Meses después...
-Ma, pasaré por la oficina de papá.
-Está bien, linda. Oye, despídete de mí. Hoy salgo a España.
-¿Qué? Mamá, yo... -Me interrumpe.
-Tu padre ya lo sabe. Pórtate bien, ¿si?
-Y tú. Te quiero. -Le di un abrazo y salí de casa.
Punto de vista de Danny.
-Señor, quería decirle que… Ahm… Ya no quiero que me pague por hablarle a Annabella.
-¿Qué? Pero... Danny te necesito. Mi hija te necesita.
-Lo siento, es que… no puedo seguir engañándole. No es justo para ella. Ni siquiera sabe que pertenezco a una banda muy famosa aquí en Londres y que tengo una novia.
-Mi amor, vámonos ya. -Dijo Georgia.
-Espera, Geo. -Dije molesto.
-Vamos, Danny. Deja que te pague. -Dijo el padre de Annabella.
-No. No quiero que me pague por estar con Annabella.
Punto de vista normal.
¿Qué acabo de escuchar? ¿Acaso mi padre le estaba pagando a Danny para que estuviese conmigo? No pude evitar derramar varias lágrimas. Danny volteó y le miré con odio. Luego salí corriendo.
-¡Annabella, espera! -Gritó y alcanzó a colocarme su mano en mi hombro.
-¡No me toques! -Grité con rabia.
-Annabella, déjame explicarte por favor
-¿Explicarme qué? ¿Qué nada de lo que me dijiste era cierto? ¿Que te hiciste mi amigo por dinero? ¿Que me enamoraste a pesar de que estabas con alguien más?
-Anna, no fue así... -Le interrumpo.
-No quiero saber nada de ti, Danny. Olvídate de mí, ¿si? Así me ahorras el daño.
-¡Perdón!
-¿Perdón? ¡Vete al diablo, Jones! -Dije con todo el odio en mi ser y subí a un taxi.
No sabía a dónde rayos ir y pedí que me llevase a casa de James. Subí al edificio llorando y golpeando duro su puerta.
-¡Pero qué dem...! -Calla al verme hecha nada.
-¡Los odio a todos! ¡Odio mi vida, James! -Dije llorando y me tumbé en el suelo.
-Oh, Dios. Ven, entra a casa. -Ayudó a levantarme y entramos.
Me prepara un té y me lo da.
-¿Por qué estás así? –Preguntó.
-Me engañaron, James. Me mintieron durante meses, ¡soy una tonta! -Dije tratando de contener las lágrimas, pero era inevitable.
-Mira. Sabía todo lo que sucedía, por eso siempre traté de echarle todo a perder a Danny, pero nunca me dejó. Yo te dije que era de una banda porque no quería ser parte de la mentira de Danny, de hecho, Tom y yo no estábamos de acuerdo.
-Tú... lo sabías y no me dijiste nada, ¿por qué, James?
-Esto era entre Danny y tu padre. Preferí no entrometerme.
-Se burlaron de mí. Ahora nada de lo que sé, es real. ¡Nada, James! -Grité llorando.
-Cálmate, Anna. Por favor. -Dijo tomando mi mano.
-¡Cómo diablos pides que me calme si me duele! No sabes cómo me siento, James. No tienes ni idea.
-Lo sé, pero trato de ayudarte.
-Sácame de aquí, James. Te lo pido. -Dije llorando.
-¿Vas a huir? Eso es de cobardes.
-¡SÓLO SÁCAME DE AQUÍ! -Exclamé con todas mis fuerzas-
-Vámonos a los Estados Unidos, pero sólo por un tiempo. Luego regresaremos, ¿si?
Asentí y regresé a casa a por ropa. Me bañé lo más rápido que pude, me vestí y salí a casa de James.
-¿Lista?
-Más que nunca.
-Vamos.
Salimos de su casa al aeropuerto. Tomamos el primer vuelo a USA. Yo no paré de llorar en todo el camino, pero cuando por fin pude dormirme…-Hey, hemos llegado. –Musitó James a mi oído.
No quería despertar. Deseaba que todo esto fuera sólo un sueño.
-Me duele un poco la cabeza. -Dije en voz baja mientras bajábamos del avión.
-Y no es para menos. Lloraste durante todo el viaje.
Llegamos a un edificio bastante bonito.
-Bien, ésta será tu casa por algún tiempo. -Dijo James dejando las maletas en mi habitación.
-No sabes cuánto te lo agradezco.
-No llores, por favor. No me gusta verte así. -Dijo abrazándome, pero no pude contenerme.
-Me siento una tonta. Una entupida, james. Tan solo pensar cuántas veces Danny se reía de mí junto a su novia, y ni se diga de papá. Mi propio papá. -Dije entre lágrimas. -Nadie es real ahora. Sigo siendo la misma estúpida sin amigos de siempre.
-Hey, no hables así. No es culpa de los chicos, ellos no tienen ni idea. Sólo Tom.
-Sólo quiero desaparecer. Odio ser yo. -Dije llorando y James tomó mi cabeza y la haló hacia su pecho.
Punto de vista de Danny.
La llamo y no contesta. Estoy muy preocupado. ¡Soy un estúpido! No sé cómo pude prestarme para todo eso. La lastimé mucho. Debe odiarme. Me dirijo a su casa. No sale nadie, así que opto por entrar por la ventana de su cuarto. Veo que no esté ella y toda su habitación estaba desordenada. Al parecer se había ido, pero... ¿A dónde? Me dirijo a casa de James y éste tampoco estaba. ¡Rayos!
-No la encuentro, señor. No está en su casa. Al parecer está con James. -Dije desesperado.
-¿Cómo que no la encuentras? ¡Oh Dios mío! –Exclamó desesperado y comenzó a llamar a su celular, pero ella no contestaba.
-Espere... ¡James! -Exclamo sobresaltado y marco el número de James.
-¿Si? -Dice James.
-James, por favor. Necesito que me digas donde está Annabella. -Dije desesperado.
-Estás loco, Danny. Ella no quiere verte ni a ti ni a nadie. Está hecha pedazos y no te dejaré hablarle, ¿bien? No permitiré que le sigas arruinando la vida.
-James, por favor. Si no me dices dónde está, llamaré a la policía.
-Pues llámala. Ella ya es mayor de edad y no estamos en Londres.
-¿Cómo que no están en Londres? ¡James dime dónde están, ahora mismo!
-Ya lograste lo que querías. Lastimarla. Ahora búscate una vida, ¿si? Adiós, Jones. -Dijo James y cuelga.
-¿Qué dice? -Preguntó el padre de Annabella desesperado.
-No quiere decirme a dónde la llevo, pero dijo que no están en Londres. Y tampoco podemos hacer nada, es mayor de edad.
Punto de vista normal.
-Annabella, tienes que descansar, vamos. -James extendió su mano para que la tomase.
-No quiero esto, James. -Dije llorando.
-De eso nada, ¿eh? Vas a ponerte bien. Eres más fuerte que eso.
-No, James. No lo soy. Se burlaron de mí y no pude darme cuenta antes.
-Saldremos de esto juntos ¿si? Lo prometo. -Dijo y me dio un abrazo.
James me ayudó a instalarme en mi nueva habitación. Me di un baño y fui a dormir. Era muy temprano, pero yo no quería saber nada del mundo.