Desperté en la habitación de Danny. Él no estaba. Me levanto y bajo hasta la sala.
-Buenos días. -Dice Vicky sonriente.
-Hola Vicky. Oye, ¿y Danny?
-Él... no regresó anoche.
-¿Cómo? Pero... él me trajo hasta su habitación -Dije confundida.
-Debe ser que se fue con alguno de los chicos. Siempre lo hace. –Sonrió.
-Sí. -Sonreí también. Iré a casa a ducharme. Luego vuelvo.
-Está bien.
Salí de la casa de los Jones y fui a la mía. Me preguntaba dónde estaba Danny en este momento. Al llegar a casa noto que hay mensajes en el buzón de voz. Lo abro y... "Hola. Al parecer no estas en casa. Bueno, sólo llamaba para ver como estabas. -James". Qué raro eso. Apenas le conocí anoche. Bueno da igual. Es muy buen amigo al igual que todos. Subo a darme un baño y luego bajo a desayunar. Leo un poco uno de mis libros de romance y salgo a darme un buen baño en la playa.
-Es una buena mañana como para disfrutarla sola, ¿eh? -Volteé para ver de quién se trataba.
-¿Danny? -Reí y salí del agua.
-¿Cómo dormiste?
-Muy bien. Tú cama es muy cómoda. –Reí.
-Lo es. –Sonrió.
-Oye, Vicky me dijo que no regresaste anoche. -Dije tomando mi toalla para secarme un poco.
-Ah, es que... fui a visitar a alguien. Es eso.
-Genial. -Sonreí.
-James pregunta mucho por ti, ¿hay algo que aún no me cuentas?
-No sé de qué me hablas, Danny. -Dije nerviosa.
-¿Sabes? Creo que le gustas.
-No es cierto. Sólo dejó un mensaje de voz.
-¿Por qué no me lo dijiste?
-Pues porque... no lo creí importante.
-Lo es, Annabella, lo es. -Dijo con el ceño fruncido.
-No somos nada. No entiendo por qué te pones así.
-¿Así cómo? No estoy para nada molesto.
-No dije que estuvieras molesto. Sólo dije que... -Me interrumpe.
-Ya olvídalo -Dijo y se sentó en la arena.
-Bien. -Me di vuelta para ir a casa, pero su mano fue más rápida y lo impidió.
-Quédate. -Djo serio.
-Solo si olvidas lo de James.
-Bien. Olvidado.
Me senté a su lado y apoyó su cabeza en mi hombro. Luego tomó mi mano y comenzó a jugar con cada uno de mis dedos. Yo podía observar las pecas de sus manos y no podía evitar sonreír. Acariciaba su cabello lentamente. Entrelazamos nuestras manos y besó mi mejilla.
-Me siento feliz cuando estoy a tu lado. Eres mi debilidad. -Dijo Danny a mi oído. -Antes de ti era una persona común.
-Antes de ti, jamás me atrevería a nada.
-Quiero hacerte una propuesta.
-¿Cuál?
-Entremos a una academia musical. A final de año habrá una competencia y... me gustaría que seas mi pareja.
-Danny, no lo sé. Mis padres. -Me interrumpe.
-Ellos no lo sabrán. Anda, di que sí. -Pone una carita que me hace decir que
-¡Sí, Danny! Pero ya no me mires así. –Reí.
-Sí. Lo soy. De hecho, yo no soy el bromista, solo soy el más tonto.
-Eres mi tonto. -Sonreí y juntamos las frentes.