Siento que ha pasado una eternidad y pido una cerveza al camarero, para relajarme. Estoy a punto de pararme cuando la luz parpadea, miro desconcertado a mi alrededor y, en un suspiro, mi pulso salta y mi corazón late como nunca lo ha hecho. Una mujer entra al lugar y da una amplia mirada al sitio, como si buscara algo... o a alguien. En ese momento mira hacia mi mesa y no puedo evitar mirarla fijamente. Suspira con alivio y se acerca a mí con una sonrisa leve. Se para frente a mí, podría jurar que mi corazón se asemeja a una ametralladora, a mil por hora. Guarda silencio, no es capaz de siquiera mirarme cuando escucho una voz.
Me saluda, respondo instantáneamente y de manera tan repentina que los dos guardamos silencio. Por fin alza el rostro y me mira. Es allí cuando veo su rostro, de tez morena y una larga cabellera color castaño oscuro. Sus ojos son oscuros y castaños también, y contrastan seductoramente con la luz del lugar, que traza una media luna sobre ellos. Sus mejillas son de un color rosa pálido y por su gesto, la vergüenza se ha apoderado de su ser. No es muy alta, debe rondar el metro setenta, lo cual la hace ver un poco baja a mi lado.
Hablamos un poco, no puedo creer que sea ella. Me pregunta donde estoy hospedado y rápidamente le respondo la dirección de mi hotel, me promete que pasará a visitarme y hablaremos mañana, entonces me da un breve beso en la comisura del labio y se va. Me quedo otro rato en el sitio y contemplo su despedida y me voy, no puedo esperar que sea mañana...
Los días venideros fueron los mejores de toda mi vida, estar aquí ya era paradisíaco pero, el aditivo de que por fin estuviera con mi oficialmente declarada novia, llevaba las cosas a otro nivel. No importaba si se trataba de ir al parque por un helado o contemplar la majestuosidad del crepúsculo, todo lo que hacíamos juntos era especial y sentía que el tiempo no fluía. Y así pasaron los meses. Me mudé a su hogar, conseguí un buen empleo y me decidí a vivir aquí.
ESTÁS LEYENDO
La Culpa es del Español
General FictionEn un futuro no muy lejano, nuestro protagonista, de identidad desconocida, vive sin nada que valga la pena nombrar. Sin embargo, con el paso de los meses descubre una verdad terrible que lo obliga a empezar nuevamente su vida. Las penurias que le...