Capítulo 11

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Capítulo 11

Unos días después Harry estaba abrigando a su hijo para salir.

Ese día iba a ir a San Mungo, para que Sev fuese sometido a la revisión que le tocaba al mes de nacer. Cierto que vivían con un medimago que lo tenía bajo observación todos los días, pero había que dejar constancia de su crecimiento en San Mungo.

-Bien amor mío, hay que ponerte guapo para que la tía Hermione te vea. Iremos con tu padre a que te haga una revisión completa -dijo haciéndole cosquillas a Sev, haciendo que se riera-. Aun suena raro que le digamos papá a Severus, ¿verdad? Pero él, realmente, te quiere como a su propio hijo. ¿Crees que sea posible que podamos quedarnos siempre aquí, junto a tu padre? Aquí tenemos un hogar y aunque yo tengo dinero más que suficiente para nosotros, no se si podría darte un verdadero hogar por más que lo intente -le confesó-. Yo tengo muchos problema, que no se si algún día podré resolver y temo que si estás solo conmigo, tú sufras. En cambio, aquí con tu padre, se que él podrá darte lo que yo no logre. Ya ha empezado siendo tu otra figura paterna -dijo acariciándole una mejilla-. Bueno, basta de pensamientos tontos; nos tenemos que ir, sino tu padre no podrá volver a casa, ya que somos su última cita del día.

Harry tomó a Sev en brazos y después de salir de casa, los apareció en la entrada de san Mungo.

Una vez que entró, se sintió observado por todas partes; incluso oyó como algunos miembros del personal cuchicheaban a su paso.

Nervioso aceleró un poco el paso hacia el área de pediatría.

-¡Harry! -Antes de poder reaccionar, Harry se encontró con so brazos vacíos. -Mi cosita linda -dijo Hermione levantando a Sev-, te he echado mucho de menos.

-¡Hermione! Ya te dije que no hicieras eso -le reclamó Harry.

-No pasa nada. ¿Sabes? Ya era hora de que llegarais, llevó tiempo esperándoos.

-¿No se supone que tendrías que estar trabajando?

-Ssh -lo mandó a callar-. No grites eso por ahí.

-¡Granger! ¿Por qué no estás...? -Severus que iba saliendo de su despacho no pudo terminar la frase ya que Severus vio a Harry-. Habéis llegado.

Harry sonrió apenado.

-Si, sentimos el retraso.

-No pasa nada, vamos al despacho. Granger dame al niño.

-Eso ni en broma -dijo apartándose de Severus-. Tu lo vez cada día, en cambio, yo no veo a mi sobrino casi nunca.

-Al despacho, ya -le mandó Severus.

Sin más palabras, Hermione se dirigió al despacho.

-No seas tan duro con ella -le dijo Harry con una sonrisa.

-Si no lo hago, terminará por rebelarse.

-Sabes que no lograras que cambie de actitud. Venga, vamos a que le hagas la revisión a Sev o nunca podremos ir a casa.

-Si, también es posible que esa loca secuestre al niño.

Riéndose, Harry tomó la mano de Severus y lo llevó hasta el despacho.

Toda la situación no pasó inadvertida para el personal medico de San Mungo, quienes veían incrédulos la actitud del más temido medimago del centro.

Viendo la actitud del medimago Snape con ese chico, los rumores que corrían por el lugar cobraban validez. El día de Navidad, inició un rumor que involucraba al medimago Snape, el cual decía que este tenía una pareja y un hijo y que a eso se debía su cambio de humor.

Un bebé nos unióDonde viven las historias. Descúbrelo ahora