-Dime, ¿Cómo es tu familia? -Preguntó Danny.
-Ellos, ahm... Jamás están en casa y cuando están no me prestan atención. A veces siento que soy una carga para ellos.
-Eso no es cierto.
-Tú no sabes nada, danny. No sabes nada de mí.
-Intento conocerte. Trato de ser el amigo que jamás has tenido.
-Y lo agradezco, no sabes cuanto. Pero tengo miedo que al descubrir quienes son mis padres quieras ser mi amigo solo por cosas materiales.
-Eso jamás pasara, Annabella. Sólo cuentame. -Dijo tocando mi hombro.
-Bien, ahm... Mis padres son dueños de una disquera muy importante aquí en Inglaterra. Mi padre es productor de música y a casa siempre van muchos artistas. Las personas siempre se acercaba a mí porque al estar conmigo estarían más cerca de sus artistas favoritos y yo no tolero la hipocresía ni las personas falsas.
-Wow..
-Espero que después de esto no me ruegues que te presente a mis padres.
-No lo haría, ademas... Ya conocí a tu madre. -Rió.
-Por favor, olvida todo lo que ella te dijo.
-Sería imposible. -Rió.
-Oye, aún no me cuentas de ti.
-¿Qué quieres saber?
-Todo tú. -Sonreí.
-Soy Daniel Alan David Jones. Tengo 26 años, amo The Who, Oasis, y excesivamente a Bruce Springsteen. No tengo novia, siempre consigo lo que quiero y nadie puede resistirse a mí.
-¿Qué? -Solté una carcajada.
-¿De que te ríes?
-Pues de ti. Lamento desilusionarte, pero yo no estoy loca por ti. -Reí.
-¡Vamos! Admitelo. -Se acerca a mi oído. -Te gusto. Te gusto desde el primero instante que me viste.
-Sí, Danny. Me encantas. -Susurré a su oído y me levanté.
-¿Lo ves?
-No seas tonto, Daniel. Tú no me gustas y jamás podrías gustarme. -Sonreí.
-¿Por qué no? -Preguntó serio.
-Pues porque... acabo de conocerte.
-Quiere decir que cuando pase tiempo de habernos conocido... ¿te gustaré?
-Danny déjame en paz. -Reí y le di un leve empujó.
-Obligame. -Me tomó en brazos y comenzó a correr. Al parecer tenía mucha fuerza.
-Daniel Alan David Jones, te ordeno que me bajes ¡Ahora mismo!
-Bésame. -Decía riendo.
-¡No seas atrevido! -Exclamé.
-Me conformo con uno en la mejilla, ¿Si? Y te bajo.
-Las cosas que tengo que hacer para que me dejes... -Dije y le di un pequeño beso en la mejilla. Luego me bajó.
-Te quiero.
-¿Qué? -Pregunté desconcertada.
-¿Eres sorda? Te quiero.
-¡Acabas de conocerme! No es posible querer a alguien tan rápido -Dije molesta.
-Oye, no te enfades ¿si? Lo dije en plan de amigos. En serio me caes muy bien y no me gustaría que te alejes. -Dijo buscando mi mirada.
-Lo siento, es que.. jamás me habían dicho algún "te quiero", y quiero que sea verdadero al igual que la persona que me lo diga. -Dije para luego encogerme de hombros.
-¿Dices que no soy de verdad y que mi "te quiero" fue falso?
-No dije eso, es solo que... -Me interrumpe y toma mi mano.
-Lo sé. Te entiendo muy bien y aunque no lo creas, soy igual que tú. Me pasa lo mismo.
-¿Jamás te han dicho que te quieren? -Pregunté.
-Sí. Mi familia y, ahm.. Mis amigos. Pero nunca alguien especial.
-Eso es porque aún no le encuentras.
-Ya le encontré. -Sonrió tierno.
-Genial. -Bajé la mirada. Fui tonta al pensar que se fijaría en mí.
-Ya es un poco tarde. Debo llevarte a casa.
-Oh, no te molestes. Me gustaría regresar sola. -Sonreí.
-No puedes andar sola por ahí.
-Ahm.. Te recuerdo que mi casa queda hacia allá. -Dije señalando el camino.
-Eres muy lista ¿eh? -Rió. -¿Te veo mañana?
-Le prometi a tu hermana que estaria con ella todo el dia, asi que... no.
-De igual forma te veré. Es mi casa y no puedes entrar si no me ves primero.
-Adiós tonto. -Le sonreí y volteé para irme a casa.