Capítulo 14

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Capítulo 14

Días pasaron en los que Hermione se quedó junto a Harry. Intentaba consolarlo a todas horas, sobre todo cuando era despertado por las pesadillas. La mayor parte del tiempo se sentía impotente, odiaba ver a Harry tan triste y derrotado. Incluso Sev estaba mal, pues lloraba más de lo normal. La teoría de Hermione era que Sev echaba de menos a Severus, ya que aunque no lo fuera por sangre, Severus había hecho el rol de padre con el bebé, cuidándolo, cambiándole los pañales, dándole el biberón y haciéndolo dormir.

En poco tiempo esos tres se habían convertido en una familia, aunque no parecía que vieran lo raro que eso era.

Hermione ha intentado convencer de mil formas a Harry para que volviera con Severus y le explicara todo, pero Harry no quería oír hablar de eso.

Estaba muy preocupada, Harry se veía mal. Si seguía moviéndose era por Sev, ya que seguía ocupándose de él, pero estaba claro que su mente se encontraba lejos.

Sinceramente estaba preocupada de dejarlo solo cuando tuviera que volver al trabajo; sabía que no haría nada drástico, ya que amaba demasiado a su hijo para dejarlo solo, pero tal vez si no estaba ellos dejaría de comer, ya que estos días esta le tuvo que insistir en comer.

Por su parte, Severus le había hecho caso a Hermione y cada tiempo libre del que disponía se concentraba en estudiar la historia clínica de Harry.

No tenían más información de la que el mismo Harry les había dado, ya que nunca antes había estado en San Mungo.

Les había contado algunos de los típicos accidentes que los alumnos tenían en Hogwarts, por lo demás eran cosas relacionadas con el parto de Sev y lo más grave que tuvo fue el desgarro que tuvo en el canal del parto, pero eso le podía pasar a algunos padres primerizos.

No entendía que había de importante, pero si Hermione decía que las respuestas estaban aquí, es que lo estaban.

Los accidentes de Hogwarts no tenían nada de malo, así que lo preocupante tiene que estar durante el parto.

Llevaba días pensando en eso e incluso consultó algunos manuales de medimagia, pero no encontraba respuesta.

Severus se encontraba en su despacho inmerso en sus pensamientos que no escuchó como llamaban a la puerta y entraban; tan solo el gemido de un bebé lo hizo volver.

-Marion.

-Hola Severus ¿te molesto?

-No, por favor siéntate. ¿Cómo está Chiara? -dijo mirando a la bebé que tenía en sus brazos.

-Bien, solo la traía para su revisión.

-Perdona -dijo pasándose una mano por el cabello-. Lo siento, lo había olvidado.

-No te preocupes.

-Ponla en la camilla, por favor.

Marion se acercó a la camilla y dejó a su hija Chiara sobre la camilla. Severus cuidadosamente, desvistió a la niña y la revisó.

Cuando estaba por acabar, la niña emitió un gemido molesto.

-Ya está mi amor, el medimago no tarda en acabar -dijo Marion al tiempo que intentaba calmar a su hija acariciándola en la cabeza.

-Está perfecta -sentenció Severus con una sonrisa.

-¿Ya ves preciosa? Que no te deje salir a jugar con nieve tiene sus recompensas -le dijo a la niña mientras empezaba a vestirla.

-¿En serio ibas a dejar que Chiara saliera a la nieve? -preguntó incrédulo.

-No, pero cada vez que Chiara ve la nieve caer por la ventana, se emociona.

Un bebé nos unióDonde viven las historias. Descúbrelo ahora